Secreto a voces - Ecuador: esa historia ya la conocemos… (16)
En opinión de Rafael Alfaro Izarraraz
El uso político de la violencia que tiene como uno de sus orígenes a los grupos criminales, por parte de los gobiernos latinoamericanos, ya la conocemos. Han sido tantas las historias, se repiten tanto y siguen el mismo camino, que la población latinoamericana debería de tener presente que los gobiernos la utilizan con fines políticos. Lo que ocurre en Ecuador es la copia de lo que hizo Felipe Calderón, en México. Fue tal el fraude que cometieron contra AMLO que para legitimarse declararon una guerra contra el narco, de consecuencias funestas.
Noboa, el actual presidente de Ecuador, es hijo de uno de los empresarios más ricos del país. Industrial de empresas bananeras y molinera. El padre, participó en cinco elecciones presidenciales y nunca ganó. Su hijo lo hizo a la primera, en el contexto de una crisis política que se vive en Ecuador en donde luego de 10 años de Revolución Ciudadana (2007-2017), que encabezó Rafael Correa lograron, las elites locales lograron que en la elección del sucesor de Correa (Lenin Moreno) la revolución ciudadana se extraviara.
En cierta medida el gobierno de Daniel Noboa usa la violencia y ha declarado una guerra contra los grupos criminales, al estilo de Felipe Calderón. Necesita legitimarse porque las elecciones inician en febrero y culminarán en 2025, en ese mismo mes. El periodo de tiempo que tiene para gobernar es muy estrecho y las medidas que podría tomar con buen neoliberal no le gustan al pueblo. Por lo que requiere legitimar de alguna manera las medidas que está tomando contra el pueblo. Para ello, la guerra contra el narco es un buen pretexto.
Después de la revolución ciudadana, poco a poco se fue incrementando la presencia de grupos criminales en Ecuador, algunos de ellos mexicanos. Aunque esto último tiene algo de verdad, no es casual que las agencias estadounidenses y europeas manejen el problema que se vive en Ecuador y la manera como lo enfoca Noboa, citando cifras con respecto a México y un supuesto fracaso en el combate a la inseguridad, mintiendo. Las élites que manejan a los medios a nivel internacional, vinculados a intereses perversos, quieren guerras.
A las agencias no les interesan las políticas sociales contra la inseguridad porque va contra la naturaleza de sus intereses. En el Ecuador de Noboa, de lo que se trata es de facilitar a las empresas su actuación en el mercado, evitar gobiernos como el de Correa y cargar el peso de los gastos del Estado sobre la población ya de por sí empobrecida. Al anunciar una guerra contra el narco, el gobierno quiere encontrar una justificación para incrementar el Impuesto al Valor Agregado (IVA) de 12 a 15 por ciento.
Para qué quiere ese dinero, según lo que ha declarado es para crear cárceles como en El Salvador de Bukele y continuar con la guerra contra los grupos criminales. Pero no puede incrementar el IVA nada más por que se le ocurre, pues tanto los grupos indígenas como los trabajadores de inmediato han protestado por la iniciativa. Entonces, utiliza la supuesta guerra contra los grupos criminales para llevar a cabo ese atropello contra la población. En tanto, las empresas, son liberadas de responsabilidades como ocurría en el México neoliberal.
El otro punto es que con la guerra contra los grupos criminales pretende generar un ambiente proclive a posicionarse ante el electorado porque ya en febrero inicia la campaña presidencial. No lo puede hacer decretando el IVA sin una supuesta guerra contra el narco porque de inmediato se caería en las preferencias electorales. Entonces, usa el pretexto de la guerra contra el narco para incrementar el IVA y, de esa manera, usa la violencia para legitimarse ante el electorado. Es una antigua práctica que nosotros conocemos muy bien aquí en México en los tiempos neoliberales.
En realidad, a las élites latinoamericanas y ecuatorianas no les interesa combatir a los grupos de narcotraficantes. Su existencia es una constante, no se puede pensar al neoliberalismo sin la inseguridad. Como ha mostrado la experiencia que hemos vivido en Latinoamérica y en el mundo, la violencia un elemento que debilita a la sociedad, le genera desconfianza, la desarticula, la divide, y los efectos que se desean con ello es crear condiciones propicias para que se imponga los modelos neoliberales y medidas como el IVA. Ecuador es un vivo ejemplo.
Noboa toma el asunto de la inseguridad que, por supuesto es real, como motivo para justificar incrementar el IVA. Yo no dudo de que en este escenario que ha creado exista el montaje como ocurrió en la aparente toma de una estación de Televisión por parte de los grupos criminales que demandaban quitar al ejército de las calles. No es el estilo de los grupos criminales. No tienen como propósito el poder o retar a los gobiernos nacionales. Ni se defienden de una amenaza militar porque el gobierno de tipo neoliberal cohabita con ellos.
A los grupos criminales no les interesa una confrontación con el gobierno porque los gobiernos neoliberales no son sus enemigos. En todos los lugares, quienes inician supuestas guerras son los gobiernos neoliberales como ocurrió con Calderón en México, porque requieren legitimidad. No dudo que puedan surgir experiencias de grupos criminales metidos a la política, pero eso fue también a iniciativa, en México, del PRIAN. Hasta tuvimos una chapo diputada. Noboa está urgido de activar una guerra para legitimar decretos antipopulares.
Para justificar todo, no dudo que hayan dejado huir Aldo Macías conocido como “Fito” uno de los narcos de Ecuador. Este sujeto pertenece a una banda conocida como “Los choneros”. Igual que el “chapo” construía túneles, éste desapareció sin dejar rastro. Supuestamente, el narcotraficante que purgaba una condena de 34 años desapareció (el domingo) del penal del que supuestamente tiene el control. Tras la fuga, Noboa decreta estado de excepción y declara a los narcos grupos terroristas y una guerra en su contra tipo Calderón. Los Choneros, supuestamente tienen contactos con el cartel mexicano de Sinaloa.
No hay nada raro, existe un gobierno que quiere hacer a los empobrecidos que paguen los costos de modelo empresarial y para ello inicia una guerra que en realidad es una guerra contra su propio pueblo.