Cuautla, a río revuelto, palos de ciego
En opinión de José María Román Román
El escándalo en que se ha visto envuelta la policía municipal de Cuautla a raíz del descubrimiento al parecer de una organización criminal dedicada al secuestro y la extorción ha dado pauta a mostrar la cara sucia del actuar del gobierno del estado.
En su prisa, las autoridades estatales y concretamente los señalamientos del secretario de Gobierno, Pablo Ojeda en el sentido de solamente dar como supuesto que los hechos ocurridos son parte de un mal procedimiento policiaco lleno de anomalías y que fueron los policías municipales quienes violaron el debido proceso, y que además se trata de un asunto de diferencias entre particulares, no hace más que dimensionar un conflicto en el que el que menos calidad tiene para dar opiniones es el citado funcionario ya que ni es el fiscal, quien en todo caso y de acuerdo a la ley se encarga de investigar y tampoco el señor Guarneros, quien tiene la misión de hacer lo mismo para prevenir los delitos. Habló de éste asunto el Secretario de Gobierno sin el sustento debido y sin tener las bases necesarias para emitir una opinión, es decir, sin pruebas de su dicho, lo que puede resultar temeraria y arbitraria su opinión ya que está juzgando los hechos y señalando culpables sin ser la autoridad juzgadora ni investigadora y sin tener facultades de acuerdo a la ley.
Corresponde éste papel al fiscal Carmona, que es quien deberá en su caso emitir la opinión respectiva y los papeles son obviamente invertidos por el Secretario de Gobierno con un propósito que pone en dudael por qué sale este personaje a declarar sobre los hechos. La intervención del Fiscal en este asunto fue muy tibia, muy superficial, lo mismo que la del señor Guarneros, ¿Por qué? Es decir, ¿cuál es la razón de que sea él, el secretario quien aborde el tema y no los que legalmente son competentes? Surge la duda y queda en el aire la respuesta, pero a mayor abundamiento y acreditando su calidad, la población de Cuautla lo mismo que el sector privado, de forma espontánea se ha manifestado públicamente dando su apoyo a la policía municipal y pidiendo se aclare a plenitud y sin dudas éste asunto. Eso dice todo, eso revela cual es la imagen social que tiene la policía del municipio.
Si las autoridades estatales van a resolver los problemas a base de opiniones o apreciaciones y no en base a investigaciones y pruebas, mal andamos y la problemática de este asunto se les puede revertir. Es injusto calificar a la ligera a los que consideran culpables amparándose en el solo hecho de ser funcionarios de primer nivel el en el gobierno del estado. Hay orden y hay ley que dicta las formas y los procesos a seguir en este caso y es obvio que el funcionario estatal esta fuera de la ley y fuera de la congruencia en un asunto de trascendencia social.
Ya antes, por cierto, por el mismo rumbo el fiscal estatal hizo un señalamiento igualmente temerario, igualmente impropio cuando en el asunto de Huexca y la muerte de Samir Flores, señaló que tenía evidencias de quienes cometieron el crimen y se dio un plazo muy corto para detenerlos. Hasta la fecha no obstante el exceso del tiempo transcurrido nada se ha hecho y solo fueron palabras huecas para salir del apuro y para calmar unos ánimos que no están para nada tranquilos. Esto lo podemos observar con los reclamos que le hicieron al respecto a AMLO en su última visita cuando le encararon el homicidio no aclarado de Samir Flores.
¿Qué pretende el secretario de Gobierno al salir a dar la cara en un asunto que no le compete? O, ¿qué intereses se mueven atrás de éste asunto para dimensionarlo y proteger antes de tiempo a los probables delincuentes y acusar a los policías de hacer un mal trabajo? No lo sé, pero debe ser algo grande e importante o en su caso un distractor de los graves problemas que en seguridad se enfrenta el gobierno de Morelos. Pero mientras es una u otra cosa, la policía municipal, que cuenta con el apoyo de la población está siendo afectada sin que se tenga como cierta una razón de validez el dicho del secretario de Gobierno. ¿Qué tanto interés tienen en este asunto las autoridades estatales y porque no dejan que sean el fiscal y el señor Guarneros quienes den la cara del problema? No es usual que con tanta vehemencia se defienda un caso y menos es usual que se haga cuando se carece de la autoridad para hacerlo, como lo está siendo el secretario de Gobierno Pablo Ojeda. Probablemente el interés sea tan grande que al final salgan afectados los posible inocentes como pueden ser los policías, todo en nombre de algo más grande de lo que solo podemos sospechar por los actos que miramos hacer. Cuautla es una de las zonas con más repunte del delito del secuestro y extorción, la población está desprotegida y apenas sí se mira cierta confianza en los policías municipales y es desde el gobierno estatal desde donde se trata de destruir la credibilidad, sin nada que lo acredite o demuestre. Lástima, así todos, sociedad y gobierno perdemos ante la delincuencia.