El Tercer Ojo - Serafín Mercado Doménech en la Memoria

En opinión de J. Enrique Alvarez Alcántara

El Tercer Ojo - Serafín Mercado Doménech en la Memoria

Triste pérdida, Serafín Mercado Doménech. Hiciste grande nuestro trayecto común.

Felipe Cruz Pérez

 

Un día 02 de diciembre, del año 2017, trascendió más allá de su existencia física el Dr. Serafín Mercado Doménech; hace cuatro años ya de ello.

Una pérdida muy sensible para quienes le conocimos en los pasillos y las aulas de la Facultad de Psicología de la UNAM.

Un día antes, el 01 de diciembre del mismo año, charlando con los doctores Dino Moredu, Eliseo Guajardo Ramos y Alexis López, hablábamos sobre los grandes personajes que se encuentran, según nuestra opinión, entre los grandes constructores de la psicología en México y, sin dudarlo un sólo instante, concordamos en que el Dr. Serafín Mercado era uno de ellos y merecía un lugar cimero en la columna que les muestra a los ojos de los profesionales de esta disciplina del conocimiento científico.

Alguna otra vez, pocos años antes, charlando con el Dr. Juan Delval y otra ocasión con el Dr, Mario Carretero, ambos comentaron que, en España, fue uno de los personajes que influyeron, en un periodo oscuro para ellos, al impulso de los enfoques que se hallan dentro de lo que se conoce como Psicología de Orientación Cognoscitiva o Cognitiva; particularmente con la publicación de su breve libro Procesamiento Humano de la Información, publicado en el año 1978 por la Editorial Trillas, en México, edición que en su momento constituyó la referencia obligada y el texto más citado en habla hispana sobre esta temática; es muy probable que el mismo hubiera sido consultado por diversas generaciones de psicólogos en formación e investigadores en varios países de habla hispana.

Por otro lado, y posteriormente, ha sido considerado con razón, el fundador de lo que se desarrolló como Psicología Ambiental, en México.

Serafín Mercado Doménech fue mi maestro, como de muchos colegas más, durante mi paso por la Facultad de Psicología de la UNAM; recuerdo claramente que la primera asignatura que cursé con él fue Sensación y Percepción o Sensopercepción; lo primero que me sorprendió, pues no esperaba que algún docente pidiera que leyésemos un libro inaudito para la época y para la materia --hablo de 1978-- de Vladimir Illich Ulianov, Lenin, me refiero a su breve texto Materialismo y Empiriocriticismo.

Por otro lado, fue él quien además nos acercó insensiblemente a las críticas al Conductismo, modelo dominante en esa época dentro de la Facultad de Psicología de la UNAM y la amplia mayoría de escuelas y facultades de psicología en México y América Latina, exceptuando la isla de Cuba. Pero no sólo ello; asimismo, nos aproximó a los enfoques cognitivos en psicología, así como muy particularmente a lo que se difundió como el Procesamiento Humano de la Información. Desde ese entonces era claro para nosotros que el sujeto de la actividad psíquica no era un ser pasivo y reactivo, sino también era un ser que se comportaba activamente frente a la realidad o el ambiente.

Serafín Mercado fue también un amigo entrañable, a pesar de la distancia generacional que nos separaba. Fue el, además de mi estimado amigo Climent Giné Giné, quien se acercó fraternalmente a mi esposa, a mi hijo y a mí, cuando atravesamos la experiencia del nacimiento de una hija que ya no tenemos, y nos acompañó incondicional y solidariamente durante el trayecto que demandaba esta circunstancia.

Fue, por otro lado, un sobreviviente y guerrero de la lucha permanente contra la derrota que propinan las enfermedades que para algunos son irresolubles. Serafín, gallardamente la derrotó, aun sabiendo que ella, más tarde que nunca, vencería irremediablemente.

Pues bien, esta ocasión, no quiero dejar pasar este cuarto aniversario de su partida sin recordar que él ocupa un espacio en nuestra memoria e historia.