No somos ajenos al pleito
En opinión de José Román
Si analizamos los antecedentes bélicos de las dos guerras mundiales, nos encontraremos con que los pasos que se dan actualmente, son muy semejantes. Lo que ya no es semejante, son las armas y el grado de destrucción que se está dando y que puede producirse si se generaliza.
El mundo requiere comida y para eso necesita tierras y agua que es en el fondo gran parte del ingrediente que está en juego en el enfrentamiento entre Rusia y Ucrania. Pero tampoco es Ucrania el interés en materia política porque quiera ser parte de la OTAN, sino que, a occidente, en especial a Europa le interesa las riquezas de por medio que representa el país atacado. Tampoco es la ideología la que se enfrenta con las armas, porque quiérase que no, el socialismo soviético ha sido ampliamente superado por la historia, luego entonces lo que queda en juego, son los intereses y dentro de éstos se encuentran la vida de millones de seres humanos tanto entre los beligerantes como los potenciales participantes, es decir, Europa y EU.
México ha sido prudente y cauto, algo anormal en AMLO, aunque decididamente la realidad tarde o temprano de continuar el conflicto, México tendrá que alinearse a alguno de los bandos y por obvias razones, no hay mucho a donde ir: Unirse a EU.
Las partes en lucha, no dan definiciones claras sobre la conclusión de la guerra, que contrario a las guerras africanas que hoy día se desarrollan y de las que poco se habla, esta guerra sí es enormemente trascendente para el mundo debido principalmente por la cercanía a la vieja Europa y a los intereses rusos que no quiere abandonar Putin y que son en realidad vestigios apropiados de la época Zarista y Soviética. De seguir y seguir con la resistencia de los civiles y militares ucranianos, lo que estará en juego será la permanencia en el poder del propio gobernante ruso. La salvación a la situación efectivamente será el apoyo que ha solicitado Putin a China, pero ahí surge otro problema que no se puede soslayar: El comercio. China es hoy lo que es por occidente, por Europa y EU. Apoyar a Rusia en esta guerra injusta es exponer a su pueblo a las sanciones que occidente puede imponerle, lo que en el fondo sería muy favorable a México ya que nos convertiría por necesidad en un país proveedor de los EU que es quien mas está invirtiendo en este conflicto. China no se va a arriesgar, por lo mismo Putin, no podrá obtener mucho apoyo, no obstante, los tratados firmados de asistencia recíproca.
Otro problema es que Rusia se medio occidentó durante el tiempo que dejó el sistema obsoleto soviético y su propia población está en el interior oponiéndose a la guerra y con justa razón, no desean las familias entregar la vida de sus hijos por un objetivo que no les queda claro cual sería el beneficio, excepto desde luego el sentimental de haber sido y no ser ahora una potencia territorial avasalladora. Ante la huida de empresas proveedoras de artículos de primera necesidad y su manufactura como en el caso de la Mexicana Bimbo y sin fin de europeas y de EU, el estilo de vida que van perdiendo los rusos hará que parte de la población reduzca su apoyo a su Putin en esta aventura.
¿En qué puede terminar esto? De momento solo se puede conjeturar, porque la ONU, el único organismo que podría imponer orden, está atada de manos: Rusia y posiblemente China impondrían su veto a cualquier resolución obligatoria que se produjera y quedaríamos siempre en las mismas, es decir, sin avance alguno. Luego, cuando eso pasa, ya no habla la razón ni la prudencia sino las armas y el orgullo. Los nacionalismos prosperan y en nombre de sus patrias, se desgarran y hacen pedazos la precaria paz que hemos podido mantener en el mundo después de la segunda guerra mundial.
Lo que sí, seguramente será un hecho es que los países busquen energías alternas (solar, eólicas, hidráulicas, etc.) para no depender como en este caso de la voluntad de una nación (Rusia) para sobrevivir y operar las fabricas europeas. México, si tuviéramos un presidente mas inteligente y menos grillo comadrero, abriría las puertas y daría seguridades firmes y no de saliva a la inversión, con lo que supliríamos a China como productor y generaríamos enormes cantidades de empleos, impuestos y en general riqueza para nuestra población. Tenemos por ahora, otra oportunidad mas que se nos escapa de la mano por pleitos y diferencias internas…y por carecer de un buen líder.