Mujeres disruptivas
En opinión de Lorena Elizabeth Castillo
En las efemérides con perspectiva de género de diciembre, se alternan dos fechas de nacimiento de un par de mujeres, cuya vida y obra hablan por sí solas de capítulos enteros de la lucha emprendida para echar abajo la sistemática violación de los derechos humanos femeninos. Se trata de Teresa Columba Ulloa Ziáurriz y María de la Luz Lima Malvido, nacidas, respectivamente, el 8 y 13 de diciembre de 1947 y 1951 y ambas nativas de la Ciudad de México.
Se trata de dos integrantes de un puñado de mujeres mexicanas, cuyo desempeño profesional y en defensa de las causas feministas, se inició en la segunda mitad del siglo XX y en los primeros años de la presente centuria.
Por orden de nacimiento, anotamos primero que Teresa Columba Ulloa Ziáurriz, es parte de la generación que une dos siglos: el de la tercera ola y el que algunas han llamado “la cuarta ola del feminismo.” Su historia personal está ligada al desarrollo democrático de México. Según una descripción biográfica, desde su origen familiar, Tere, como se le conoce familiarmente “creció con la idea de lo justo, por ello toda injusticia la interpela y más aquella que involucra a mujeres y niñas.”
A Teresa Columba Ulloa Ziáurri se le reconoce como “defensora popular profundamente feminista”, es pedagoga y abogada, ha sido consultora del Programa Mujer, Justicia y Género de organismos vinculados a la Organización de Estados Americanos (OEA) y fue Coordinadora de la Campaña por la Ratificación del Protocolo Facultativo y fundadora del Congreso Latinoamericano y Caribeño sobre Trata de Personas y Tráfico de Migrantes (CEDAW), por sus siglas en inglés.
Ha sido defensora en más de 25,000 casos de violación a mujeres y niñas, además, ha actuado como experta en temas contra la violencia de género en México.
Ulloa Ziáurri trabaja con mujeres, maestras, maestros, madres, padres, jóvenes, niñas y niños, funcionarios y funcionarias públicas de los tres poderes y los tres órdenes de gobierno y también se le reconoce como “la primera mujer abogada en defender los derechos reproductivos y sexuales de las mujeres en los tribunales mexicanos.”
Por otra parte, María de la Luz Lima Malvido es Doctora en Derecho, y ha trabajado en el servicio público como Fiscal Especial en delitos sexuales de la PGJDF (1991), Secretaria Técnica de la Reforma al Código Penal del Distrito Federal en Delitos Sexuales. Participó en la Estrategia Nacional de Refugios para Mujeres Maltratadas (2002), diputada federal, coordinadora de las Agencias Especializadas en Delitos Sexuales (1989-1990) y subprocuradora de Coordinación General y Desarrollo de la PGR (2000-2003).
Además, ha sido representante de México en reuniones internacionales y grupos de trabajo sobre Violencia contra la Mujer, Violencia Familiar y Asistencia a Víctimas del Delito. Ha diseñado estándares internacionales entre los que destacan los Lineamientos para Presentar Menores y Testigos Víctimas de delitos a juicio.
El hiperactivismo desplegado por Teresa Ulloa y María de la Luz Lima, en favor de las causas de niñas, adolescentes y mujeres de México, se puede calificar de una obra auténticamente disruptiva, si nos atenemos a la acepción de este término que es la “interrupción súbita de algo”, es decir, el cortar de tajo con el machismo y patriarcado prevaleciente en nuestro país.
Otro sinónimo del concepto es “abertura brusca”, en este caso, del inicio de una etapa del fortalecimiento de las luchas de las mujeres, por una vida de paz y crecimiento a la que, con su trayectoria, nos llaman estas dos mexicanas ejemplares, decididamente disruptivas.