Árbol inmóvil - Tríada de riesgo: Impepac, INE y partidos
En opinión de Juan Lagunas
El INE y el Impepac pusieron en vilo los comicios presidenciales (2018). Las causas: 1. Visible polarización dentro del árbitro local. Los consejeros están divididos y, en consecuencia, llevaron al extremo de la banalidad las discusiones (en el consejo). Sesionaban hasta tres veces por día, anquilosándose (en algunos casos) en temas baladíes. La madrugada atestiguó estas disputas estériles (a decir de algunos representantes de partidos políticos). 2. Deficiencias en la instrucción vertida hacia los capacitadores y supervisores y, de modo ulterior, a los funcionarios de casilla. Esto consta en las actas de escrutinio y cómputo, que fueron llenadas con errores.
El itinerario de la entrega de paquetes (tras la jornada de votación) fue un desastre total. Un pasatiempo de inoperancia que demostró, por lo menos, lo siguiente:
- Presidentes (de mesas receptoras) trasnochados. En ciertos ejemplos, dejaron información (en las cajas respectivas) local en un distrito federal -y viceversa-.
- Deserción de funcionarios. Sabemos que la ley es clara, en caso de este suceso. El CAE puede persuadir a un ciudadano que esté haciendo fila, para llenar un vacío. Empero, la norma es laxa, sin duda alguna.
En suma, si la predisposición de la negligencia es continua, los yerros podrán repetirse. Sobremanera, por la falta de previsión y la nula existencia de un plan sistémico ante las situaciones de riesgo. Los burócratas comiciales suelen sumergirse en el calendario de actividades y, desde ahí, otean los tiempos. Son impertérritos o viven en la ataraxia (como dijeran los filósofos helenos, refiriéndose a un estado de ánimo trémulo y en total ausencia de deseos. O sea, falta de iniciativa).
2021
Son demasiados cargos los que están en disputa (a partir de la declaratoria del inicio de la justa). Sin embargo, no existe una cultura cívica sólida. El votante emite su decisión (en la urna) por instinto, bajo el influjo de la manipulación que ejercen los protagonistas, mediante la entrega de dádivas, compra o coacción del sufragio.
Además, subyace una especie de sobrerregulación del proceso, lo que crea una ambigüedad transversal, que se afianza con el arribo del exceso de reglamentos que existen en la periferia.
El período sucesivo es otra anomalía prolija. La organización es de casi 11 meses. En ese lapso, los adversarios tergiversan la norma; buscan siempre, ataviados de ansiedad, un margen… intersticio legal para ubicar sus acciones ilícitas. Al fin y al cabo, se trata de derrocar a quien sea (a cualquier costo)…
Y, por si fuera poco, nos topamos con el financiamiento público. Dizque para evitar la presencia de recursos “sucios” (del narcotráfico, verbigracia). El escenario nos revela una cifra de más de siete mil millones de pesos, a nivel federal, que serán prorrateados entre las distintas fuerzas políticas.
Ante eso, existen bordes deficientes en materia de fiscalización. Al INE se le escapan esquemas y conductas camufladas. La avaricia es incomparable. Suele metamorfosear en decrepitud. Los cómplices se zafan a través de la tangente. Huyen. Se esconden en las faldas de la impunidad y, al cabo de los días, cuando los olores fétidos de la cloaca se han volatilizado, aparecen. La nada en su expresión máxima (y mínima)…
Persiste un exceso de atribuciones en el interventor. Esto indica la enorme intrusión de los intereses partidistas. El INE es un harapo. Lo toman, zarandean y arrojan hacia la dehesa de la desolación. Hace como que trabaja. Los retos son menos alcanzables…
La pandemia de covid, como recién lo adujo el Tribunal Electoral de Morelos, pondrá a prueba al OPLE y al INE. En específico, en el ámbito de la capacitación.
Por otro lado, se prevé una baja presencia ciudadana, que será causada, en gran medida, por la mala reputación de los partidos. Éstos, vástagos del PRI, renuevan sus trapacerías (no sacian su sed de poder).
Así, esta tríada es un factor de riesgo en el curso del proceso. Continúa confabulando (de manera subrepticia) a favor de la inexactitud y el desconocimiento. Las sanciones contra el sesgo y otras erosiones malignas son sutiles.
Otrosí, el reto unívoco del ciudadano es enterarse del derredor, para no caer en las fauces del engaño. El artificio es medida cíclica de la clase dominante. Cuidado.
(El péndulo abre el paso de la muerte…).