Inclusión Educativa en la UAEM - Lengua Escrita para Sordos: CELE y UIEAD

En opinión de Eliseo Guajardo Ramos

Inclusión Educativa en la UAEM - Lengua Escrita para Sordos: CELE y UIEAD

Los lingüistas desde hace 20 años, aproximadamente, han llegado al consenso de considerar que la escritura no es un mero código gráfico de la Lengua Oral, como se creía. Se pensaba, incluso, que era un defectuoso código de la oralidad. Se exageró una de las funciones de la escritura, que sólo parcialmente registra la fonetización del lenguaje oral. Hay una enorme cantidad de registros en la escritura que no son parte de la oralidad. Las mayúsculas, los signos de puntuación, los espacios en blanco entre las palabras, por decir lo menos, no se pronuncian y son altamente relevantes en la significación de la escritura. El soporte material de los textos escritos anticipa al lector el posible contenido temático del texto. Cuestión que forma parte de la predicción en la comprensión de textos de un buen lector. El soporte es distinto en una noticia periodística, en una enciclopedia, en una receta de cocina, en un cartel publicitario, en un paquete comercial, etcétera. Los colores y la forma tipográfica de los textos son de la Escritura.

Los lingüistas están de acuerdo que la escritura es una Lengua, no un código. El adulto alfabetizado es bilingüe. O son dos lenguas o la oralidad son dos formas de expresión de la misma lengua, en nuestro caso, el español. Ambas, con la misma importancia, no se subordina una a la otra. Tienen su propia gramática. Incluso, hay funciones de la escritura que parecieran que es la lengua oral la que le debe más a la escritura que a la inversa como se venía pensando, al menos en la visión “suasurriana” (Ferdinand de Saussure). Existe un alfabeto universal para los lingüistas, altamente especializado para detectar todos los sonidos válidos del habla de todas las lenguas humanas. Se dice, de todas las lenguas naturales y a la lengua escrita se le asigna como una lengua artificial, por ser un invento o creación cultural de la humanidad. La lengua natural, es también social, imposible que existiera sin la interlocución entre pares. Incluso, cuando hablamos con nosotros mismos es un acto social, porque nos convertimos en una dupla para el diálogo, esto es, somos dos mismos. Bien, ese alfabeto técnico de los lingüistas es totalmente pesado e inoperante para el manejo de un alfabeto de cualquier cultura escrita. La escritura lo que hace es realizar una aproximación del sonido de la lengua, convierte la fonética en fonema, un sonido producido por el habla en un sonido pensado para la escritura. Se trata de un proceso, necesariamente, reflexivo o metalingüístico para elegir la letra para cada fonema. Esta operación fonética-fonemática propicia una estabilidad a la lengua. Porque es la pronunciación promedio la que privilegia la escritura. La escritura desestima otros sonidos que acompañan el habla, como la tos, la carraspera, la tartamudez, las redundancias, etcétera. Todo eso no forma parte del habla de la lengua. En toda esta gama, la escritura no registra los tonos, ni los regionalismos. Vamos, en la escritura no existen las variantes dialectales. Por eso se señala a la escritura como la lengua culta de la lengua.

La estabilidad de la lengua que propicia la lengua escrita permite que cerca de 600 millones de hablantes del español no entendamos, con todo y los regionalismos y variantes dialectales. Quizás, en diálogo oral directo, no entendamos nada de otro hablante del español, pero por escrito sí nos entendemos. Y ese español escrito hace que no se desbordan los límites idiomáticos de la misma lengua. Cuestión que no ocurre con las lenguas ágrafas, las variantes dialectales pueden ser muy extremas hasta que no se entienden los usuarios de la misma lengua.

Algunos autores han denominado a la representación trasparente de los fonemas representación gráfica y a la representación que no es oral, representación ortográfica. Es el caso para los latinoamericanos con las S, C, y Z, que son homófonas, pero para los hablantes de España, son gráficas, porque ellos las distinguen en su pronunciación diferenciada. O la doble “ll” y la “y” en los argentinos, que, para nosotros en México, son totalmente homófonas. Incluso, no han anunciado que se desaparecerá la letra “ch” como letra individual del abecedario.

Otro tema es la escritura de los números, que no obedecen a un sistema alfabético de escritura, porque un solo signo escribe una palabra. Los fines son diferentes, tienen una tradición árabe que tomaron de la antigua lengua hindú. A diferencia de los números romanos que son operantes para fechas, pero no para el sistema decimal de la aritmética. Los números arábigos son nombres en las placas o números telefónicos y se pueden pronunciar en grupos de pares o tríos, según sea más cómodo. Pero en la aritmética, guardan un valor posicional y hay una regla en su denominación. Como puede apreciarse, los alumnos en primaria se inician al mismo tiempo en dos sistemas de escritura muy diferentes, cuestión que es muy compleja, pero que no representa grandes problemas para los niños.

Bueno, ocupándonos del español escrito para los alumnos con sordera y usuarios de Lengua de Señas Mexicana (LSM) que no es español, sino una lengua propia. Y para ellos, el español al que logran acceder es, necesariamente, el español escrito, son buenas noticias tener en cuenta que la escritura del español, como en cualquier otra lengua tiene un gran universo de signos ortográficos que dependen de la cultura de la escritura más que de su fonetización. Esto, es común para sordos y oyentes, pero pasa desapercibido. Otro elemento es que los fonemas no están físicamente en la pronunciación fonética, están en cuando se piensa en ellos. La diferenciación es lo que se percibe de la cadena sonora del habla, que se refleja en la diferencia de letras representada. Los patrones gráficos en las combinaciones comunes en español son diferentes a las que se presentan en otros idiomas. Esto es posible que sea captable visualmente, sin pasar por el sonido. Esta parte es el complemento para la adquisición de la lengua escrita con los Sordos. Al leer no necesitamos leer todas las letras, porque predecimos su composición en la lengua, pero al escribir sí lo hacemos letra por letra. Esta diferencia cognitiva hay que tomarla en cuenta en la enseñanza de la lengua escrita con los Sordos.

El proceso de adquisición es comenzar por la introducción a la cultura escrita, con la anticipación del significado en los diferentes géneros textuales. Y trabajar solo la anticipación. Pasar a la predicción del texto y al final a las “cadenas fónicas” -no fonéticas, obviamente- del español, desde la visualización y desde la ejecución de la escritura.

Pero este tema apenas ha comenzado, seguiremos en la próxima entrega con el tema.

 

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