¡ME DUELES MEXICO! - La corrupción

En opinión de Alicia Vázquez Luna

¡ME DUELES MEXICO! - La corrupción

Existen muchas formas de explicar a la corrupción, ese mal que nos aqueja todos los días en múltiples formas y rostros.

El mal que tiene a casi los 60 millones de mexicanos en rezago social. Aunque muchos pongan en duda este porcentaje, basta con dar un recorrido al país a las zonas que el propio sistema tiene clasificadas. Basta ver como en un país donde la carta magna señala que todos somos iguales ante la ley, es solo un buen pensamiento, un ideal maravilloso pero que no se cumple porque no ocupa a las instancias adecuadas ni a las personas con la voluntad y consciencia sobre este mal que nos aqueja.

 

¡El mal que duele hasta el tétano!

 

Hay una constante el poder, el cual puede ser traducido en dinero o en influencia política. Los actos de corrupción pueden ser a gran o menor escala, por ello se traduce a la corrupción como la perversión, desviación o degeneración del deber ser o de lo que es debido.

 

¿Qué pasaría si en México la interacción entre los mexicanos fuera menos hedonista, menos pragmática?

 

¿Qué sucedería si dejaran de manipular a los mexicanos políticamente?

 

Todos hablan de la corrupción, todos nos quejamos, pocos quieren prevenir y erradicar.

 

Desde hace dos décadas México tiene la obligación de erradicar, prevenir y combatir la corrupción, va a paso de tortuga. Primero tuvo que crear las normas generales y después homologar las leyes secundarias. El segundo paso fue implementar el sistema y a todas las instituciones que se encargarán de perseguir a todo aquel que corrompa el deber ser.

 

Ahora tenemos unidades de inteligencia financiera, fiscalías especializadas, instituto de acceso a la información, entre otras que en su conjunto deberían de formar parte de un sistema anticorrupción. Existen, pero parece que no pasa nada, así lo creen los ciudadanos críticos al sistema. La verdad es que no es sencillo erradicar las practicas pervertidas porque como lo dije al principio es un tema de poder no solo de dinero, por supuesto que siempre crea beneficios. Practicas permanente y enraizadas en el núcleo social tiene la ventaja de ser sumamente complejas como para terminar con ellas en breve tiempo. Los esfuerzos van abriendo camino, si a paso lento, más avanzando.

 

Cuando extraditaron a Emilio Lozoya uno de tantos hijos de la corrupción, se crearon muchas expectativas, muy rápido las especulaciones sobre si enfrentaría o no el proceso en prisión, llegaron al termino y se resolvió su situación jurídica y para muchos fue decepcionante. Decía Claus Roxin “lo que no se castiga ejemplarmente se imita”

En México podemos encontrar muchos imitadores, muchos personajes que deben su fortuna a estás practicas y no a la cultura del esfuerzo sin quebranto de los principios o virtudes fundamentales.

 

En Morelos, hoy coincidieron los representantes del poder para hacer frente a lo que podríamos denominar cruzada contra la corrupción, espero que la voluntad de los principales actores que dirigen el rumbo de este maravilloso estado no se quebrante, sea seria, firme y consciente para lograr que los ciudadanos puedan tener la aspiración de contribuir con la prevención, la sociedad debe y esta obligada en lo individual y colectivo a fomentar desde su espacio de poder (familia) a fortalecer una formación de las virtudes y retroalimentar en lo social, no todo lo puede hacer el gobierno basta recordar que del núcleo social emergen los que hoy nos dirigen.

 

¡Que la cultura “del que no tranza, no avanza” no sea parte de tu vida!