Repaso - ¿ALGUIEN RECUERSA ESO DE LA ESCUELA NUEVA?

En opinión de Carlos Gallardo

Repaso - ¿ALGUIEN RECUERSA ESO DE LA ESCUELA NUEVA?

De acuerdo con lo establecido en el Calendario Escolar 2019 – 2020 para la Educación Básica, los días 13, 14 y 15 de agosto pasado tuvo lugar un curso intensivo sobre la “Actualización de la Escuela Nueva Mexicana”.

¿Alguien, entre las autoridades responsables de la educación básica en Morelos, recuerda los temas que se abordaron? Ojalá que sí. Hoy como nunca es necesario mantener, si las hay, las motivaciones, los principios, las ideas fundamentales que deben darle sustantividad al movimiento renovador anunciado por el gobierno federal. ¿O por la pandemia que padecemos eso ya pasó a segundo término? No debería de sucedes, porque se esperaban cambios fundamentales en la concepción educadora del Estado y la interpretación del ser humano que se pretende formar.

Por eso es bueno recordar que el término “Escuela Nueva” tiene su historia y su concepción teórica. Moacir Gadotti, en su libro “Historia de las ideas pedagógicas” (Siglo XXI, 2003, p. 147) explica: “La Escuela Nueva representa el más vigoroso movimiento de renovación de la educación después de la creación de la escuela pública burguesa. La idea de fundamentar el acto pedagógico en la acción, en la actividad del niño, ya se venía gestando desde la ´Escuela Alegre´ de Vitorino de Feltre (1378 – 1446), siguiendo por la pedagogía romántica y naturalista de Rousseau. No fue sino hasta principios del siglo XX cuando tomó forma concreta y tuvo consecuencias importantes en los sistemas educativos y en la mentalidad de los profesores”.

A propósito de la aplicación de ese concepto en la propuesta argumentada por Esteban Moctezuma Barragán, el coordinador de investigación de posgrado por la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), Unidad Querétaro, Siddharta A, Camargo Arteaga, analiza la experiencia que al respecto tiene el actual secretario de Educación Pública.  En un artículo publicado en el sitio virtual denominado “Voces Normalistas”, titulado “¿Nueva Escuela Mexicana o Escuela Nueva a la mexicana?, sostiene:

“… en Colombia se implementó desde los años 70 un proyecto pedagógico llamado Escuela Nueva, el cual fue adaptado al contexto mexicano por la Fundación Azteca en el periodo en que Moctezuma Barragán fue presidente de dicha organización, por lo que me pregunto: ¿Habrá alguna relación entre proyectos de la Nueva Escuela Mexicana y la Escuela Nueva de Colombia o se trata de una afortunada casualidad? Si existe alguna relación entre estos dos modelos, sería muy importante conocer sus características pues hay muchas preguntas sobre el proyecto educativo de este sexenio que no han sido despejadas, por ejemplo, ¿de dónde viene el modelo pedagógico de la Nueva Escuela, de John Dewey o de la escuela activa, como podrían suponer algunos pedagogos, o bien, la referencia es otra? Si la respuesta es la segunda, ¿qué implicaciones tendría la adaptación de este modelo colombiano a los contextos mexicanos? ¿Quién ha financiado el modelo colombiano y la fundación que lo mantiene vigente hasta nuestros días?”

Dilucidar esas y otras preguntas es fundamental, primero, para socializar la esencia de la reforma educativa que impulsa Andrés Manuel López Obrador y segundo, para convencer a los maestros de grupo de sus ventajas y bondades. Si se implanta desatendiendo el compromiso de involucrar a los docentes como agentes activos y propositivos de su puesta en práctica, se incurriría en la simulación de siempre. Pensando positivamente, deben reprogramar los acercamientos a la Escuela Nueva Mexicana”., Sería recomendable que los encargados en cada entidad federativa se pongan las pilas y nuevamente faciliten, orienten, promuevan un análisis profundo y fundamentado del tema. Ya vendrá el nuevo ciclo lectivo y me queda claro que, en esos días de agosto próximo, habrá de vitalizarse la comprensión del modelo educativo que se nos prometió. ¿O no? Lo deseable, pues, y así espero que suceda, es insistir en el estudio de los principios, las bases filosóficas, pedagógicas, sociales, sobre las cuales se fundamentará, espero que sea para bien, la educación básica en el país, incluido desde luego Morelos.

Pero eso no se domina de la noche a la mañana. Supongo que en el sector educativo correspondiente ya haya especialistas, docentes comisionados en funciones de asesoría técnica y pedagógica, entre otros, dedicados a profundizar en el estudio de los temas sustantivos. No vaya a suceder, como antes, que sólo reciban cualquier orientación para salir del paso, y con ella pararse frente a los docentes para explicarles lo que ellos mismos no comprenden cabalmente.

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