Escala de Grises - Además del performance
En opinión de Arendy Ávalos
Después de que el 9 de abril se informara la desaparición de Debanhi Escobar, en Nuevo León, los esfuerzos para localizarla no han disminuido. La información sobre el caso continúa difundiéndose a través de plataformas digitales y las mismas autoridades estatales han optado por recurrir a diferentes estrategias.
El pasado viernes, la Comisión Local de Búsqueda de Personas de Nuevo León, a través de su página de Facebook, anunció que recompensaría con 100 mil pesos a quien brindara información relevante sobre la desaparición de Debanhi. De acuerdo con la publicación, quienes deseen comunicarse deberán llamar al 81 2020 6868 o enviar un correo electrónico a la dirección cipol.recompensa@gmail.com.
Luego de que se viralizara una fotografía en donde se observa a la joven a un lado de la carretera a Laredo, también se dio a conocer un video que podría arrojar luz en la investigación. De acuerdo con el audiovisual que posee la Fiscalía General de Justicia del Estado de Nuevo León, Debanhi pudo haber acudido a la empresa Transportes Internacionales Alcosa.
Para complementar las acciones realizadas por las autoridades de la Fiscalía, familiares de la joven y personas voluntarias se reunieron junto a binomios caninos, elementos de Fuerza Civil y rescatistas del estado para recorrer la zona. Gracias a la difusión del caso, estados como Coahuila, Baja California, Durango y Tamaulipas también se han unido a la búsqueda.
Sin embargo, el panorama que enfrentan Samuel García y su gabinete resulta menos esperanzador. De acuerdo con las cifras oficiales, en el último mes han desaparecido más de 18 mujeres, lo que se ha convertido en una muestra [evidentemente representativa] de problemas como violencia de género, inseguridad y hasta delincuencia organizada.
Como consecuencia, Alicia Leal Puerta, quien se desempeñaba como secretaria de las Mujeres de Nuevo León, decidió presentar su renuncia “por acuerdo tomado con el gobernador”. En el comunicado que publicó en su cuenta de Twitter, Leal Puerta aseguró que su notoria ausencia no se debió a unas vacaciones, sino a un asunto familiar.
Tal parece que la ola de violencia que enfrentan las neolonesas (y las mexicanas) no entiende de razones ni de otras emergencias. Por supuesto, la culpa completa no recae en Alicia Leal Puerta (quien se ha enfocado en ayudar a las mujeres víctimas de violencia intrafamiliar); ojalá fuera así de sencillo.
La culpa recae en todas aquellas personas que han decidido ignorar o negar un problema que se ha agravado cada día, cada hora, de las últimas décadas. La culpa recae en el Estado, por ser incapaz de resolver los casos de desaparición, independientemente de si se viralizan o no. Y las instituciones no se salvan, mucho menos las personas que ocupan puestos de poder y deciden ceder ante la impunidad.
Tan solo en lo que va del 2022, los casos de desaparición ascienden a 199. No estamos hablando de un conflicto repentino ni de un fenómeno reciente que pueda desaparecer con condenas enérgicas o con 100 mil pesos de recompensa, aunque así lo parezca. La desaparición forzada es uno de los problemas más graves del país entero, al igual que la violencia de género; como sabrá, la combinación de ambos factores resulta catastrófica, por decir lo menos.
Con un acumulado de 6 mil 189 personas desaparecidas en poco más de un lustro, Nuevo León se ha convertido en la cuarta entidad con más desapariciones en México, antecedido por el Estado de México, Tamaulipas y Jalisco. La situación a nivel nacional es tan alarmante que se ha optado por desarrollar mecanismos que prevengan y resuelvan la desaparición forzada.
A pesar de los esfuerzos institucionales, el mismo Comité para las Desapariciones Forzadas de la ONU (CED) expresó su preocupación por las deficiencias existentes en la implementación de esas mismas herramientas. ¿De qué nos sirven, entonces? ¿Cuál es el objetivo de destinar recursos en generar estrategias [superficiales], entonces?
Pensémoslo objetivamente. ¿Quedar bien con organismos internacionales? La misma CED no está segura de la eficacia de las autoridades. ¿Tranquilizar a la sociedad? Las Madres Buscadoras recorren el país buscando a sus hijas e hijos, las fichas de personas desaparecidas circulan todos los días en plataformas digitales. ¿Hacer como que se está trabajando en el tema? Cuando se acude a levantar una denuncia por desaparición se estigmatiza a las víctimas y se criminaliza a las familias.
¿Qué se necesita, entonces? Además del performance, es imperativo visibilizar el tema, sensibilizar a la sociedad para que la violencia de género y las desapariciones dejen de ser justificadas bajo argumentos que solo fortalecen la impunidad. Se necesita una coordinación entre instituciones que garantice acciones preventivas y movilizaciones inmediatas para atender denuncias como las de Debanhi o de María Fernanda.
Como le digo siempre, la capacitación para el personal también resulta de suma importancia. No habrá forma [ni humana ni divina] de generar estrategias eficientes si la única preparación para atender casos de violencia de género se reduce al llamado “violentómetro”, será imposible si los casos de desaparición forzada se atienden con frases “seguro al rato regresa a su casa”.
No se necesitarían ofrecer recompensas millonarias para cada mujer desaparecida si los recursos se invirtieran en conocer, atender y prevenir que delitos como los anteriores sucedan en todo el país. Más que una nueva canción representativa del “nuevo Nuevo León”, urgen acciones inmediatas para localizar a las miles de personas desaparecidas, para garantizar seguridad y justicia, para que los problemas viejos no impidan “volver a empezar”.
¿Todo va a estar mejor?
@Arendy_Avalos