Serpientes y escaleras - La importancia de hacer política

Comenzó el reacomodo de fuerzas políticas en el estado. Viene la parte dura del sexenio.

La importancia de hacer política

El reacomodo de fuerzas políticas en el estado comenzó después de que se formalizaron los resultados de las elecciones. El cambio en el escenario de poder es evidente y empieza a tomar forma en el congreso, donde se ha creado un bloque de diputados que están arrebatando el control a pesar de que aún no protestan el cargo. La narrativa política de los próximos tres años girará en torno a dos circunstancias: enfrentar al gobernador y posicionar figuras rumbo a la sucesión.

Desde cualquier ángulo que se mire el panorama político en Morelos va a cambiar luego de que el jefe del ejecutivo perdió la mayoría legislativa y el control de casi todos los espacios de poder. Sin aliados y sin partido, Cuauhtémoc Blanco tratará de recargarse en la federación para obtener el apoyo del presidente López Obrador, lo cual le servirá mientras las cosas no se le salgan de control en donde gobierna.

Las elecciones del pasado mes de junio no fueron buenas para Morena a pesar de que sus dirigentes insistan en presentarlas como un éxito. Por supuesto que el movimiento obradorista se mantuvo como primera fuerza en el país y ganaron más gubernaturas de las que ellos mismos esperaban, pero también retrocedieron en el congreso federal y sufrieron un fuerte descalabro en la capital del país, donde electoralmente creció la izquierda mexicana.

El problema para el Movimiento de Regeneración Nacional no está en lo superficial de una discusión sobre si les fue bien o les fue mal en el pasado proceso, lo verdaderamente importante es la actitud que tomará ese partido luego de conocer los resultados, pensando en la gobernabilidad política de los siguientes tres años y por supuesto en la sucesión presidencial del 2024.

La reflexión anterior tiene que ver con lo que sucederá en Morelos en los próximos años, porque de la línea nacional que defina Morena depende la ayuda que recibirá el gobernador Cuauhtémoc Blanco. Digámoslo de esta forma: el presidente Andrés Manuel López Obrador siente simpatía personal por el exseleccionado nacional, pero no meterá las manos al fuego por un gobernador que pierde el control de su entidad.

Entendamos que el jefe de la nación tiene sus propios problemas y retos como presidente de México; derivado de las elecciones tendrá que negociar con otras fuerzas políticas en el congreso y atender los conflictos cotidianos de la agenda del país en un ambiente menos favorable que el de los tres primeros años de su gobierno. Sin duda el presidente estará atento a la situación que vivan todos los gobernadores de su partido, pero difícilmente se distraerá de sus actividades para meterse a resolver conflictos locales.

Pesando en ello el gobernador Cuauhtémoc Blanco necesita observar con cuidado el panorama que tiene enfrente y tomar decisiones al respecto; la derrota política que sufrió el pasado 06 de junio no fue casualidad, hay elementos suficientes para explicar lo que sucedió y existen figuras con nombre y apellido que abonaron a que la debacle fuese tan severa.

Lo lógico después de una situación así sería que el mandatario efectuara cambios en su gabinete e implementara inmediatamente una intensa operación política con el objetivo de sanar heridas y acercar posiciones, pero eso todavía no se ve en el horizonte. Los movimientos en el congreso son una señal de la línea que habrá en el próximo parlamento y de las intenciones personales de algunos de sus integrantes; no leerlas o no hacerles caso puede ser un error catastrófico para el gobierno estatal.

La postura de los diputados electos no es casual y el bloque que están formando tampoco es fortuito: una docena de legisladores electos están decididos a tomar el control parlamentario y marcar el rumbo de las decisiones políticas de los próximos años. Frente a ellos no hay nada, los demás legisladores no pintan y por parte del ejecutivo estatal no existe una figura que dialogue con la oposición para ir trabajando de manera conjunta una agenda institucional.

El tiempo ha dejado de ser un aliado del régimen: el secretario de gobierno necesita operar con las autoridades electas, respetando la autonomía entre poderes, pero convenciendo a los nuevos actores políticos de la importancia de no generar un clima de enfrentamiento electoral antes de tiempo. Obviamente este trabajo debió hacerse desde antes y no se hizo, por ello la postura de los próximos diputados; la falta de diálogo con los actores de poder, con las dirigencias de los partidos políticos y ahora con las autoridades electas ha traído como consecuencia lo que estamos viendo.

La segunda mitad del sexenio en Morelos será distinta, seguramente continuarán los conflictos propios de la agenda estatal y seguiremos viviendo incidentes violentos relacionados con la operación de los grupos de la delincuencia organizada, pero ahora habrá un congreso distinto, más político, más duro con el ejecutivo y seguramente decidido a actuar ante la primera crisis que se presente.

Mientras más tiempo pase sin que el ejecutivo opere políticamente con los otros poderes y con la oposición, más difícil y costoso resultará llegar a acuerdos. Lo que se advertía desde hace meses fue confirmado en las urnas, al congreso llegarán figuras con más capacidad y talento que los actuales, estarán varios ediles que fueron maltratados y que personalmente se sienten agraviados por el gobernador.

La situación se agudiza si consideramos que al lado de un parlamento opositor veremos a un fiscal resentido con el jefe del ejecutivo y con su gente, a un poder judicial que no está conforme con el trato que recibe y a todos los partidos políticos empeñados en minar la fuerza del gobernador para que no tenga posibilidad de intervenir e la sucesión del 2024 en Morelos.

El futuro no luce nada sencillo para Cuauhtémoc Blanco: perdió el congreso, se quedó sin partido y está cosechando las enemistades que le heredó Hugo Eric Flores. Hacia adelante debe que caminar de forma distinta, tiene que conciliar con todos los sectores, acercarse más a la gente y trabajar de manera más afable con los demás.

El de Morelos no es un gobernador cualquiera, antes de entrar a la política Blanco Bravo ya era una figura reconocida internacionalmente, con muchos seguidores y una imagen por encima de la de muchos actores de la vida pública. Ese puede ser el punto desde el cual sus estrategas diseñen un plan distinto para la segunda mitad de su sexenio, regresando a lo básico, pero añadiendo una alta dosis de política, para recuperar simpatías y suavizar a los adversarios.

• posdata

Lo dicho: los ediles están tomando el control de la cámara de diputados y seguramente estarán a cargo de las decisiones que se tomen en el parlamento los próximos tres años.

Ubíquenlos en el orden que quieran, pero no pierdan de vista a los expresidentes municipales de Yautepec Agustín Alonso, de Yecapixtla Francisco Erick Sánchez, de Tetecala Luz Dary Quevedo y de Huitzilac Ulises Pardo. Alrededor de ellos girarán las medidas que se asuman en la siguiente legislatura.

Obsérvese también que entre la docena de representantes que están marcando agenda no se encuentran todos los que ganaron en las urnas, ni algunos que repiten en el cargo como Tania Valentina. La selección no es casual, obedece a algo y que tiene objetivos.

El debate sobre las últimas decisiones que quieren tomar los diputados en funciones es solo el pretexto para que los electos den la cara; por supuesto que tienen razón en oponerse a los nombramientos de último momento, pero el tema parece más una excusa para que los electos demuestren que ya están operando en la cámara.

Los exalcaldes que en unas semanas tomarán protesta como diputados y otros integrantes más del siguiente congreso tienen algo en común: están enojados.

¿Qué está haciendo el secretario de gobierno para atender y suavizar este frente?

• nota

Informa el delegado de bienestar Raúl Anaya que para el mes de octubre calculan haber vacunado, al menos con la primera dosis, a toda la población mayor de 18 años en Morelos. La noticia es buena y ojalá se cumpla, recordemos que nuestra entidad ha sido privilegiada en la distribución del biológico, de ahí las altas expectativas que se tienen para que en los próximos meses la mayoría de los morelenses estemos vacunados.

Ojo: estar inmunizado no es garantía de no enfermarse, ya existen casos de personas con el cuadro completo de vacunas que se han contagiado y algunos que perdieron la vida a causa de esta enfermedad.

La vacuna es importante como una medida de prevención, pero debe ir acompañada de todos los cuidados que las autoridades de salud dictan para evitar contraer covid.

Ergo: hay que vacunarse y hay que seguirnos cuidando.

• post it

La diputada Ariadna Barrera ya dio el salto de una legislatura a otra; el rompimiento con sus actuales compañeros no es fortuito, de ahí su salida de la coordinación parlamentaria, de la Junta Política y de la presidencia de la comisión de hacienda.

Su posición es incómoda por donde se vea, porque aunque aparece del lado de quienes reclaman al congreso en funciones que no tome decisiones que ya no le corresponden, no se olvida que ella es parte de esa legislatura a quien se le achacan actos de corrupción y también a ella se debe en parte que los temas no hayan avanzado.

La diputada de Jiutepec necesita reinventarse en el futuro antes de que las cosas se le compliquen; logró la reelección gracias al trabajo del alcalde Rafael Reyes, pero necesitará de un giro total en su estrategia de trabajo para tener luz propia y avanzar en un parlamento que será distinto al actual.

La dama es nueva en política y eso no es pecado; su desempeño en la legislatura 54 no fue sobresaliente, pero quizá en esta nueva etapa logre destacar como una figura con habilidad para trascender y figurar en el escenario estatal.

Veámoslo así: aunque el trabajo de Ariadna Barrera en el congreso actual no amerita aplausos, su actitud mesurada en temas espinosos sí puede ser reconocida, porque nunca cayó en protagonismos torpes como los de Rosalina Mazari o actitudes radicales como las de Tania Valentina.

Si se aplica en las tareas legislativas y le baja tres rayitas a la soberbia, la diputada Ariadna Barrera podría ser una buena coordinadora parlamentaria.

• redes sociales

Cualquiera que esté frente a un micrófono está expuesto a cometer un error, sobre todo cuando se trata de programas en vivo.

Muchas veces en muchos programas los micrófonos se han quedado abiertos y las expresiones fuera de guión han derivado en historias chuscas, como la del presentador de noticias Marcos Martínez Lozano, quien durante su programa se burló de Joaquín López Dóriga y Carlos Loret de Mola sin darse cuenta de que lo que decía se transmitía al aire. Su expresión “Avísenme” se volvió tendencia en las redes sociales, aunque ese bochornoso momento le concedió un contrato para grabar un comercial de galletas.

Algo parecido le pasó a la periodista de Televisa Danielle Dithurbide cuando al término de una nota no se dio cuenta que ya estaba al aire y se le salió un “¡No, qué cabrón!” La joven guardó la compostura, pero lo dicho había quedado registrado y se compartió miles de veces en las redes sociales.

Historias como estas hay muchas y casi todas generan risa, aunque hay algunas que no resultan hilarantes por lo que se dice.

Viene a colación lo anterior por lo sucedido hace unos días durante la trasmisión de un programa de radio en Morelos, cuando sus conductores hablan sobre los supuestos vínculos criminales que, dicen, tiene una autoridad. “Lo tengo de los huevos” afirma el conductor al referirse al presidente municipal electo; luego todos entran en pánico al darse cuenta que su charla privada se hizo pública.

A reserva de lo que diga un perito oficial, el audio que circula no parece editado.

Lo dicho ahí no es broma y amerita una investigación judicial.

Con esas cosas no se juega.

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