A buen puerto
En opinión de Carlos Morales Cuevas
En este barco sin velamen,
sin timón, sin brújula y sin capitán,
cavilo en llegar a buen puerto,
a tu puerta,
a la orilla de tu boca.
Ya me veo entrando en tus caderas
(cenote de sueños que he soñado),
bajo el vuelo de los albatros,
con la lluvia a la distancia,
guiñando un ojo,
coqueteando con el sol;
persiguiendo la profecía
(mas no al profeta),
hombre diletante que brega por ser poeta,
en estas aguas sin Dios,
pero con preces acariciando las nubes.
Ya me veo atracando en tus delirios,
desembarcando mis toneles de melancolía,
alborozado por ver tierra firme,
tu sombra sobre la mía,
tu sonrisa acariciando mi pupila;
por dormir bajo tus párpados,
por al fin quemar mis naves.
Sin embargo,
el tiempo se quedó dormido,
la muerte parece sorda,
en este eclipse que ha empezado a echar raíces,
entre los surcos de la chirle historia.
Ahora mismo quisiera vislumbrar en el destino,
alguna cueva,
quizá con primavera en sus entrañas;
y arrojar esto que escribo,
en una botella al mar,
en este barco sin velamen,
sin timón, sin brújula y sin capitán.