Observador político - Negocio redondo

En opinión de Gerardo Suárez Dorantes

Observador político - Negocio redondo

Para nadie es un secreto el negocio multimillonario que representan en Morelos los verificentros que se instalaron durante el sexenio del exgobernador panista Marco Adame Castillo, continuó con el perredista Graco Ramírez y que hoy en día sigue vigente.

LA CORRUPCION EN LOS VERIFICENTROS.- Son unos cuantos empresarios fuereños sin compromiso con Morelos ni con su gente, los que siguen llenándose los bolsillos y pese a los señalamientos de corrupción siguen prestando su pésimo servicio en detrimento de los propietarios de vehículos en la entidad.

¿Hay corrupción en los verificentros de Morelos? En la teoría la intención del programa de verificación vehicular obligatoria en el estado de Morelos fue para cuidar el medio ambiente, evitando que  a través de la emisión de gases contaminantes la calidad del aire fuera mejor y evitar así supuestas enfermedades a los ciudadanos.

Por lo tanto, un centro de verificación o verificentro son establecimientos que deberían de contar con tecnología avanzada para la revisión de automotores y definir el estado de los vehículos en materia de emisiones de gases contaminantes, los cuales tendrían que ser  monitoreados por las autoridades del estado en el que se encuentran dizque aprobados para tal fin. Todo suena muy bonito, pero en este sentido la Secretaría de Desarrollo Sustentable difícilmente puede hacer una revisión seria, real, efectiva y concreta. Por lo tanto, todo indica que han sido las autoridades de la SDS no sólo omisas sino cómplices porque pese a todas las quejas y denuncias que se ha presentado al respecto y no han hecho absolutamente nada.

A manera de ejemplo, es importante mencionar que cuando el ciudadano que lleva su auto a verificar y por diversas circunstancias no realizó su pago correspondiente a la verificación anterior, los “honestísimos” propietarios le cobran una multa de mil 345 pesos que tendrá que ir a depositarlos a la cuenta del Banco Azteca, institución autorizada para poder recibir los pagos pendientes de los morosos de este servicio.

Bien, por si no fuera poco el banco por esa transacción le cobra diez pesos por comisión, una vez que se ha realizado el paga en cuestión el moroso tiene que regresar al verificentro a entregar sus documentos del auto para que se haga el registro correspondiente. Y en dado caso de necesitar sacar copias no hay de qué preocuparse porque ahí mismo está otro negocio redondo ya que se las pueden sacar pero a un precio nada módico de cinco pesos cuando en la mayoría de las tiendas cobran 50 centavos.  Seguimos: Posteriormente le hacen una revisión a todos sus documentos para que estén en orden; dichos papeles no son otra cosa que la tarjeta de circulación, la credencial del Instituto Nacional Electoral (INE) u otra identificación oficial, carta de que el auto está registrado en Control Vehicular y en caso de que éste sea nuevo la carta factura. Pasando ya ésta aduana sigue el siguiente paso al canalizarlo a la caja para que haga su depósito de lo que cuesta la verificación. Así que lleva todos sus documentos y el recibo del pago de la multa de la verificación atrasada.  Mientras usted espera en una sala y verifican si su auto alcanza los niveles permitidos de no contaminación.

Al momento de hacerle la entrega del automotor le colocan a la unidad el holograma y su recibo de pago de la verificación, sin embargo, ¡oh sorpresa! Porque no viene el pago de la verificación atrasada. Así que el usuario no tiene forma de comprobar que ya pagó las verificaciones anteriores, lo que a todas luces es parte de ese negocio multimillonario que representa para los verificentros que atienden a un millón 600 mil autos si tomamos en consideración el padrón vehicularen Morelos que es de 800 mil y que requieren de ese servicio dos veces al año.

Es decir, todo es un círculo vicioso entre la dependencia, la fotocopiadora y Banco Azteca. El centro de verificación expide la póliza con el pago correspondiente para que el ciudadano pague en la institución bancaria. El banco expide un recibo al ciudadano y éste lo entrega a la dependencia, pero la magia y parte del negocio, la transa y corrupción se vuelve a dar cuando le entregan el vehículo con la verificación porque el ticket que se había entregado como parte de los documentos solicitados desaparece. Por lo tanto, la información se queda como información reservada para ellos siendo dinero del ciudadano evidenciando lo frágil y desprotegido que se encuentran los propietarios de los coches que buscan cumplir con esa obligación.  

Lo triste, lo preocupante es que instituciones cómo la Contraloría interna de la Secretaria de Movilidad y Transporte no hace nada al respecto, tampoco la Secretaría de Desarrollo Sustentable que incluso, tal parece desconocen de este procedimiento. O en su defecto, son comparsas de las omisiones, anomalías y la corrupción que sigue imperando en estos establecimientos que cabe decirlo, no tienen estacionamientos y al instalarse en las principales avenidas de la ciudad y del estado, poco les importa provocar un grave y preocupante tráfico vehicular sin que la SMyT haga algo para frenar estas inconsistencias e irregularidades a todas luces evidentes los propietarios de estos estos establecimientos de los verificentros que siguen hinchándose de dinero sin tener un compromiso con la calidad del aíre como supuestamente es el objetivo de este negocio multimillonario.

Al final, el ciudadano está atado de manos ya que no puede reclamar su recibo de pago porque, además, el personal casi en su mayoría –salvo sus honrosas excepciones- que labora son prepotentes, majaderos y como todo indica que tienen la protección de los sus jefes, difícilmente recibirán una llamada de atención.

¿No sería conveniente que antes tantas quejas, denuncias, actos de corrupción y pésimos servicios de un negocio multimillonario se les practicara una auditoria para saber cuánto se recaba de cobro de multas y con cuánto contribuyen para mejorar la calidad del aíre, porque resulta que son más altas que el cobro de la verificación.

Hay que recordar que la diputada del PAN, Andrea Gordillo recientemente anunció la necesidad de una auditoría y vigilancia al trabajo que desarrollan estos establecimientos que ofrecen servicio solo mediante citas, pero sigue mucha gente se va incluso a dormir para alcanzar  lugar y pese a todo, siguen sin ser transparentes en sus procesos y mucho menos, los empresarios de este redituable negocio han contribuido con un fondo verde que sea destinado para mejorar no solo la calidad del aíre sino el ambiente de Morelos.

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