Serpientes y escaleras - Perfiles

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - Perfiles

Igual que Morena necesitó buenos candidatos, la gobernadora requiere buenos perfiles

 

Perfiles

Una de las varias lecciones que dejó la elección pasada fue que, a pesar de la fuerza de la marca, la gente no aceptó malos perfiles para que los gobiernen. La supremacía de Morena sobre el resto de los partidos era evidente y ello hizo que los estrategas pecaran de confiados, hicieran un mal acuerdo de coalición y seleccionaran malos perfiles suponiendo que la marca los haría ganar. Y la gente no aceptó.

Los morelenses han demostrado varias veces que saben votar diferenciado y que no tienen miedo de apoyar a distintos partidos en una misma elección; a pesar de ello la manera como sufragaron en la contienda reciente fue distinta a las anteriores, el voto diferenciado fue mucho más marcado, rompió las predicciones de todos y cambió la conformación política del estado. Hagamos un recuento rápido:

Margarita González Saravia ganó de forma contundente en todos municipios, no así Morena, que como partido perdió la mayoría de los ayuntamientos, empezando por los más grandes e importantes. Una de las razones de ello es que el acuerdo de coalición fue terrible y dividió la fuerza de la 4T, provocando que entre aliados pelearan por las alcaldías. Mientras la oposición sumó fuerzas, ellos se dividieron.

El triunfo de González Saravia en la gubernatura es sin duda algo de lo que los estrategas de la 4T deben estar orgullosos, pero la derrota municipal debe hacerlos reflexionar, para no volver a cometer los mismos errores.

Y no me refiero a lo que deberán hacer en la elección del 2027, sino a lo que necesitan tomar en cuenta en el futuro inmediato, en la definición del equipo que acompañará a la gobernadora.

Tener un buen gabinete es muy importante para el proyecto de gobierno que iniciará en octubre, porque dependiendo de los perfiles, su capacidad profesional y la historia personal de cada uno de ellos dependerá la confianza que tenga la sociedad en el nuevo régimen.

En estas primeras semanas como gobernadora electa, Margarita González Saravia ha logrado acrecentar su capital social y la confianza hacia ella; la idea de regresar con la gente, volver a recorrer los pueblos del estado y reiterar su compromiso es una acción inédita en el estado, ningún gobernador electo lo había hecho.

El sello de la siguiente administración será el humanismo y el hilo conductor la política. La aparición de Juan Salgado Brito en el equipo de transición es un mensaje muy bueno que genera optimismo porque se trata de alguien que comparte la visión de la gobernadora, privilegia el diálogo y tiene interlocución con todos.

Por primera vez en muchos años el gobierno estatal arrancará sin enfrentamientos políticos ni rencores personales y la historia mejorará si la gobernadora elige funcionarios con arraigo, compromiso y decididos a avanzar en temas rezagados en la agenda estatal. Pongámoslo de esta forma: aunque los secretarios no buscarán el voto como los candidatos de la 4T, su imagen será valorada constantemente por la ciudadanía, como sucedió el pasado 02 de junio.

El gabinete estatal será el primer gran mensaje de la gobernadora a la sociedad y al igual que los candidatos de la elección pasada, los perfiles serán juzgados por la ciudadanía. En otros tiempos al mandatario no se preocupaba lo que la sociedad opinara de sus funcionarios, se asumían todopoderosos y decidían de manera unilateral; por lo que se observa con González Saravia es distinto, ella observa la reacción de la gente y evalúa permanentemente la decisión final que tomará respecto al equipo que estará a su lado.

El de Margarita pretende ser un gobierno humanista, con una mandataria muy cercana a la gente y un gabinete que deberá dar resultados desde el principio; las figuras que comienzan a aparecer en el imaginario colectivo representan la confianza de la gobernadora, no necesariamente la amistad o los compromisos de campaña, como ha sucedido en todas las administraciones pasadas.

El reto que enfrentará González Saravia a partir del primero de octubre es enorme no solo por la expectativa que está generando su llegada, sino por los múltiples problemas que le heredará la administración de Cuauhtémoc Blanco. El de Morelos no es un gobierno rico, por el contrario, arrastra un adeudo de miles de millones de pesos por créditos que solicitó el gobierno de Graco Ramírez y que el de Cuauhtémoc Blanco no amortizó; además deberá revertir el subejercicio presupuestal que ha sido característico de esta administración a lo largo de seis años.

Eso sin contar los problemas que aquejan a todos los estados, como la inseguridad, la falta de desarrollo, la violencia, el desempleo, la falta de infraestructura y la crisis económica. Lo primero que deberán hacer los nuevos funcionarios es conocer la situación en la que se encuentran las dependencias para a partir de ahí trazar su plan de trabajo bajo las reglas que ha marcado la jefa: diálogo e inclusión.

La transición de gobierno será tan tersa como disposición exista del gobierno saliente de entregar buenas cuentas y actuar de buena fe. La mayoría de los personajes que participan en las mesas de trabajo tienen buena reputación, son decentes, pero eso no quiere decir que serán blandos ni omisos. En este momento se está recabando la información de las oficinas y se está armando un panorama general de la administración; de ello derivará la posición que asuma el gobierno que recibe. La regla ya se ha establecido: si encuentran irregularidades, habrá denuncias.

La mala selección de candidatos en Morena los hizo perder la mayoría de los municipios del estado a pesar de la fuerza del partido; una mala selección de gabinete puede ser igual de dañino para la gobernadora, porque como sucedió en la elección pasada, la gente puede darle la espalda desde el inicio de su mandato.

La analogía entre candidatos y funcionarios no es perfecta, pero parte de una misma lógica: seleccionar buenos perfiles logrará que la gente confíe y apoye; elegir mal puede provocar rechazo y desconfianza.

Morena es un partido fuerte que perdió con malos candidatos; Margarita es una gobernadora que puede ganar más confianza ciudadana si elige buenos colaboradores.

Todo indica que así será.

·         posdata

En poco más de dos meses concluye el sexenio de Cuauhtémoc Blanco Bravo; antes de esa fecha el futbolista se separará del cargo para tomar protesta como diputado federal. La entrega de la administración corresponderá seguramente al secretario de gobierno, quien estará en funciones de gobernador ante la ausencia definitiva del americanista.

Las semanas que le quedan a esta administración son de cierre, es decir, para que los funcionarios concluyan pendientes y tengan todo listo para entregar la estafeta al siguiente equipo. Ya no hay tiempo para nada más, ni condiciones para hacer una última travesura, como algunos tratan.

Es por demás referir la importancia que implica para cada uno de los colaboradores del gobierno actual terminar bien su encargo y entender que a estas alturas del sexenio no pueden trastabillar, ni actuar de manera incorrecta, porque habría sanciones. En este punto el riesgo para el gobernador saliente está en todos y cada uno de sus colaboradores.

El proceso de entrega recepción es solo el primer paso de una historia que apenas comienza a escribirse, los integrantes del equipo de transición recopilarán los datos que les faciliten, armarán expedientes, realizarán observaciones, pero tienen mucho tiempo para, en caso de ser necesario, iniciar procesos legales, como ya lo expuso Edgar Maldonado.

Al final de su mandato y luego de que su hijo perdió la elección Graco Ramírez ordenó a su equipo que no entregaran información y que ejercieran el total de los recursos que tenían asignados para no darle margen inicial de maniobra a la nueva administración. Algunos funcionarios hicieron caso a la indicación y a la postre pagaron las consecuencias legales y políticas de sus actos.

Esa historia debe de servir de referencia en el gabinete actual porque cualquier movimiento sospechoso o titubeo en el proceso puede interpretarse de manera negativa; hay oficinas que ameritarán una revisión exhaustiva porque es evidente que las decisiones tomadas no fueron conforme a la ley; me refiero específicamente a la Dirección General de Procesos para la Adjudicación de Contratos, donde se asignaron miles de millones de pesos de forma discrecional.

Pongamos énfasis en esta oficina: la Dgpac es un área que dependía inicialmente de la Secretaría de Administración, pero que dada la cercanía de su titular, logró de facto una autonomía que le permitió actuar sin reportar nada a su superior; dicho sea de paso: Efrén Hernández Mondragón apoyó, como otros funcionarios del gabinete, la candidatura de Lucía Meza.

La primera exsecretaria de administración del sexenio de Cuauhtémoc Blanco tiene absoluta claridad sobre la manera como operaba esa oficina y esa persona; seis años más tarde tendrá la responsabilidad de evaluar su trabajo.

Justicia divina.

·         nota

Haciendo gala de su fama de pillos, los integrantes de la 55 legislatura trataron de dar el último zarpazo antes de concluir su periodo como diputados.

De la misma forma que en el año 2 mil la legislatura que encabezaba Víctor Saucedo aprobó reformas al vapor para limitar la fuerza y capacidad operativa del gobierno que encabezaría Sergio Estrada Cajigal, hace unos días los legisladores locales encabezados por Francisco Sánchez Zavala y Julio César Solis trataron de reformar la Ley Orgánica del Congreso para frenar a Morena y ponerle trabas a la próxima gobernadora.

El objetivo era simple: evitar que en la siguiente legislatura la 4T tuviera el control de la cámara a pesar de contar con 14 votos; fue un intento de albazo que estuvo a punto de materializarse, pero se evitó gracias a la intervención de Rafael Reyes y de la propia gobernadora Margarita González Saravia.

Aunque el intento de golpe de estado no prosperó, los futuros integrantes de la cámara de diputados de Morelos deben actuar en consecuencia, es decir, revisar todas las acciones, decisiones y manejo de recursos económicos de la legislatura actual.

Hablamos de un proceso natural y justificado en cualquier circunstancia, pero que, dada la mala fe de los diputados salientes y la perversidad del actual presidente de la Mesa Directiva, merece que le apliquen la Tercera Ley de Newton.

En política aplica el dicho: quien se ríe se lleva y quien se lleva se aguanta.

·         post it

Para los lerdos de la 55 legislatura:

La Tercera Ley de Newton o principio de acción y reacción plantea que toda acción genera una reacción de igual intensidad, pero en sentido opuesto, es decir, siempre que un objeto ejerza una fuerza sobre otro, este último devolverá una fuerza de igual magnitud, pero en sentido opuesto al primero.

·         redes sociales

Los abogados piden a la gobernadora electa que impulse una reforma constitucional que obligue a que la selección de magistrados parta del perfil procesional y no, como ha sucedido en esta legislatura, del compadrazgo, las cuotas políticas o la venta de espacios. ¡Bravo!

Ya encarrerados podrían revisar la legalidad de las designaciones hechas por la actual legislatura. Aún es tiempo de impugnar algunos nombramientos.

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