Secreto a voces - La Revocación de Mandato
En opinión de Rafael Alfaro Izarraraz
La democracia directa ha existido antes y es más antigua que la democracia representativa. La participación comunitaria en el México prehispánico que hemos heredado de nuestros antepasados y que todavía perviven como los gobiernos de usos y costumbres, el trabajo comunitarios y de ayuda recíproca son ejemplos vivos de ese pasado. Estas experiencias de democracia directa no se encuentran recuperadas en la democracia representativa, salvo en algunas entidades. Por razones históricas se cree que la democracia representativa es más antigua que la democracia directa pero no es así como ha quedado en evidencia en la experiencia aquí referida (José del Tronco. 2021. La democracia participativa en México: ¿compensa o profundiza la desigualdad política?).
La democracia directa puede entenderse como aquella acción popular que se lleva a cabo por fuera de las instituciones gubernamentales con el fin de emitir una opinión sobre un tema de interés de la sociedad. O bien, aquellas acciones, en el marco de compatibilidad de intereses entre el pueblo y su gobierno progresista, cuyo fin es profundizar la participación de la ciudadanía en asuntos públicos. Ahora bien, existen argumentos a favor y en contra de este tipo de prácticas. Los que están en contra argumentan que la democracia directa debilita a la democracia representativa. Los que están a favor de la democracia directa asumen que esta es llevar a la “calle” a la política atrapada en las representaciones (Altman, David. (2010). Plebiscitos, referendos e iniciativas populares en América Latina: ¿mecanismos de control político o políticamente controlados?).
La ampliación de la democracia representativa hacia prácticas que favorecen la participación ciudadana ha sido una experiencia generalizada en la mayoría de las entidades del país, entre las experiencias más conocidas están el plebiscito y el referéndum. Como es del dominio público el plebiscito surgió en la antigua Roma y hace referencia a las acciones que desarrollaba la “plebe” (753 hasta 510 A:C.), es decir, prácticas en donde se consultaba a la plebe sobre normas que tenían que ver con ellos. El referéndum también tiene una amplia experiencia en la vida local y se refiere más bien al uso de esta práctica de democracia directa para modificar normas legales que tienen un efecto negativo tanto para el pueblo como para los mismos intereses gubernamentales (Rodolfo Téllez Cuevas. (2021). “Plebiscito, Referéndum y Revocación del Mandato en México: análisis desde la perspectiva del “cambio democrático”).
Dice Téllez Cuevas que: “… la revocación del mandato sería “el procedimiento por el cual los ciudadanos pueden destituir mediante una votación a un funcionario público antes de que expire el periodo para el cual fue elegido” (citado en Moreno y Lizárraga, 2017, p. 1). La revocación del mandato se decide en las urnas por el mismo cuerpo electoral que ha designado al funcionario a destituir o no, es también una muestra de democracia directa y el objetivo es la destitución…”.
En América Latina ha dejado buenas experiencias la práctica de la democracia directa en naciones como Boliva, Uruguay, Venezuela y Ecuador (Altman, David. (2010). Plebiscitos, referendos e iniciativas populares en América Latina: ¿mecanismos de control político o políticamente controlados?). En algunos de ellos como fue el referéndum de 2007 en Venezuela, representan (de acuerdo a Lander, Edgardo. (2008). El referéndum sobre la reforma constitucional el proceso Político en Venezuela entra en una encrucijada crítica) un punto de inflexión dentro del gobierno encabezado por Chávez. Dependiendo del contexto, las fuerzas que se confronten y del tipo de tema que trate la práctica de alguna de las opciones que ofrece la democracia directa, unos contendientes van a estar en contra y otros a favor.
Las experiencias que se viven de democracia directa son muy importantes para cualquier población de donde sea y hasta el momento en México se ha tomado con mucha seriedad como debe ser. Acá tanto el gobierno como sus seguidores que son mayoría entre los ciudadanos están a favor de la revocación de mandato que se llevará a cabo el próximo domingo 10 de abril. Este ejercicio es muy importante y tiene un valor tal vez mayor que las obras que ha llevado a cabo el gobierno federal que son importantes y fundamentales. Lo relevante de la revocación de mandato consiste en que la política se intenta llevar a la calle con el propósito de que los ciudadanos dejen de ser solamente votantes pasivos y que se transformen en factores políticos más allá del papel que la democracia representativa les asigna.
Como lo ha dicho el mismo presidente, la mejor herencia que va a dejar es la elevada concientización del pueblo mexicano. Y ha subrayado que pueden echarse para atrás algunas de las medidas o proyectos que ha llevado a cabo, pero lo que no podrán echar para atrás es la toma de conciencia del pueblo mexicano. La revocación de mandato dejara una experiencia imborrable en la conciencia del pueblo porque por primera ocasión más allá de los plazos electorales que rigen la elección de los presidentes, se va someter a consideración del pueblo mexicano si están de acuerdo en que el presidente siga o no en sus funciones. Es un hecho inédito y que nunca había ocurrido en el país por lo menos a ese nivel federal en donde la figura presidencial fue intocable.
A la participación ciudadana la derecha le llama “chusmocracia”. Ellos no quieren que las cosas se muevan más allá de que Obrador ha llegado a la presidencia. Que termine su mandato y que se vaya para que las cosas no muevan y después regresarlas al lugar en donde estaban en el pasado. Cualquier ejercicio en el que la población se ve beneficiada o adquiere un poder que pude ser utilizado para defender sus derechos lo ven como una amenaza para ellos. Para la derecha la simple participación de la sociedad en las redes sociales es compatible con lo que intelectuales europeos de esa misma corriente han expresado: se le da la palabra a la plebe. A la derecha no le gusta este ejercicio porque va en contra de sus intereses como fue el que durante décadas estuvo capitalizando los beneficios económicos y políticos al utilizar su poder para modificar el Estado nacional, colocando a lo privado en el centro y mandando al ciudadano lo más lejos de posible de cualquier participación en la definición del poder en México. Dirían que el sistema funcione como debe operar controlado por ellos, pero sin la plebe.
Este 10 de abril vamos a todos a votar por que Obrador concluya exitosamente su mandato y que la revocación de mandato se transforme en una herramienta al servicio del pueblo.