Inclusión Educativa en la UAEM - Inclusión: UNESCO 2022

En opinión de Eliseo Guajardo Ramos

Inclusión Educativa en la UAEM - Inclusión: UNESCO 2022

El Informe “La Educación encierra un futuro” (1996), conocido como “El Informe Delors” ya cumplió un cuarto de siglo.  El anterior fue el Informe Faure (1973). Este año la ONU lanzará un nuevo informe que pretende señalar el rumbo de la Educación en el mundo, por los próximos 20 años. Se denomina: “Reimaginar juntos nuestros futuros. Un nuevo contrato social para la educación”. Se le encargó a Sahlework Zewde, presidenta de Etiopía. Es la primera vez que se le encarga a alguien que está al frente de un país en vías de desarrollo. Además, o principalmente, mujer.

 

Ha sido un proceso muy participativo, se sabe que han opinado colaborativamente más de un millón de personas. A diferencia de los demás informes que está a cargo de un grupo de expertos. Se le conocerá como “El Informe Sahlework”. El secretario general de la ONU, António Guterres, convocará a los presidentes y primeros ministros de los países miembros a finales de este año. Previamente, habrá una reunión de ministros de Educación, en UNESCO París, en junio, próximo.

 

Los cinco componentes básicos del Informe Sahlework (2022) son: 1. Adoptar pedagogías basadas en la solidaridad y cooperación; 2, Actualizar los currículos y conocimientos comunes; 3. Hacer de la docencia una profesión colaborativa y referente de la transformación; 4, Hacer de las escuelas espacios a proteger para que garanticen la inclusión, la equidad y bienestar individua y colectivo.; 5, crear oportunidades educativas a lo largo de toda la vida y en distintos espacios sociales y culturales.

 

Si en el Informe Delors era “Aprender a vivir juntos” y “Aprender a lo largo de la vida”, con el Informe Sahlework la pregunta es “’¿Cómo nos relacionamos con el planeta?” y “¿Cómo nos relacionamos con la tecnología?”. Estamos acostumbrados a los cambios e innovaciones radicales, del “borrón y cuenta nueva”. En este caso, no se busca eso entre el Informe Delors y el Informe Sahlework, se piensa aprovechar todo lo que ha salido bien y será base para construir la nueva realidad educativa que buscamos. Es un proceso constructivo, por etapas evolutivas. Se buscan pedagogías de la solidaridad y la cooperación para lograr el “aprender a aprender juntos”. Se requieren currículos más interculturales y ecológicos. Currículos que combatan la discriminación, el racismo, el sexismo. Que combata la discriminación de niños, adolescentes y jóvenes con discapacidad. Que combata el enfoque “neocolonial” (sic) en todas sus expresiones.

 

Ojalá que las autoridades educativas de la SEP que están a cargo del nuevo currículo de la Educación Básica tomen una pausa para recibir, aunque sea el Proyecto de junio (Paris) del Informe Sahelwork (2022) que revisarán los secretarios y ministros de Educación, entre ellos y ellas, la de México. Para acompasar los objetivos, el lenguaje y la terminología. Porque los borradores que han circulado son de alarma. Por ejemplo, todo se explica desde lo que ahí se denomina “decolonial”. Seguramente tomado de la Teoría del Dr. Enrique Dussel. Pero como está expuesto ni el propio DR Dussel estaría de acuerdo. Es una simplificación abusiva con el afán de hacerlo sencillo y digerible para un público muy amplio. Pero pierde el sentido. Se pretende explicar la inclusión desde este término y combatirlo en todas las dimensiones, desde la epistemológica hasta la operativa de reducirse a una acción autóctona incomprensible. Así, ni los que están a favor de un cambio van a estar de acuerdo.

 

Si este es el enfoque que vamos a suscribir en París con la UNESCO y en Nueva York con la ONU, lo primero que debemos de adoptar es no partir de cero y aprovechar los esfuerzos que ya se realizaron y depurarlos, si se quiere, pero no ignorarlos. Entendiendo por ignorancia la voluntad de no conocer, no sólo el hecho de desconocer. Hay una tarea monumental, como todo es desde hace mucho tiempo en la SEP. Pero ahora más, con una pandemia de dos años que obligaron a la no presencialidad de niños, niñas, adolescentes y jóvenes por todo este periodo y no sabemos el estado actual de las condiciones educativas. La evaluación es el gran reto, con una estrategia viable y eficaz. De otro modo, se van a perder esfuerzos que quizás no sean los más efectivos en este momento. El otro, que las poblaciones más vulnerables se vieron más afectadas. Entre ellos, los alumnos con discapacidad. Por eso, la inclusión es más imperativa que nunca. Y la forma en que la conceptualicemos se traduce en una buena o ineficaz operacionalización de esta.

Los niños, niñas, adolescentes y jóvenes con discapacidad nos han demostrado que pueden tener logros al grado de acceder, permanecer y concluir exitosamente la Educación Superior. Lomque compromete más, no sólo a la Educación Superior, sino a la Educación Básica.

 

educacioninclusiva.egr@gmail.com