Escala de Grises - Prensa en riesgo

En opinión de Arendy Ávalos

Escala de Grises - Prensa en riesgo

Como director de la página “Chiapas Denuncia YA”, el periodista Roberto Carlos Flores Mendoza es responsable de compartir información relevante sobre la entidad y otros estados de la República; así como denuncias ciudadanas sobre presuntas irregularidades cometidas por autoridades estatales y municipales.

 

A pesar de la constancia en las publicaciones realizadas, la última denuncia compartida sobre delincuencia organizada fue el 19 de septiembre, pasadas las ocho de la noche; sin embargo, tiempo después fue eliminada. Estos acontecimientos encendieron una alerta no solo en su círculo cercano, sino también en el gremio periodístico.

 

El 20 de septiembre, la familia Flores Mendoza compartió que el periodista había salido de su casa desde las 11:30 a.m. y, desde entonces, no tenían noticias de él. Tras levantar la denuncia, la fiscalía estatal difundió la ficha de búsqueda con la fotografía de Roberto, misma que comenzó a difundirse a través de plataformas digitales.

 

Para el 26 de septiembre, Artículo 19 ya había denunciado la desaparición de Flores Mendoza en su cuenta de Twitter. La organización exigió a la Secretaría de Gobernación y al gobierno de Chiapas coordinarse con la Comisión Nacional de Búsqueda y garantizar la localización con vida del periodista.

 

Artículo 19 insistió en que, además de aplicar el Protocolo Homologado para la Búsqueda de Personas, la Fiscalía de Chiapas investigue lo ocurrido de forma inmediata. Aunque no se ha dado a conocer si la desaparición de Roberto podría estar relacionada con su labor, de acuerdo con algunos testimonios, el periodista era víctima de mensajes intimidatorios.

 

Hasta el momento en que se terminó de redactar la Escala de Grises, no había más información respecto a la desaparición de Roberto. Sin embargo, el movimiento en redes sociales por parte de comunicadores y periodistas independientes que exigen su localización con vida.

 

Como sabrá, la preocupación por parte del gremio no es exageración ni debe tomarse a la ligera. A tan solo unos meses de que termine, el 2022 ya es considerado uno de los más violentos en contra de la prensa, con un incremento del 51% en comparación con el mismo periodo del gobierno anterior.

 

Tan solo durante la primera mitad del año se contabilizaron 331 agresiones a periodistas o medios de comunicación, lo que representa que en nuestro país hay un ataque cada 14 horas. De esas agresiones, casi el 40% son perpetradas por el Estado, quien es el principal agresor contra la prensa.

 

De acuerdo con un informe publicado por Artículo 19, las coberturas que representan mayor riesgo para les periodistas son: corrupción y política (168 casos), seguridad y justicia (76), derechos humanos (33), protesta y movimientos sociales (30), tierra y territorio (13) y sector privado (11).

 

A pesar de las cifras y el seguimiento de las agresiones a las personas especialistas en periodismo, la situación no parece mejorar en ningún aspecto. Los protocolos de protección y búsqueda siguen siendo insuficientes para enfrentarse a los ataques hacia periodistas, pero también para contrarrestar las miles de desapariciones que siguen impunes en el país.

 

El caso de Roberto es un síntoma de los tantos males que aquejan México desde hace décadas: los ataques a periodistas, la negligencia por parte del Estado para brindar protección, las desapariciones forzadas y las deficiencias en los protocolos de búsqueda a nivel nacional.

 

La prioridad en este momento es la localización con vida de Roberto Flores, garantizar seguridad para él y su familia, la investigación de lo ocurrido y la reparación de los daños que se denuncien ante las autoridades. Del mismo modo, deben implementarse medidas realmente efectivas en lo que respecta a la protección de periodistas y personas defensoras de derechos humanos.

 

En México, las personas dedicadas al periodismo se enfrentan a riesgos como violencia letal, desplazamientos, violencia digital y la estigmatización por parte del propio gobierno que, aparentemente, sigue sin entender cuál es el problema. El mismísimo presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido remitente de múltiples ataques.

 

El gobierno continúa en contra de toda la labor periodística que opte por cuestionar sus acciones, por toda la información que pretenda contrastar en lugar de sólo aplaudir. Ese es el mejor ejemplo de que hay una repetición constante de aquellos errores que, se supone, quedarían atrás con la transformación del país.

 

¿De qué sirve recibir las recomendaciones por parte de organizaciones internacionales si no van a aplicarse? ¿Cuál es el objetivo del Mecanismo de Protección cuando el presidente está en contra de la labor periodística que no le complazca? ¿Qué alternativas hay si en ningún lugar se puede leer la palabra seguridad con claridad?

 

Lo que sigue sin quedar claro es que el periodismo libre es parte fundamental de la democracia. A pesar de los intentos discursivos del presidente, de las consultas ciudadanas y de cualquier otra acción que se le pueda ocurrir para conocer “la voluntad del pueblo bueno”, ninguna estrategia será tan reveladora de una verdadera democracia como la libertad de prensa.

 

Hasta encontrar la verdad:

arendy.avalos@gmail.com

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