Defender la transparencia
En opinión de Roberto Salinas
Tras el autoritario amague del presidente López Obrador de desaparecer organismos autónomos, cientos de actores sociales y políticos han manifestado su rechazo a este intento de robar el derecho de acceso a la información a los ciudadanos eliminando al Instituto Nacional de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI).
Como muchas de las iniciativas del presidente, están sustentadas en ocurrencias, en otros datos que no son datos, sino producto del autoritarismo y deseos de concentrar el poder. La propuesta presidencial pretende que el trabajo de garantizar el derecho de acceso a la información lo realice la Secretaría de la Función Pública federal, en manos de la Secretaria Irma Eréndira, la misma que perdonó y absolvió de toda culpa a Manuel Bartlett de no incluir diversas propiedades en su declaración patrimonial y que no podrían ser producto de su desempeño como vividor eterno de la política.
La absurda propuesta promete una transparencia inmediata, en la que los funcionarios federales deben responder las solicitudes de acceso a la información en 72 horas, algo, que, como muchas de sus promesas de campaña, no se pueden cumplir. Si las instituciones públicas no cumplen con la entrega de información en 30 días, menos lo harán en 72 horas.
Ha quedado claro que al actual gobierno federal no le gusta la transparencia. En lo que va de su administración, las quejas por la falta o mala entrega de información aumentaron poco más de 10% de 2019 a 2020. También se promete eliminar las reservas, pero la actual administración ya reservó la información del aeropuerto de Santa Lucía, el Tren Maya, contratos de la compra de vacunas de COVID y el avión presidencial, entre otros.
Si el INAI desapareciera, los estados replicarían las mismas acciones de eliminar los institutos locales de transparencia. Si bien, a nivel local los institutos tienen muchas carencias y deficiencias como el de Morelos, derivado por la forma opaca de elegir comisionados y la injerencia política en el mismo, es necesario defender estas instituciones y seguir insistiendo en asegurar su autonomía y profesionalismo.
La transparencia es una de las principales herramientas de los ciudadanos para obtener información gubernamental, ejercer la rendición de cuentas y en caso del periodismo de investigación de evidenciar la corrupción al interior de la administración pública.
Aunque esta nueva ocurrencia del presidente podría ser un distractor más de las deficiencias de su gestión y los problemas de salud y económicos que presentamos, quienes creemos en las instituciones como el INAI, tenemos que hacer el doble trabajo de defenderlo y no perder atención de los malos resultados de las administraciones gubernamentales.
Por eso, con mayor razón, tenemos que seguir haciendo uso de la transparencia que nos permita tener elementos no solo para criticar lo que está mal, sino para plantear soluciones de mejora a las instituciones que son de los ciudadanos y procurar resolver los problemas públicos que nos aquejan todos los días.