Juego de Manos - 114 años

En opinión de Diego Pacheco

Juego de Manos - 114 años

La Universidad Nacional Autónoma de México cumplió este fin de semana 114 años desde su fundación y, desde ese momento, se ha consolidado como una de las instituciones más importantes en el país en materia de formación profesional, desarrollo académico, científico, cultural y social; con un alcance nacional e internacional.

La máxima casa de estudios en México es una de las principales instituciones educativas de América Latina y ha formado a un gran número de profesionales, científicos, artistas y líderes políticos que han influido profundamente en el desarrollo de México. Dentro del largo listado se encuentran Octavio Paz (Facultad de Filosofía y Letras), autor de “El Laberinto de la Soledad” y galardonado con el Premio Nobel de Literatura; Mario Molina (Facultad de Química), investigador y activista enfocado en el medio ambiente y la capa de ozono, galardonado con el Premio Nobel de Química; y el propio presidente de la República, al momento en que se escribe este texto, Andrés Manuel López Obrador (Facultad de Ciencias Políticas y Sociales).

Asimismo, la UNAM es líder en la producción científica en México y América Latina, destacándose en áreas como la biología, física, matemáticas, ciencias sociales, medicina y astronomía. Cuenta con una vasta red de institutos y centros de investigación que producen avances significativos en diversas disciplinas.

Por otor lado, ha sido un centro de producción artística y cultural fundamental para México. El campus central de la UNAM, alberga murales de Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y Juan O'Gorman, y es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO; mientras que sus pasillos han sido un foro abierto para el debate intelectual y la crítica social, permitiendo el avance de ideas progresistas y democráticas.

Y el impacto de esta institución no se reduce a las fronteras de nuestro país, pues esta tiene una presencia internacional con sedes en países como Estados Unidos, Canadá, España, Francia, Alemania, China y el Reino Unido; y colabora con universidades y centros de investigación en todo el mundo para el intercambio académico y la cooperación científica.

Finalmente, es común escuchar que el ecosistema universitario se asemeja a un micro-México, no solo por el tamaño y la diversidad de su estudiantado, sino también por su pluralidad de ideas, debates e inclusive manifestaciones que, en numerosas ocasiones, reflejan el sentir de la nación. De esta manera, la UNAM ha sido un espacio de defensa de los derechos humanos y ha impulsado estudios que promueven la equidad de género, los derechos indígenas y las luchas sociales.

Pero, habiendo ahondado en el impacto de la Universidad de la Nación a través de la historia, también hay que reconocer los retos del presente y que se vislumbran en el horizonte para esta institución educativa. Ello, comenzando con lo más tangible desde el exterior: el índice de ingreso de las personas que buscan cursar una licenciatura en esta universidad. Mientras que, a través de los años, el número de personas que aplican a la UNAM crece, la capacidad para admitir estudiantes no ha aumentado al mismo ritmo. Este año se registraron más de 143,000 aspirantes, de los cuales solo alrededor del 10% logró ser admitido. Así, más de 129,000 quedaron fuera.

Por otro lado, es impórtate que, sin demeritar el conocimiento de las llamadas vacas sagradas de la universidad, se apueste a la actualización de los planes de estudio y métodos de enseñanza en la universidad, para que las personas que egresen de las aulas azul y oro, tengan las herramientas necesarias para competir en un ecosistema laboral cada vez más competitivo y desafiante. El título por sí solo no es suficiente.

Finalmente, es importante que el gran bagaje teórico que se imparte en los salones de clase sea complementado con la puesta en práctica del conocimiento pues, si bien una de las grandes aportaciones de la UNAM (así como una de sus grandes fuentes de ingreso), es la investigación, el alumnado que decide no dedicarse a la academia debe contar con las herramientas para poner su conocimiento en práctica.

Queda claro que la UNAM no solo ha sido un motor de progreso para México, sino que también ha hecho contribuciones significativas a nivel mundial en diversas áreas, desde la investigación científica hasta el arte, el progreso social y la cultura; aunque sigue contando con importantes áreas de oportunidad que requieren de voluntad, recursos y condiciones contextuales para poder aprovecharlas.

 

Por cierto

 

En el quehacer público, las acciones pequeñas no deben ser subestimadas, pues son fundamentales para detonar cambios más profundos. Aquellas acciones que podrían parecer minúsculas, pero cuya precisión genera un impacto significativo, suelen ser los primeros pasos para alcanzar un objetivo mayor a largo plazo.

Pongamos un ejemplo particular: la limpieza de las calles hace una diferencia notoria en el sentir y en el actuar de las personas, un espacio limpio al que se le da un mantenimiento constante suele tener menores índices de delincuencia, y si a ello se le suman acciones que desarrollen un sentir de comunidad, los efectos pueden llegar a que la propia ciudadanía se enorgullezca y cuide de estos espacios.

Pero las acciones no solo son en lo público, sino también desde lo individual. Separar los residuos no solo es una actividad importante en materia medioambiental, sino que genera hábitos positivos en los habitantes y una conciencia sobre el cuidado del medio ambiente. Hay que complementar las grandes acciones de gobierno con tiros de precisión que incentiven el buen comportamiento colectivo.

 

Hay que sumar:

diegopachecowil@gmail.com