Serpientes y escaleras - ¿Hacia dónde van los diputados?
En opinión de Eolo Pacheco
Pelear en política es fácil, cualquiera lo hace; el talento está en ponerse de acuerdo
¿Hacia dónde van los diputados?
El conflicto en el que se encuentra inmerso el congreso local se ha analizado desde muchos ángulos, empezando por la parálisis parlamentaria y el desprestigio que causa en todos y cada uno de los integrantes de la 55 legislatura. El control del de la cámara de diputados lo tiene el Bloque del G11 y eso no cambiará en el corto plazo; el G8 se quedó sin caminos legales a los cuales recurrir y carece de estrategia política. ¿Pero qué pasará con los veinte representantes populares al término de su periodo?
La confrontación entre los miembros del congreso de Morelos es absoluta y la falta de acuerdos inocultable; las damas del bloque de la 4T se encuentran arrinconadas, sin posibilidad de recuperar las comisiones y aparentemente derrotadas. Sin embargo en política no hay ganadores ni perdedores absolutos, solo circunstancias que se deben observar más allá del momento. Explico:
Hoy el G11 maneja la cámara de diputados, dispone de los recursos humanos, materiales y económicos del parlamento y controla todos los órganos de control en la sede del poder legislativo. Se trata de un triunfo parcial que ha sido ratificado por la suprema corte, pero cuyo alcance no rebasa la frontera de la sede legislativa ni el periodo por el cual los diputados fueron electos. Cierto: existe un grupo ganador en lo interno, pero sin la fuerza necesaria para hacer algo fuera de su espacio.
La victoria del grupo mayoritario fortalece a los integrantes del G11, les concede una mayor capacidad de movimiento y solvencia económica hasta el 2024; digámoslo con total pragmatismo: a esos diputados les va a ir muy bien en los próximos dos años, vivirán su mejor momento económico y disfrutarán las mieles del poder. Empero esta solvencia financiera no durará más allá de la siguiente elección ni mucho menos les resolverá económicamente la vida; peor: visto el escenario electoral por venir y tomando en cuenta el desprestigio en el que está cayendo el congreso local, los veinte integrantes de la 55 tendrán muchas dificultades para ganar una elección y algunos hasta para continuar en actividades políticas, si la siguiente elección la gana Morena.
En el corto plazo suena bien apostar por el bloque de once diputados, pero en no más de dos años esa línea será totalmente perjudicial para quienes hoy están en ese barco; a menos que Morena pierda la elección en el estado, las puertas del siguiente gobierno y muy probablemente de la próxima legislatura se cerrarán para muchos de ellos; los cuatro superdiputados son los únicos que tienen capital para volver a ganar su distrito, pero el desgaste a los que están sometidos hace difícil pensar que puedan aspirar a una posición más alta que una curul local.
En el caso del G8 el panorama no es mejor, pero hay otro tipo de condiciones. Dado el avasallamiento de que son objeto, lo que les queda es cargar con la parte proporcional del desgaste que les genera la parálisis legislativa, pero no asumir un costo mayor como el de quienes tienen la responsabilidad de la conducción del congreso.
En castellano: en vista de que no tienen comisiones, de que las han hecho a un lado, de que no tienen apoyo para personal ni capacidad para cambiar las cosas al interior del recinto parlamentario, lo que el G8 podría hacer es simplemente atrincherarse políticamente, regresar a sus distritos y evitar que sus pares avancen. La parálisis legislativa les pega a todos, pero no de la misma manera.
Habría que considerar que los integrantes de ese bloque son parte del proyecto político de la 4T, están en contacto directo con el partido de la transformación, con los gobiernos estatal y federal y seguramente coincidirán con cualquiera que ocupe la candidatura al gobierno estatal en el 2024 por Morena. Traducción: aunque en este momento quedaron aislados y arrinconados, su postura será tomada en cuenta en los planes políticos y de gobierno en el 2024.
En política no hay triunfos ni derrotas absolutas y como lo dicen los abogados, siempre es mejor un mal arreglo que un buen pleito. Lo que está pasando hoy en el parlamento morelense es malo, es vergonzoso y afecta a todos; no hay ganadores en esta historia, los veinte integrantes del congreso están perdiendo, aunque en el mediano y largo plazo hay algunos que pueden perder mucho más.
Electoralmente hablando a todos los miembros de la 55 legislatura les va a costar mucho trabajo continuar su carrera política, figuras que por primera ocasión ocupan un cargo de representación popular como Andrea Gordillo, Ángel Adame, Arturo Pérez, Julio César Solís o Verónica Anrubio están condenados al fracaso y al destierro; otros como Mirna Zavala, Macrina Vallejo, Alejandro Martínez, Paola Cruz o Arianda Barrera podrían ser nuevamente postuladas por Morena o quizá tengan una invitación en la siguiente administración estatal, si gana el Movimiento de Regeneración Nacional.
La política funciona a partir de tiempos y circunstancias, lo ideal hubiera sido que los integrantes de la 55 legislatura no se enfrascaran en un conflicto tan severo como el que estamos viendo o que ya estuvieran buscando la manera de resolver sus diferencias. Al no ocurrir eso lo que queda es esperar y observar cómo se desarrollan las cosas y hasta que punto se sigue tensando la relación. Es imposible pensar en un acuerdo cuando una de las partes quiere avasallar y no existe ánimo de conciliación ni tolerancia.
La historia reciente lo ha dejado muy claro: los conflictos políticos sí influyen en la opinión pública y el desgaste en el ejercicio de poder se paga muy alto en las urnas. Se puede tener el control total en algún momento, pero es imposible y absurdo mantener una actitud beligerante siempre.
Hoy el congreso está en el ojo del huracán y políticamente hablando se está llevando el mayor desgaste del estado; dentro del recinto parlamentario hay dos grupos, uno mayoritario que se asume ganador y tiene mejores condiciones en este momento y otro que está arrinconado, lastimado, humillado, pero que a la postre tendrá una mejor perspectiva profesional.
La política no es una carrera de velocidad, sino de resistencia.
- posdata
Leo los comentarios que a propósito de la comparecencia de la secretaria de obras del gobierno estatal hizo en sus redes sociales el diputado Agustín Alonso; visiblemente molesto el exalcalde de Yautepec arremetió contra los medios de comunicación, contra los reporteros y contra el gobierno estatal por no acudir a sus actos parlamentarios.
Observo también la respuesta que le dan algunos compañeros reporteros y el propio director de comunicación social del gobierno estatal, a quien el representante popular acusó directamente de orquestar un boicot o cerco informativo alrededor de la cámara. Coincido con ambas posiciones.
Hace unas semanas tuve la oportunidad de conversar con Agustín Alonso, lo conozco poco, apenas lo estoy tratando y tengo una buena impresión de él; creo que es de los actores políticos serios que tiene la actual legislatura y me parece que detrás de sus comentarios y expresiones cargadas de emoción existe un verdadero deseo de hacer bien las cosas.
Me queda claro también que el diputado ya está sintiendo la presión de lo que han hecho y dejado de hacer como legislatura, del desgaste personal e institucional que deriva de la parálisis operativa en la que se encuentran y le enfada que las cosas no están saliendo como pensaba.
Entendamos que a pesar de que Alonso Gutiérrez, Francisco Sánchez, Luz Dary y Beto Sánchez son políticos experimentados, fueron exitosos en sus ayuntamientos y tienen liderazgo y habilidad, es claro que gobernar un municipio y ser diputado por un estado son cosas muy diferentes. En castellano: no es lo mismo Yautepec que Morelos.
Comete un error el diputado Agustín Alonso al acusar a los compañeros y asumir que existe un complot con la complicidad y corrupción de los reporteros. Entendamos algo: las comparecencias son actos formales, pero intrascendentes, largos, aburridos, normalmente sin contenido periodístico y obtusos en el caso de la legislatura actual porque como elemento extra está el hecho que el personal del congreso limita el acceso a la prensa.
¿Por qué no cubrieron el evento todos los medios? No lo se, pero está comprobado que varios medios de comunicación si dimos cuenta de la comparecencia y replicamos las expresiones de la exponente y de sus interlocutores a pesar de que no se dijo nada nuevo ni sobresaliente.
El problema de este congreso no radica en el evidente mal manejo de comunicación que tienen, reflejo directo de los conflictos internos en los que se han metido los diputados, sino en que la legislatura pasó de la esperanza a la decepción y son los mismos representantes populares quienes se están aislando por su política de: conmigo o contra mi.
Pienso que el exabrupto de Agustín Alonso es un reflejo de la desesperación de un parlamento que al sexto mes de trabajo ya carga con un desprestigio que a otras legislaturas les tomó al menos dos años lograr. Peor: por el camino que van y los frentes que todos los días abren en contra suya, los legisladores actuales no tendrán muchas posibilidades de competir y ganar en la siguiente elección.
La política no es un ejercicio de fuerza, sino de inteligencia; es el arte de lo posible, no de lo deseable.
¿Qué esperaba ganar Agustín al lanzarse contra los reporteros, cuando son ellos mismos, los diputados, los que les han complicado su trabajo?
- nota
Así responde el fiscal anticorrupción de Morelos Juan Salazar a los reporteros que le cuestionan sobre los procedimientos y denuncias que obran en su poder en contra del exgobernador Graco Ramírez Garrido y su familia:
“Si encontramos elementos para proceder en contra del exgobernador Graco Ramírez tengan la seguridad que lo vamos a hacer; si también de las investigaciones que estamos llevando acabo hay elementos para proceder contra el Gobernador del Estado (Cuauhtémoc Blanco) aun y cuando se encuentre en funciones, iremos al Congreso del Estado a solicitar el inicio del juicio de procedencia.
- ¿Contra la familia del exgobernador: su hijastro, su esposa, sus otros hijos… hay señalamientos por parte de los funcionarios que están ahorita en proceso?
Te puedo asegurar que no, pregúntenselo a la consejería jurídica; si la consejería jurídica nos hubiese presentado una denuncia o denuncias directas, señalando hechos, dando datos, con gusto, porque no tengo yo ningún compromiso con nadie”.
- post it
La Suprema Corte de Justicia de la Nación concedió la razón al G11 y dio por válidos los cambios en las comisiones del Congreso Morelos; con esta sentencia el G8 se quedó sin opciones jurídicas a las cuales recurrir para tratar de recuperar las posiciones que perdieron aquella noche del 12 de diciembre.
Puede argumentarse que se trató de un exceso, de un agandalle, de un abuso, pero a pesar de todo la SCJN confirma que el movimiento fue legal.
Al bloque de diputadas ya no les quedan caminos legales, solo tienen la vía política y ahí las cosas está más complicadas, porque en el grupo no se ve una cabeza con el talento y la capacidad de enfrentar este escenario, por eso el delegado especial Raúl Ojeda ha tenido que entrarle al tema.
El problema para el G8 no radica solo en haber perdido la batalla legal, sino en el hecho que desde el principio no han sabido dar pelea política ni han tenido la capacidad de ganar la opinión pública.
- redes sociales
¿Cuánto puede ganar en tres años un diputado local? Uno de los fuertes, de los consentidos, de los que se sirven con la cuchara grande y se llevan la rebanada más grande del pastel.
¡Pónganle el número que quieran! ¿El más alto!
¿Con eso resuelven económicamente su vida?
Lo dudo.
Muchos diputados que se vuelven millonarios de la noche a la mañana, pero al terminar su periodo y quedarse fuera de un cargo público vuelven a su nivel económico anterior en solo algunos años; lo único que conservan es el desprestigio.
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