¿Regreso a clases?
En opinión de Juan Salgado Brito
El regreso a clases para el 30 de agosto próximo es motivo de discusión y preocupación en varios sectores de la sociedad; padres de familia, directivos de escuelas, maestros, alumnos y otros segmentos de la población se cuestionan sobre sí estaremos listos para atender esta disposición de la Secretaría de Educación Pública cuando aumentan las alarmas sobre un posible rebrote de la pandemia y se comenta sobre la tercera ola de contagios que está pegando sobre todo en jóvenes. No ha sido fácil para nadie sobre llevar el quedarse en casa con clases a distancia y en línea donde si bien se inauguró una nueva modalidad y obligo a una nueva cultura y práctica cibernética y de convivencia familiar también es cierto que genero múltiples estados de ánimo, actitudes, reflexiones, oportunidad de encontrarse consigo mismo y en algunos casos hasta problemas de salud mental; junto a todo esto constituye sin duda un gran reto para enfrentar la nueva realidad.
Seguramente habrá que aplaudir y reconocer que para los docentes que dan clase en línea o de manera hibrida ha implicado el doble o triple esfuerzo; ya que no es lo mismo enseñar de manera presencial que adaptar las clases a distancia para grupos de alumnos con diferentes habilidades y formas de aprendizaje.
La educación a todos los niveles tendrá que verse con ópticas diferentes y orientarse con criterios que ayuden a impulsar la calidad y productividad educativa y fomenten la competitividad y una acelerada superación de alumnas y alumnos de todos los grados para renivelarse y recuperar tiempos y conocimientos que tanta falta hacen en los esfuerzos por dejar atrás el rezago educativo que en muchos aspectos padecemos. Desde luego que el regreso a clases representa un reto para maestros, alumnos y padres de familia que no sólo deben considerar la problemática de la pandemia para mantener los protocolos y cuidados que permitan evitar contagios; sino la nueva realidad a la que todos nos enfrentamos después de meses de encierro, el dolor por la enfermedad o la ausencia de seres queridos y también por la oportunidad de superar crisis de todo tipo que se han vivido en las familias y en la sociedad.
El regreso a clases obliga a maestros y padres de familia a un deber de solidaridad entre sí pero también con autoridades de los tres órdenes de gobierno y con los directivos de las escuelas para juntos sacar adelante al alumnado que en esta nueva etapa y en circunstancias diferentes deben sobreponerse a múltiples adversidades para conjugar aprendizaje, adaptación y aprovechamiento al máximo de tiempo para avanzar y remontar los rezagos que nos van dejando las crisis sanitaria y económica que estamos padeciendo. Ojalá que todos, con el mayor sentido de prudencia, paciencia, conciencia, tolerancia y solidaridad, ayudemos para que lo que se viene sea mejor.