Juego de Manos - Escuela de influencers

En opinión de Diego Pacheco

Juego de Manos - Escuela de influencers

El Partido Acción Nacional (PAN), a través de su Secretaría de Acción Juvenil, lanzó una convocatoria en la que invita a jóvenes de entre 18 y 29 años a inscribirse a la “Escuela de Influencers”, una capacitación en redes sociales dirigida a personas que cumplan con los requisitos de ser militante o simpatizante del PAN y tener interés por incidir en la política mexicana.

Esta dinámica , más allá de verse desde la óptica del partido blaquiazul, de filias y fobias, alza la pregunta: ¿cuál es el valor de las y los influencers en la política mexicana? Desde el crecimiento en el número de personas que tienen acceso a las tecnologías de la información y la comunicación, hasta la especialización y el éxito de algunas de las y los creadores de contenido digital; se ha hecho cada vez más habitual observar a personajes e instituciones políticas que usan a las redes sociales como una piedra angular de sus estrategias políticas y/o electorales.

En ese sentido —y aprovechando el contexto electoral presente y previo a la renovación de la presidencia, gubernaturas, alcaldías y Congreso de la Unión el próximo año— aterricemos las cualidades que se miden en las o los aspirantes a una candidatura: conocimiento y aprobación —los cuales están íntimamente relacionados y que, lógicamente, el primero representa un tope para el crecimiento del segundo factor—, también, aspectos particulares que son del interés de cada partido, como su lugar en el tablero político, alianzas y antagonismos, cercanía con los liderazgos partidistas y capacidad de crecimiento a futuro —de acuerdo con las aspiraciones particulares de la institución que abandera—.

Una estrategia basada en redes sociales tiene la posibilidad de potenciar el conocimiento de las personas; sin embargo, esta apuesta difícilmente traerá un crecimiento al resto de los factores que se toman en cuenta. A ello habría que agregarle el margen de error humano que exista al momento de la implementación de esta estrategia. En otras palabras, mientras que los contenidos exitosos pueden construir comunidades digitales (no confundirse con un padrón de voto duro), un error puede costar la simpatía de agrupaciones sociales y, como suele decirse, lo que se sube a internet se queda ahí para siempre.

Sin duda, las y los influencers son figuras que, en ciertos casos, tienen la posibilidad de posicionar mensajes en la agenda; no obstante, la arena política es un escenario complicado para conseguir algo más allá de esta meta, lo que se agrava cuando se toma en consideración la rabia social que existe sobre las y los políticos, gobernantes y personalidades circundantes.

Un dato: de acuerdo con el estudio realizado por Remitly— una compañía especializada en el envío de remesas en línea en Estados Unidos— en el cual se pretende encontrar los empleos a los que las personas más aspiran en todo el planeta, arroja que son cada vez más las personas jóvenes que aspiran a ser youtubers (4º lugar a nivel mundial), influencers (7º lugar) o bloggers (12º lugar) de manera profesional. En México, dice el estudio, el trabajo a la que más aspiran las y los jóvenes es el de Youtuber — junto con Perú, Bolivia, Chile y Uruguay—.

Una vez establecido lo anterior, es claro que la propuesta obedece a un fenómeno cultural que vivimos en México y en el mundo. Son cada vez las personas que reconocen la creación de contenido digital como una carrera profesional y, a su vez, quienes buscan la manera de sacar provecho a estas nuevas personalidades y sus canales de comunicación. La tarea, más allá de generar cuadros con conocimiento y presencia en redes sociales, es descifrar la manera en que estos sean benéficos para la marca partidista —la que sea—. De lo contrario, podría ser un entrenamiento de estrellas fugaces que, una vez manifestada su intención política, se quemen en la arena digital.

 

Por cierto

 Como ya lo había anunciado la dirigencia naranja, Movimiento Ciudadano pretende competir por la presidencia de la República fuera de las alianzas predominantes oficialista y morenista. La decisión de ir en solitario puede obedecer a una estrategia de crecimiento de marca y, a su vez, de no confrontación aguda con el Ejecutivo Federal.

Así, se anunció la creación de una plataforma política, respaldada por Movimiento Ciudadano, llamada Colectivo por México o Mexicolectivo, desde la cual se pretende hacer frente al presidente de la República y a su partido en el proceso electoral del próximo año. A la presentación de esta agrupación asistieron figuras polipartidistas, funcionarios de expresidentes, intelectuales y miembros actuales del partido naranja.

Dentro de la convocatoria destaco el nombre de Cuauhtémoc Cárdenas, uno de los grandes exponentes de la izquierda mexicana. Tiempo de definiciones, le llamó el presidente López Obrador, al señalar su respeto por el ingeniero y, a su vez, su nuevo carácter de contrincante político. Al poco tiempo, Cárdenas se bajó del barco, al declarar que “En ningún momento he sido convocante de nadie para que participe en su formulación y en el ulterior desarrollo”.

En la contienda interna por la candidatura morenista, con altas posibilidades de hacerse nuevamente de la silla presidencial en 2024, la observación de los bandos e integrantes que se definen es importante para anticipar donde podrían colocarse las piezas en competencia, así como los barcos salvavidas disponibles para quienes no resulten abanderados por su partido.

A pesar de que Mexicolectivo se ha definido cono un espacio de intercambio de ideas para la mejora de la toma de decisiones y la inclusión, así como exento de intenciones políticas; esta plataforma pudiera haber sido una buena alternativa para uno de los contendientes morenistas a la presidencia de la República, dada la simpatía con algunas de las personas que lo integran y el carácter de esta; no obstante, parece ser que esta ventana presenta síntomas de muerte de cuna.

 

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