Juego de Manos - Un arma de doble filo

En opinión de Diego Pacheco

Juego de Manos - Un arma de doble filo

La comunicación ha sido una herramienta fundamental dentro de la estrategia política del presidente López Obrador. Él ha sido hábil para fijar temas en la agenda, acompañados de su postura, con lo que ha podido adelantarse en diversas ocasiones a las controversias o, también, ha creado controversias a su discreción. Su estilo personal de gobernar, congruente con su método político al momento en que buscaba el puesto, se basa en ganar la percepción.

En tiempos regulares, esto no pasó del debate público, los dime y diretes; no obstante, conforme la transición del gobierno federal se acerca, los conflictos con otras autoridades han ido en ascenso. Desde la pugna con el Instituto Nacional Electoral hasta el actual enfrentamiento con la Suprema Corte de justicia de la Nación, los contrapesos se han endurecido en vías al 2024.  

De igual manera, la que había sido la herramienta de confianza y control del presidente de la República, hoy parece ser un tiro que sale por la culata ya que, en su afán característico de debilitar a la oposición con mensajes y retórica, hoy ha empoderado e impulsado a una posible candidata del Frente Amplio por México que, hasta hace unas semanas, no se veía con cartas fuertes (o señales de vida) para competir el próximo año.  

Xóchitl Gálvez ha encontrado una ventana de oportunidad los ataques de Palacio Nacional y, en ese sentido, se ha valido de métodos similares a los del Ejecutivo para lanzar mensajes antagónicos hacia el presidente de la República y, con el debate público, crecer su imagen en vías a la definición de la candidatura presidencial opositora.

La política, como muchas otras dinámicas sociales, se debe llevar a cabo con el mayor autocontrol posible. La cabeza fría y el corazón caliente para poder tomar decisiones estratégicas sin desapego. En este caso, es un error de la figura presidencial prestarse a dimes y diretes con una aspirante a candidata de la oposición pues, de esa manera, ha construido a la persona que hoy le está causando problemas y, poco a poco, se posiciona como la favorita para competir el próximo año. 

 

Las pequeñas victorias 

 

Hablando del próximo año, es muy probable que en el 2024 Morena triunfe en la contienda por la presidencia de la República. Las cifras presentes (principalmente las que corresponden al presidente López Obrador) señalan que aún existe un apoyo de la ciudadanía hacia el presidente y su proyecto.

Ojo, a manera de paréntesis, contrario a la situación del mandatario federal, las cifras de aprobación del partido guinda no son tan favorables. Como ya se ha mencionado en este espacio, es el presidente quien sostiene al partido en materia política electoral.  

De vuelta al tema central, hay dos riesgos principales para el grupo cuatroteísta en la contienda del año que viene: una derrota en la Ciudad de México, que les quitaría el control de la capital del país; y el perder la mayoría en el Congreso de la Unión, que frenaría el avance de los proyectos y metas de el o la futura presidenta.

En lo que concierne al primero, el antecedente de la derrota en la mitad del territorio capitalino en el proceso electoral de 2021, pone en duda el control de Morena de la capital el próximo año. Hace falta contar con un perfil verdaderamente competitivo y una campaña estratégica para alcanzar este objetivo que, aunado al triunfo en el Estado de México, significaría una victoria política importante.  

Por otro lado, el virtual control del legislativo por parte de Morena ha sido clave para el avance de los proyectos de la llamada Cuarta Transformación. Si se pierde esta condición será muy complicado que quien releve al presidente López Obrador pueda dar continuidad al proyecto y a las metas del partido.

La silla presidencial es una de las piezas necesarias para poder asegurar un rumbo estable para el proyecto que resulte victorioso en los próximos comicios. Sin embargo, las pequeñas victorias cuentan (y cuentan mucho) pues, como pintan las cosas al momento, la marca Morena no será suficiente para garantizar este cometido.  

 

Por cierto  

 

Irónicamente, una vez que dio inicio el proceso para elegir a la o el coordinador nacional de los comités de la defensa de la Cuarta Transformación, las noticias alrededor de las corcholatas se volvieron más escasas y, francamente, menos interesantes. Fotos aquí, foros allá, quejas de competencia desleal y cachetadas con guante blanco han sido las novedades en torno a este proceso.

No obstante, podemos comenzar a definir algo: de las tres corcholatas preferidas, Marcelo Ebrard, Claudia Sheinbaum y Adán Augusto López; este último no ha podido crecer su simpatía con la ciudadanía y, luego del escándalo alrededor de la diputada Andrea Chávez —quien forma parte fundamental de su equipo— sus posibilidades de triunfo parecen casi nulas. 

Restan 2 corcholatas, una ha sido efectiva en posicionarse como la preferida del presidente de la República (un gran acierto, toda vez que, como se mencionó anteriormente, es la figura que sostiene al partido) y, en ese sentido, mantiene sus mensajes bajo la línea de la Cuarta Transformación, la continuidad al proyecto obradorista, la llegada de la primera mujer presidenta a México y la prioridad al pueblo. 

Por su parte, el excanciller apuesta a encuentros pequeños e impactos en redes sociales y, a diferencia de sus contrincantes, ha presentado un primer proyecto para su gobierno: el Plan Ángel de seguridad nacional, el cual apuesta por la tecnología y la inteligencia artificial para robustecer el aparato de seguridad del estado. Este ha recibido notas agridulces entre quienes temen una violación a los derechos humanos y quienes aspiran a una solución al grave problema de inseguridad que enfrenta el país. Sea cual sea el análisis del Plan Ángel, la realidad es que dio con precisión en uno de los puntos que más apuran a la ciudadanía mexicana.  

Entonces ¿quién va a ganar? Eso depende de a quien le preguntes y el método que use para hacer ese cálculo. Desde este espacio, se apuesta por la prudencia y la paciencia.

Sobre los 3 taparroscas restantes, es probable que estén apostando a un premio de consolación. En el caso de Ricardo Monreal, podría ser la Ciudad de México, Noroña una coordinación legislativa y el partido verde, como en cada proceso, mantener su registro y contar con algunas fichas en el legislativo para negociar en el futuro. 

  

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