EL CUIDADO DE SÍ, DEL OTRO Y DEL MUNDO

En opinión de David García Figueroa.

EL CUIDADO DE SÍ, DEL OTRO Y DEL MUNDO

Querría acercar una noción que pienso, puede ser una puesta que imagino vertiginosa y a la vez tan llena de un concepto que hemos dejado en desuso; la prudencia, y en este sentido paradójico, indagar en una práctica que bien es tan cercana o paralela a un acto pedagógico, y que desde los horizontes de la hermenéutica, emerge como “La inquietud de sí”

 

Esta proposición recurre al ejercicio de un saber puesto en una acción práctica  que toma como partida los recursos gestados en el conocimiento ético

 

El cuidado de sí, es ético, y desde esta base implica la relación con los otros, mirando al mundo como un lugar al que influye, y en ese carácter dinámico de correspondencia se transforma, el sujeto se va haciendo así mismo mediante su acción y en relación a su entorno, el sujeto podemos decirlo, es un ser, pero un ser con los otros, se produce, se constituye, no nace como tal, los registros de los otros le son heredados, e ingresa en un mudo que se encuentra en construcción, crece y se aventura en la búsqueda desde lo individual, y se encuentra en el reconocimiento colectivo.

 

El ocuparse de sí se pretende como un sendero que conecta con la práctica de la libertad, condición ultima que exige el saber con uno mismo, saber ser con los otros, renuncia a los dominios de poder, y la posibilidad de autogobierno.  

 

Si hurgamos en la génesis de la función pedagógica, nos encontraremos un escenario donde el saber se construye desde ese mirar a detalle e inscribir en el cuerpo los signos que en el pilar délfico se revelan como; aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos, y aprender a ser. Los griegos edificaron  un lugar, que hoy día reconocemos como los cuatro pilares de la educación, así también en nuestro pasado cultural y de conocimiento ancestral, se inscribieron las enseñanzas conocidas como Huehuetlatolli; narrativas y consejos que hablan de la acción de educar, acto que se revela en sí descubriendo un momento para la reflexión, misma que se teje en el tiempo de correspondencia e importancia para quienes recibían la guía, aquí las palabras enunciadas invitan a otras dando lugar a la herencia, y proponiendo la construcción de diálogo.

 

El lugar del docente, se manifiesta como un camino interminable, porque está sujeto a los paradigmas, a los hechos históricos, y a las revoluciones científicas.    

 

La mas reciente re-forma a la educación básica no se libra de las condiciones descritas, sino que por el contrario, propone un soporte epistémico que comulgue con la didáctica situada, edificando un lugar desde la ética, estética, de lo humano, lo comunitario, la naturaleza, sociedad, propone al  otro como condición necesaria.