Ingreso y gasto en los hogares

En opinión de Mirna Zavala

Ingreso y gasto en los hogares

Esta semana el INEGI presentó los resultados de la Encuesta de Gastos e Ingresos de los Hogares 2022. Resulta importante la información no solo porque el 2022 fue el año de la, prácticamente, normalización luego de la pandemia comenzada en 2020, sino porque nos permite darnos una idea de la recuperación del ingreso y su destino en los hogares mexicanos. La información presenta un comparativo precisamente con el 2020. Hacia los próximos años, la información resulta valiosa para el diseño de políticas públicas orientadas finalmente al mejoramiento de la calidad de vida de los mexicanos.

La variación en ingresos totales por hogar venía fluctuando en una disminución de poco más de 2% entre 2016 y 2020. Y como era de esperarse para el año pasado respecto de 2020, primer año de pandemia, la recuperación fue del 11%, porcentaje altamente significativo. Los ingresos promedio anuales pasaron de 36 mil 612 a 41 mil 860 pesos, un poco arriba del nivel de ingresos en 2018 (40 mil 997 pesos).

Por supuesto, los ingresos por trabajo remunerado es el rubro más importante de ingreso- representa el 66%. En este caso, la recuperación en el mismo periodo fue del 14.3%. La segunda fuente de ingresos fue la correspondiente a jubilaciones, pensiones, programas gubernamentales, entre otros rubros, que se mantuvo prácticamente sin cambios respecto al periodo 2020-2022, en 8%. Esta segunda fuente de ingresos representó el 17% y nos da una perspectiva de lo que representa en la economía familiar que, sin duda, en el tiempo de mayor crisis fue de vital importancia.

Se sigue observando una marcada diferencia en los ingresos tratándose de mujeres, personas con alguna discapacidad o autoadscritas como indígenas.

En cuanto al gasto en los hogares en los rubros de alimentación, bebidas y tabaco se invierte 38% aproximadamente, en tanto que en comunicaciones y transportes el 20%.

El tercer rubro en importancia del gasto tiene que ver con la vivienda, servicios y su mantenimiento en el que se gasta aproximadamente 15%. Es de extrañar el gasto en salud que, de acuerdo a la encuesta, disminuyó, quizá debido a la mayor utilización de los servicios de salud pública.

Como señalaba al principio, resulta importante considerar las condiciones de ingresos y gastos de las familias en razón de generar políticas públicas asertivas al mejoramiento de la calidad de vida.

MIRNA ZAVALA