Repaso - El dinero en el IEBEM: lo que falta y lo que no se ejerce

¿Qué tan cierta es la versión de que en el Instituto de la Educación Básica del Estado de Morelos (IEBEM) se dejaron de ejercer más de 10 millones en programas prioritarios? Hablan en las redes de la ineptitud de Inés Martínez Torres, subdirectora de Planeación, a la que se le atribuye una ineptitud riesgosa, sobre todo si, además, también se sospecha de ella en actos de corrupción.

Parece que este tipo de versiones no alerta al director general, Eliacín Salgado de la Paz, quien prácticamente hace caso omiso de todo ello, aunque desde esos mismos espacios virtuales se afirma que “anda dando patadas de ahogado”, pero no explican cuáles.

Así, la credibilidad de ese tipo de rumores se debilita, si bien quienes difunden esas versiones lo hacen con datos concretos. Sostienen que el recurso no ejercido afectó los siguientes programas (lo cito literal como me lo hicieron llegar: “tiempo completo, $ 6,000,00; expansión inicial, $ 4,000,000 y nacional de inglés, $ 1,000,000.” No explican, infortunadamente, lo que esos rubros significan. Sin embargo, lo afirman con tal firmeza que, para los críticos de Salgado de la Paz es una negligencia de una de sus colaboradoras de extrema confianza.

Es cultura de la impunidad del poder, independientemente del partido político que gobierne, defender ominosamente a los sinvergüenzas. Para no ir lejos, se afirma que el Partido de la Revolución Democrática (PRD), junto con sus alfiles paleros como Nueva Alianza y Movimiento Ciudadano, fueron escudo de cínicos para que en la administración de Graco Ramírez se cometiera toda clase de abusos económicos. Sucedió entonces que cualquier intento para poner quietos a los funcionarios del pasado gobierno estatal, se frustraba precisamente por los contrapesos de poder que imperaban a favor del graquismo tanto en el Legislativo local como en el Judicial.

Lo anterior lo traigo a colación, porque actos de corrupción que se cometan en la titubeante gestión de Cuauhtémoc Blanco Bravo, por más compra de voluntades que se haga entre los diputados vividores, los servidores públicos que caigan excesos en eso de jalar agua para su molino, difícilmente podrán “protegerse” a la sombra perniciosa de un partido confabulado con otros chupadores de recursos públicos.

Tarde o temprano estarán a expensas del escarnio público y de la aplicación de la ley. Sin partido hegemónico como respaldo al mandatario en turno, porque Encuentro Social sólo es un esperpento inflado por las circunstancias, hay muchas posibilidades de que los desvíos económicos, los robos, los disimulos cínicos en compras o en contratación de servicios, sean difíciles de ocultar.

¿Se han hecho esa reflexión en el IEBEM, en caso de que estén desviando recursos a manos llenas? ¿Qué rey los ampararía, como se dice en un juego de cartas, en caso de que se les sorprendiera cometiendo fraudes o robando en despoblado?

Información en ese sentido recibo con frecuencia: que ya hubo un desvío por allí, que se inflan facturas por allá, que gastan más de la cuenta por acullá, etcétera. ¿Qué tanto de esos rumores es cierto? Corresponderá a las instancias pertinentes esclarecerlo.

Mientras tanto, el asunto financiero es letal para la conducción correcta del IEBEM. Allí se aglomeran incumplimientos heredados de administraciones anteriores, como la prima de antigüedad de los pensionados y jubilados, o aplicación de medidas que han causado inconformidad polarizada entre homologados.

O en actividades no estratégicas en donde se emplean más recursos, en contraste con otros fundamentales a las que se les regatea el dinero. Ya hablaré de esto en otra ocasión.

El caso es, en conclusión, es muy grave, pues si por un lado no se ejercen recursos en programas prioritarios, por otro se acumulan deudas, por uno más hay incapacidad de pagos atrasados y por otro más se malgasta lo que se tiene, las dificultades en ese organismo descentralizado, alimentadas por la obsesión de querer emplearlo como trampolín para escenarios políticos futuros, pueden revertírsele a los que aspiran futuros igual de promisorios. Al tiempo

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