Juego de Manos - Los intermediarios
En opinión de Diego Pacheco
La variedad de contenidos que ofrece la plataforma Tik Tok ha ido en aumento, expandiéndose de la lógica original de microvideos humorísticos para albergar mensajes políticos, información de utilidad, consejos de moda, posturas sociales, entre muchos otros. Está dinámica de “crear fuera de la caja” es el caso de la creadora de contenido Luz Valdez, quien dedica su canal con más de medio millón de subscriptores para dar foco a diseñadoras tradicionales mexicanas.
Sus videos tienen una dinámica similar al de otras personas que crean contenidos enfocados en moda: una presentación de un compilado (o haul, para los más conocedores) de distintas piezas de vestimenta que se presentan una por una.
La diferencia entre este y otros canales se encuentra en el origen de sus prendas. Distando de la alta costura de mayor visibilidad en el mundo actual, cuyos nombres conocemos y recordamos, ella se acerca a personas artistas de bordado mexicanas. Prendas elegantes y de alta costura que, por alejarse de la convencionalidad de los estándares extranjeros, son sujetas a regateos y banalización (en la arena local) y a la compra barata para su reventa a sobreprecio en mercados extranjeros.
En ese sentido, la intención de este canal es dar a conocer la belleza, calidad y la dignidad de los bordados tradicionales mexicanos, y ponerlos a la par o por encima de los diseños realizados por mente extranjeras. Hasta aquí, todo bonito.
Una de las diseñadoras que han crecido de sobremanera a partir de estos contenidos es la artesana Feliciana Hernández Bautista, quien, además del crecimiento de su taller, ha creado una relación estrecha con la creadora de contenido. Sus diseños se basan en la comunidad en la que habita: Ahuirán en Michoacán
Ella, como muchas otras diseñadoras tradicionales mexicanas fue víctima de plagio por parte de terceros. La marca Hijos del Maíz compró, intervino y anunció como colaboración una prenda sin la autorización o conocimiento de su autora; hecho que causó indignación y controversia con las y los involucrados.
En este caso, es lamentable que, aunado al ya reprobable plagio de los diseños originales, se lucre con el nombre de la artesana sin su consentimiento, tomando en consideración que el renombre de una artista tradicional ya es una condición difícil de concretar debido al mercado predominantemente europeo. En español, ya es complicado el simple hecho de hacerse de renombre como diseñadora de prendas tradicionales frente a las marcas hegemónicas y, sobre eso, hay quienes buscan aprovechar ese renombre sin dar crédito real a la persona. El Inception del abuso.
A manera de paréntesis, este no es un caso aislado, como se ha escrito en otras ediciones del Juego de Manos, el plagio de diseños originales de nuestro país para, posteriormente, venderlos en mercados extranjeros a precios mucho mayores, es una práctica relativamente común.
A partir del plagio a la artesana, Luz Valdez se pronunció públicamente en contra de esta falta, hecho que la llevó a ser víctima de una campaña mediática de desprestigio entre la creadora de contenido e intermediarios de relaciones públicas y el colectivo Poder Prieto.
Posterior a una serie de jaloneos, Tenoch Huerta, uno de los principales exponentes de Poder Prieto y figura que portó la prenda controversial, emitió un comunicado en donde escribió sobre los desafortunados eventos, el papel de los “intermediarios” en el caso y el abuso permanente a las personas artesanas de nuestro país.
Más allá de la polémica ya sobreanalizada, el (valiosísimo) papel de Luz Valdez como una divulgadora del arte tradicional mexicano y el gravísimo y cotidiano abuso a las personas artesanas mexicanas; me llama la atención el papel que juegan los llamados “intermediarios” en este y en otros espacios donde las relaciones públicas juegan un papel crucial para concretar proyectos y alcanzar metas.
En diálogo con una amistad del gremio, se llegó a la conclusión de que las relaciones públicas pueden ser éticamente cuestionables, y las personas lo han permitido. En muchos casos, cumplir con los encargos implica dejar en segundo plano las creencias y valores particulares, con la finalidad de llegar a los resultados que se esperan (y se exigen). El silencio estratégico durante momentos críticos y la resolución de conflictos debajo de la mesa, son eventos cotidianos; mientras que la desensibilización es una condición permanente para poder cumplir con algunas de las expectativas del trabajo.
Ahora, más allá de mirar los párrafos anteriores con juicios de valor, centrémonos en la realidad en la que existimos. El mundo no puede mirarse a través de lentes bicolores, los matices existen y las condiciones nos obligan a trabajar con creatividad y flexibilidad para alcanzar aquellas metas que tenemos. Ojo, que son también inescapables los errores, para los cuales es importante estar preparados con una acción (o inacción) certera.
En ese sentido, con pleno respeto y reconocimiento a la importancia de las labores de relaciones públicas, publicidad y aquellas relacionadas, la clave, me aseguran, está en establecer los límites a lo que uno está dispuesto a llegar. La firmeza que nos brinda el respeto a nuestras creencias no es excluyente de la condición de la flexibilidad necesaria para aspirar a alcanzar las metas que nos proponemos. El equilibro es la clave.
Por cierto
Regresamos de un merecido descanso con motivo de la Semana Santa, la cual espero hayas podido disfrutar como tú quisieras. Para algunas personas, esta temporada vacacional es sinónimo de sol, playa y diversión; una temporalidad ampliamente esperada por las personas encargadas de los servicios turísticos de los distintos puntos de nuestro país.
En paralelo, las autoridades de gobierno preparan el escenario para hacer de su espacio un destino deseable y capaz de recibir a las y los turistas. Ello, en ocasiones, puede implicar que se tomen decisiones desafortunadas. Tal es el caso de Huatabampo, en Sonora, donde la coordinación de ecología del gobierno municipal se dio a la tarea de extirpar los aguijones de las mantarrayas, con la finalidad de que estas no picaran a los turistas que se esperaba llegaran a su playa.
Estos animales realizan visitas periódicamente a las playas de Sonora, como parte de su ciclo reproductivo, por lo que más allá de un hecho extraordinario, esta es una actividad recurrente en respuesta a un fenómeno natural que, en efecto, puede generar riesgos para las personas turistas.
El turismo es una de las principales fuentes de ingresos en el país. Si bien es importante impulsar esta industria en beneficio de las familias que de ella subsisten, no debemos perder de vista que uno de los grandes atractivos de México es su riqueza natural. Casos de violencia ecológica como este no solo tienen un impacto negativo en los ecosistemas y la fauna de nuestra nación —un hecho que, por sí solo, es gravísimo— sino que, además, podrían impactar de manera negativa al sector que, en el papel, se busca proteger.
Finalmente, la coordinadora municipal de Ecología fue suspendida del cargo, aunque, más allá del corte de cabezas, vale la pena apostar por el llamado que realizan las organizaciones en favor de las causas naturales: la educación y concientización para prevenir los ataques, voluntarios e involuntarios, al medio ambiente.
Cuidemos lo nuestro: