¨Yo tengo otros datos¨

En opinión de Carlos A Galicia

¨Yo tengo otros datos¨

El 1 de septiembre se llevó a cabo el cambio de legislatura. Es muy común que, en cada arribo de una nueva legislatura al Congreso del Estado, sus integrantes se desvivan en los discursos. Los integrantes de la legislatura 55 pronunciaron discursos vehemente; algunos llenos de patriotismo, otros estuvieron cargados de heroísmo que rayaron en la estridencia. No faltaron los discursos nacionalistas que más bien, tenían una tendencia chovinista.

 La mayoría de los participantes en tribuna hablaron a nombre del pueblo de Morelos y las acciones que pretenden realizar son por el bien de México y del Estado de Morelos.

Sin embargo, en el transcurso de su desempeño como legisladores se va a conocer la capacidad, compromiso y trabajo que ofrecen al estado y al país. Su desempeño se define con sus acciones; quienes son y que están realizando con la representación popular que ha sido conferida por el pueblo.

Muchos de los legisladores se estrenan por primera vez, algunos, que son muy pocos los que repiten en el cargo. Otros tienen experiencia municipal, pero no legislativa. Aquí es donde radica la diferencia. Cuando son presidentes municipales brillan con luz propia. Porque ellos disponen de presupuesto y tienen los reflectores a su favor, sus acciones como ejecutivos son avalados por el condicional cabildo.

 En cambio, cuando son diputados las cosas son diferentes, sus acciones están determinadas por los demás legisladores; es decir no pueden crear leyes, sin que no tengan la aprobación del pleno, de lo contrario sólo se quedará en una mera iniciativa. Por lo tanto, el protagonismo exacerbado tiende a desvanecerse.

  Sólo existen dos cargos que tienen luz propia: la Presidencia de la Junta Política y de Gobierno y la Mesa Directiva del Congreso.  Quienes han ocupado esos cargos señalan que son posiciones muy bien agraciadas económicamente, porque son ellos los que distribuyen el recurso y también autorizan la lana para los demás diputados. Y el otro aspecto que favorece es el político, porque son los representantes del Congreso.

Quienes ocupan esas posiciones tiene mayores reflectores ante la opinión pública. Se convierten en protagonistas de la escena legislativa. Además, incrementan su patrimonio familiar. Son áreas que no son auditadas ni fiscalizadas.

Los legisladores que han pertenecido al Comité de Vigilancia del Congreso señalan que no es en realidad un órgano de control interno, más bien, es un órgano de consentimiento para legitimar las acciones de lo que se gasta el órgano legislativo.  El Comité no hace señalamientos de los excesos y abusos, al contrario, todo está bien.

Por tal motivo, es urgente la creación de una contraloría social al interior del Congreso. La contraloría social permitiría la incorporación del sector social; es decir la presencia y participación del pueblo en la supervisión y fiscalización de las acciones de los diputados, funcionarios y empleados de Congreso. Si en verdad están cumpliendo con las normas establecidas y si se cumplen en tiempo.

Es imperativo que a la Entidad Superior de Auditoria y Fiscalización (ESAF), se convierta en un órgano constitucional autónomo.

Es indispensable la autonomía a la ESAF porque de esta manera no habría una relación de subordinación ni compromisos con el órgano legislativo. No se cumpliría la máxima de que:  - “yo te puse yo te quito”-. Es necesario la rendición de cuentas y la transparencia en la casa del pueblo.  El Congreso del Estado es uno de los poderes públicos que no transparenta sus recursos públicos, viven en la total opacidad. Es el poder público que observa, pero no es observado.

Es el momento ideal para que esta nueva legislatura muestre que tiene ganas de hacer las cosas diferentes. Es urgente realizar algunos cambios.

Revisar el número de comisiones legislativas y en particular sus facultades.

 Revisar la operatividad de los órganos de control interno.

Capacitar y seleccionar al personal administrativo. Es muy frecuente que entran nuevas legislaturas y sigue el mismo personal en áreas estratégicas como en la Secretaria de Administración y Finanzas y en Secretaria de Servicios Legislativos y Parlamentarios. La permanencia del mismo personal no permite que las instituciones se oxigenen.

Rediseñar la estructura administrativa del órgano de representación, pero no con la pretensión de crear más plazas para colocar a los amigos y parientes.       Sino para profesional del servicio legislativo. 

Es decisión de la nueva legislatura llevar a cabo la transformación de la casa del pueblo. Al menos, eso fue lo que se escuchó en los rimbombantes discursos de instalación.