Mujeres en la brecha: los desafíos de la igualdad de género en la actualidad
En opinión de Tania Jasso
¿Qué es lo que falta en este mundo? Igualdad de género, sin duda alguna. Lo digo yo, una mujer que tiene que lidiar con una sociedad que sigue teniendo diferentes expectativas para hombres y mujeres. Y no, no estoy hablando de la típica idea de que las mujeres tienen que estar en la cocina. Eso ya lo superamos hace unos años (o eso pensamos). Pero no podemos cantar victoria todavía, porque aún quedan muchos desafíos que superar en la lucha por la igualdad de género.
Pero no todo son malas noticias en la lucha por la igualdad. A pesar de los desafíos que enfrentamos, también hay avances y motivos para celebrar. Por ejemplo, cada vez hay más mujeres en puestos de liderazgo y tomando decisiones importantes. Y no solo eso, también hay hombres que se suman a la lucha por la igualdad de género, que entienden que esto no es solo un tema de mujeres, sino de toda la sociedad. Quién lo diría, ¿verdad? ¡Hay hombres que no piensan que las mujeres solo sirven para hacer la cena y lavar la ropa!
Empecemos por lo básico: la brecha salarial. ¿Conocen eso que dicen de que las mujeres cobramos menos que los hombres? Pues es verdad. Y no es que las mujeres seamos menos eficientes o productivas que los hombres, es simplemente una cuestión de discriminación. Pero no se preocupen, porque ya estamos poniendo atención en eso. Hemos comenzado a recabar firmas y esperamos que, con eso muy pronto nos puedan pagar un poco más.
Otro tema importante es el de la representación política. ¿Saben que hay mujeres en el Congreso Local de Morelos? Pues sí, el 50%. A pesar de que las cuotas de género han tenido un impacto considerable sobre la conformación de los plenos legislativos a nivel federal y local, las legislaturas de nuestro país siguen siendo ampliamente desiguales, toda vez que los principales cargos de toma de decisiones parlamentarias son ejercidos, mayoritariamente por hombres. Y eso que somos más de la mitad de la población y las decisiones que se toman nos afectan igualmente. Pero no se preocupen, que ya los partidos políticos comienzan a recibir currículos. Ahora solo falta esperar que lleguen a representarnos mujeres con mejor preparación, mayor sororidad y menos desesperación.
Y luego está el tema de la violencia de género. Esa cosa de que las mujeres somos agredidas y asesinadas por el simple hecho de ser mujeres. Pero no se preocupen, que ya hemos empezado a denunciar y a salir a la calle con pancartas. Ahora solo falta que los agresores nos hagan caso y dejen de agredirnos. Fácil, ¿no? En este tema todavía hay mucho por hacer. Cada día, por desgracia, hay más mujeres que sufren abusos y maltrato por el simple hecho de ser mujeres. Es un problema grave y real que afecta a millones de nosotras en todo el mundo. Pero bueno, no todo es negativo, al menos ya tenemos el derecho de denunciar a nuestros agresores sin tener que dar explicaciones sobre la ropa que llevábamos puesta o las cosas que dijimos. ¡Gracias justicia!
En fin, no perdamos la esperanza, mujeres (y hombres) en una sociedad con igualdad de género. Sigamos adelante, luchando por nuestros derechos y por un mundo más justo y equitativo. Y si nos encontramos con obstáculos en el camino, siempre nos quedará el humor para sobrellevarlos. Al fin y al cabo, como dijo la gran Lucille Ball, "el amor yo lo inventé porque necesitaba reírme de algo". Y si ella pudo inventar el amor, ¿por qué nosotras no podemos inventar un mundo sin desigualdades de género?