Serpientes y escaleras - ¿Qué le pasó al fiscal?

En opinión de Eolo Pacheco

Serpientes y escaleras - ¿Qué le pasó al fiscal?

Lo que no han logrado los políticos, lo puede hacer realidad un médico forense.

 

¿Qué le pasó al fiscal?

Uriel Carmona Gándara ha sido polémico desde su nombramiento; su llegada al cargo en el gobierno de Graco Ramírez fue sorpresiva porque muchos aseguraban que el tabasqueño impulsaría a Javier Pérez Durón. Desde que asumió el cargo se le ha acusado de proteger los intereses del gobierno anterior y por ello en varias ocasiones el gobernador Cuauhtémoc Blanco ha pedido su salida. A pesar de los ataques, el titular de la FGE se ha afianzado en su posición y ha sabido sortear las crisis en base a dos cosas: conocimiento del derecho y carácter. ¿Qué pasó con el caso de Ariadna?

Cuentan los que saben que el gobernador Graco Ramírez prefirió a Uriel Carmona sobre Javier Pérez Durón porque el primero, a pesar de no tener experiencia, sí mostraba una fortaleza de carácter que no tenía quien entonces encabezaba la Procuraduría. “Vienen tiempos difíciles y habrá mucha presión; Uriel es cabrón, tiene muchos huevos y no se va a doblar” decía el tabasqueño al justificar la llegada del notario.

A lo largo de cuatro años Carmona Gándara ha enfrentado varias crisis e intentos de relevarlo del cargo; en lo público los congresos local y federal buscaron caminos legales y los votos necesarios para quitarlo, pero nunca pudieron. En lo privado la presión al fiscal morelense ha sido mayor, porque lo han presionado desde la presidencia de la república, desde la secretaría de gobernación y desde la consejería jurídica del gobierno de México. Pero nunca se dobló.

Las batallas que ha librado el abogado morelense no han sido sencillas, pero ha contado con la fortuna de que sus atacantes no han tenido la capacidad jurídica ni los conocimientos necesarios para iniciarle un proceso consistente. En todos los casos el duelo legal lo ha ganado el fiscal porque en cada ocasión ha demostrado que en dominio del derecho es superior a quienes lo han denunciado.

Las victorias legales del fiscal y el desaseo político que ha prevalecido en Morelos a lo largo de los últimos cuatro años han permitido a Uriel Carmona reafirmarse en el cargo. Entendamos algo: la Fiscalía de Morelos no sobresale por su desempeño ni por sus resultados, pero políticamente hablando los golpes que ha recibido (y aguantado) el titular de la FGE lo convirtieron en un funcionario fuerte, de los más fuertes en el ramo en todo el país.

Precisamente porque en todas las batallas pasadas la característica personal del fiscal morelense ha sido una actuación legal pulcra es que llama la atención la pifia cometida en el caso de la joven Ariadna. Revisemos:

1-     Ariadna Fernanda desapareció en la Ciudad de México y fue encontrada sin vida en la carretera a Tepoztlán, en Morelos.

2-      El proceso de levantamiento de cadáver y la necropsia de ley correspondió a la Fiscalía General del Estado de Morelos porque aquí fue hallado el cuerpo.

3-      La FGE Morelos realizó la primera necropsia y el fiscal en persona dio a conocer los resultados. Uriel Carmona aseguró que en base a los elementos corroborados jurídicamente podían confirmar que la causa de muerte de la joven fue por una “grave intoxicación alcohólica y consecuente broncoaspiración”… “no encontramos en ella huellas de violencia”; y remató: “basados en estudios científicos y en la necropsia, la muerte no es coincidente con un feminicidio”.

4-      La familia de la joven no quedó conforme con los resultados y solicitó a la fiscalía de la Ciudad de México que realizara una nueva necropsia al cuerpo de la joven y el resultado fue totalmente opuesto al ofrecido por las autoridades de Morelos. Fue la fiscal de la CdMx quien informó que la causa de muerte de Ariadna Fernanda no fue por ingesta de alcohol y broncoaspiración, como lo afirmaron las autoridades de Morelos, sino por contusiones múltiples. Y dijo ¡Se trata de un feminicidio!

5-      La segunda necropsia estableció que el cuerpo de la joven presentaba lesiones por golpes y se determinó que el motivo de fallecimiento fue por trauma múltiple que se califica de mortal. La investigación permitió obtener datos de prueba sólidos y contundentes para establecer la participación de al menos dos personas en el feminicidio de la joven Ariadna, dijo la fiscal de CdMx.

6-      Para soportar su hipótesis la fiscalía capitalina mostró diversos elementos de prueba, entre ellos el video donde la joven es cargada sin vida y subida a una camioneta. Un dato más: la persona que cargaba el cuerpo de Ariadna compró teléfonos desechables que posteriormente fueron encontrados en su departamento y antes de tirar su cuerpo en una carretera hizo varias llamadas a Morelos.

La nueva información vertida sobre los hechos ha generado una inmediata reacción pública y un reclamo airado hacia las autoridades de la fiscalía de Morelos, particularmente contra su titular Uriel Carmona Gándara. La jefa de gobierno de la Ciudad de México Claudia Sheinbaum acusó al fiscal morelense de tratar de encubrir un feminicidio porque tiene relación con el presunto victimario.

Las necropsias de ley se llevan a cabo por personal capacitado con equipo especializado; tratándose del mismo hecho y persona se supondría que ambas fiscalías encontrarían lo mismo y llegarían a las mismas conclusiones, porque los procedimientos que establece la ley son los mismos, pero resultó no fue así. En Morelos se aseguró que fue un accidente y en la CdMx concluyeron que se trató de un feminicidio. Alguien miente.

Puede entenderse que exista un margen de error en la necropsia, pero era de esperarse que ambas instituciones determinasen lo mismo; no fue así. Lo que concluyeron una y otra dependencia es diametralmente opuesto y la presentación de videos y declaraciones en la investigación sobre los hechos concede la razón a las autoridades capitalinas.

Política y legalmente hablando el fiscal de Morelos ha podido, hasta ahora, sortear todos los problemas que le han puesto enfrente, lo ha hecho en base a su carácter y conocimiento del derecho, pero en este caso la historia puede ser diferente porque se trata de un hecho gravísimo de trascendencia nacional. Estamos frente a lo que pareciera ser el intento de encubrimiento de un feminicidio por parte del propio fiscal. No hay manera de defender o justificar algo así.

La actuación de la fiscalía de la Ciudad de México y el mutis de su símil morelense son elementos que juegan en contra de Uriel Carmona. El fiscal debió reaccionar de inmediato, defender su postura o sancionar a quien cometió un error garrafal por dolo o complicidad, pero no lo hizo. Uriel Carmona fue quien informó sobre los resultados de la autopsia, quien afirmó que no se trató de un feminicidio y quien, con sus declaraciones, victimizó a Ariadna; hoy el silencio del fiscal se entiende como complicidad y eso le puede costar el cargo.

En el pasado Carmona Gándara ha enfrentado juicios en los congresos federal y local, ataques mediáticos de distintos actores de poder y denuncias que no avanzaron porque estuvieron mal planteadas. Incluso resistió la amenaza personal de Julio Scherer en su calidad de consejero jurídico de la presidencia y más recientemente la del secretario de gobernación Adán Augusto. Nada de eso inmutó al fiscal Morelense, pero nada de eso se compara con lo que puede derivar del asesinato de la joven Ariadna Fernanda.

No existe forma de justificar la protección a un feminicida. No hay manera de justificar un “error” como el que cometió la fiscalía de Morelos en el caso de la autopsia de Ariadna Fernanda y no será posible que un fiscal se mantenga en su cargo cargando una historia como la que hoy se está contando. Item más: la protección a un feminicida es un acto colectivo, son muchos los funcionarios de la fiscalía los que participaron en esta farsa y todos deben ser sancionados.

Uriel Carmona podría dejar la titularidad de la FGE por un asunto grave que, incluso, podría acarrearle consecuencias legales en lo personal, por encubrimiento, pero eso dependerá de lo que decidan los diputados del congreso local.

Serán los legisladores quienes decidirán si actúan en consecuencia o se hunden con él. El tema es indefendible.

·         posdata

Todos los embates políticos contra el fiscal de Morelos han sido en vano. No importa la forma ni el tamaño de la amenaza, Uriel Carmona Gándara ha tenido “los huevos” (Graco dixit) suficientes para aguantar la presión y la capacidad jurídica suficiente para defenderse. Lo de Ariadna es distinto.

Las evidencias mostradas por la Fiscalía de la Ciudad de México exponen que en la necropsia realizada por las autoridades de Morelos hubo más que un error, se trató del intento de encubrimiento de un asesino. Lo que ha mostrado la FGJCDMX va más allá de la autopsia, es evidencia resultado de investigaciones, hay pruebas documentales, videos, declaraciones y hechos que confirman que la muerte de Ariadna no fue accidental, como sostiene la fiscalía morelense.

En el futuro de Uriel Carmona hay dos escenarios: el que se abrirá luego de que la fiscalía capitalina de vista del tema a la FGR, cuyas consecuencias legales alcanzarán al fiscal de Morelos; y la que puede derivar de una acción que tome el congreso local al evaluar la continuidad del fiscal. Detengámonos en este punto.

Si la historia de un encubrimiento se consolida, los diputados tendrían que determinar la inmediata salida de Uriel Carmona; hacerlo, empero, les quitaría un personaje clave en su lucha política contra el gobernador Cuauhtémoc Blanco, justo ahora que lo tienen contra las cuerdas. La lógica obliga a hacerlo, pero la forma como se conducen nuestros representantes populares hace pensar que eso no va a ocurrir.

El descrédito público que vive el fiscal de Morelos es enorme y lo dejará marcado de por vida; los legisladores morelenses deberán valorar si asumen parte de ese descrédito al proteger a un funcionario señalado de encubrir a un feminicida o determinan su inmediato remplazo ante la comisión de una falta grave. Hasta ahora las diputadas feministas han guardado silencio cómplice.

·         nota

Durante cuatro años el gobierno de Cuauhtémoc Blanco ha estado abiertamente contra el fiscal Uriel Carmona; una y otra vez lo han señalado, acusado de incompetente, de protector de Graco y por no dar resultados.

Pero justo ahora que aparece un tema de fondo, inocultable, imperdonable, el gobierno estatal se mantiene a distancia del tema. Fue la jefa de gobierno de la Ciudad de México la que puso el caso en la mesa y quien ha encabezado una crítica firme y contundente contra quien, afirma, encubre a un feminicida.

Si el gobierno de Morelos esperaba un momento para mostrar firmeza al actuar, era este.

·         post it

La orden fue dada: la jefa de gobierno de la CdMx mandato a su fiscalía que den vista de los hechos del caso Ariadna a la FGR; señala que existe complicidad entre el fiscal de Morelos y el asesino y pide al gobierno de México que actúe en consecuencia contra el presunto encubridor. “El presidente tiene conocimiento de este tema” dijo en conferencia de prensa Claudia Sheinbaum. “Por eso lo hago público”.

Ahora sí el tema está en la cancha jurídica de la presidencia y existen los elementos para que el Gobierno de México actúe contra el fiscal morelense y contra quienes quieran protegerlo. Incluidos los diputados.

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Tantos esfuerzos invertidos en campañas negras que nos sirven para nada y justo cuando hay elementos para fijar un tema en el imaginario colectivo los estrategas brillan por su ausencia.

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