La intolerancia y lo tolerable

En opinión de César Daniel Nájera Collado

La intolerancia y lo tolerable

“Que se esperen los niños a ver que genero quieren ser, que un niño decida que quiere ser niña o una niña que quiere ser niño, ¡ah caray!, seguramente Dios dice oigan, hijos, ¿a donde van?, momentito, déjame golpearte para ver si así reaccionas, hijo”.

 

La frase anterior fue pronunciada en el mes de marzo por el obispo de Cuernavaca Ramón Castro Castro, concluyendo que la pandemia por COVID-19 es una “llamada de atención” por parte de Dios para con la humanidad y lo que Castro considera como “desorden social”, donde incluye, además de la violencia y corrupción, al aborto y al colectivo LGBT+.

            Omitiré las primeras dos menciones, porque si bien no creo en un Dios castigador, entiendo que se considere a la violencia y corrupción como “desorden social”. Pero lo que no acepto es ninguna clase de criminalización a las personas que abortan o son parte del colectivo ya mencionado. Sin embargo, considero importante que los que estemos en contra de estas posturas respondamos con un poco más de categoría y respeto, adoptando la actitud socrática de no transgredir en respuesta a una transgresión. Generalizar un ataque o crítica hacia toda institución eclesiástica es igual de absurdo que los comentarios del obispo. El mismo Papa Francisco mencionó en una entrevista para la BBC que “dar más importancia al adjetivo (homosexual) que al nombre (ser humano) no es bueno”. Hay que tomar responsabilidad y mostrar a las generaciones más jóvenes a responder humanamente. Si Ramón Castro Castro decide propagar e influenciar a sus seguidores para adquirir una postura tipificadora, que generaliza y degrada la dignidad humana, es libre de hacerlo, así como nosotros también somos libres de replicar de una manera más comprensiva y tolerante.

            Es realmente decepcionante que usted, autoridad religiosa Ramón Castro Castro, mantenga esta postura tan dogmática, anacrónica y rígida. Lamento que cometa el grave error de generalizar, puesto que da cabida a una gran cantidad de ignorancia. Pero sobre todo, quiero reafirmar que si existe un Dios, es inconcebible para mí que sea tan discriminatorio como usted.