Juego de Manos - El problema de las cifras

En opinión de Diego Pacheco

Juego de Manos - El problema de las cifras

Hace una semana, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, alertó que existe una tendencia al alza de contagios y ocupación hospitalaria en Morelos debido a la pandemia por covid-19. Desde su óptica, la sobresaturación de los hospitales estaba a la vuelta de la esquina, por lo que era urgente que las actividades públicas se redujeran al máximo con medidas drásticas de las autoridades.

Estos señalamientos fueron negados por las autoridades locales, quienes argumentaron que estas cifras no son acertadas pues existe un desfase informativo con la federación y, hoy, cerca de una semana después, nuestra entidad entrará a semáforo naranja.

Ahora bien, más allá de entrar al debate entre respecto al desfase de las cifras y la causa del acenso de contagios en Morelos, me gustaría abordar lo señalado por López-Gatell hace unos días sobre el cierre de las actividades públicas para proteger la salud de las personas.

En primer lugar, Morelos no resistiría un segundo ciclo de cuarentena absoluta, pues el contexto económico ya es en sí delicado. La solución no puede ser guardarnos en casa, porque nos arriesgamos a un colapso sin presidentes en el estado. El problema es más grave y complejo que en el año pasado. Hoy, así como se debe procurar la salud de todas y todos, también se tiene que proteger su seguridad económica; pues descuidar la economía conlleva una reducción de la calidad de vida de las personas, un incremento en los índices de inseguridad y una serie de problemáticas sociales que agudizarían la ya preocupante situación en la entidad.

El problema de las soluciones simples en este contexto es que generalmente parten de una mirada reducida de la problemática. En este caso, el entendimiento de la pandemia se enfoca únicamente en las cifras. Cuando el problema se lee solo en números, se pierde de vista que el cierre de las actividades públicas implica que decenas de familias perderán su sustento, que para miles de personas será imposible satisfacer sus necesidades básicas y que el escenario para las generaciones nuevas y no tan nuevas será aún más complicado.

Cada día vemos a más personas en las calles de nuestra ciudad, el hambre se convierte en una segunda pandemia. La solución debe ser integral, procurando la salud, el empleo y el desarrollo en el estado; e incorporando los esfuerzos de autoridades, ciudadanía y sector público. El reto es grande, sí, y de ese tamaño debemos ser nosotrxs.

 

El proceso electoral

 

En los próximos meses vamos a atestiguar un proceso electoral intermedio sin precedentes, donde cada aspecto de la campaña política jugará un papel fundamental en el desenlace de la competencia por los distintos puestos de elección popular.

Ahora, por el contexto pandémico, realizar actos multitudinarios como se acostumbraba será formalmente imposible y muy complicado de sacarles provecho en caso de que se hagan por debajo de la mesa. En este sentido, los partidos políticos están apostando a la comunicación vía redes sociales, una actualización necesaria, mas no una receta mágica para ganar elecciones.

En este sentido, llama la atención la manera en que se compite por alcanzar los primeros lugares de las encuestas de Facebook, mayormente, a través de bots. Muchas personas se van por la idea de que estas elecciones se ganarán a través de redes sociales, lo cual es falso.

La comunicación a distancia será crucial para transmitir los mensajes de campaña; sin embargo, tan importante como el contenido es el canal por el cual se transmitan. Las páginas de Facebook recién creadas, los “líderes de opinión” inflados y los bots no ganan elecciones; se necesita una buena estrategia con contenido de valor, medios de comunicación y figuras de opinión que cuenten con confianza social para distribuir los mensajes. Todo ello de la mano de un equipo preparado para articular y llevar a cabo las estrategias. Aguas.

 

De vuelta a las andadas

 

El presidente López Obrador regresó a las mañaneras el lunes pasado, luego de pasar cerca de dos semanas fuera de las actividades públicas al haberse contagiado de covid-19. El mandatario se vio en buen estado y abrió su conferencia agradeciendo a todas las personas que pidieron por su pronta recuperación.

No obstante, la nota más importante no fue la de su regreso a las mañaneras, sino sobre la ausencia de un cubrebocas en su rostro, algo que “justificó” en la ronda de preguntas y respuestas. Cuando un periodista le preguntó si el uso del cubrebocas se volvería obligatorio en México y si él comenzaría a usarlo ahora que ya ha estado contagiado, el Ejecutivo Federal ofreció respuestas negativas. No, porque México no es autoritario y está “prohibido prohibir”; y no, porque los médicos le aseguraron que él ya no contagia, contrario a lo que ha señalado el vocero de la pandemia,  López-Gatell, a quien dijo respeta mucho.

Para alguien que ha sido uno de los defensores del “predicar con el ejemplo”, es contradictorio negarse a cumplir con las medidas de sanidad básicas establecidas por instituciones de salud públicas y privadas, nacionales e internacionales. Parece ser que el presidente, además de cifras, también tiene otros médicos.

 

Por cierto

 

En las últimas semanas hemos dicho adiós a las mascotas de distintas marcas de alimentos, a partir del inicio de la segunda etapa de la NOM 051 —referente al etiquetado de alimentos— que tiene como finalidad reducir los índices de obesidad en el país. Desde Chester Cheetos hasta el Tigre Toño, aquellos dibujos animados que muchos vimos evolucionar conforme fuimos creciendo, hoy desaparecen de los empaques bajo la promesa de una población más sana. Todas y todos menos uno.

El Osito Bimbo es a la fecha objeto de memes y némesis de las autoridades de salud, pues ha sido el gran escapista de esta cancelación de mascotas a nivel nacional. Desde su aparición en hot cakes con empaques transparentes, hasta su apadrinamiento por parte de una marca de servilletas de papel, el panadero de 75 años se rehúsa a decir adiós.

Ahora bien, aunque los memes estén grrraciosísimos y las mascotas pidan al unísono “recuérdame””, hay que tener en cuenta que, aunque esta medida nos da justo en la nostalgia, su objetivo final es el de alcanzar una sociedad con hábitos alimenticios más sanos. México se encuentra en los primeros lugares a nivel mundial de obesidad en menores de edad y en adultos, lo que en el contexto pandémico actual implica un mayor riesgo de presentar complicaciones en caso de contraer covid-19.

El hecho de que el Osito Bimbo esté encontrando nuevos espacios y formas de mantenerse presente no es un signo de rebeldía contra las instituciones o de victoria frente al sistema; sino que demuestra la capacidad de las grandes empresas de burlar las legislaciones presentes con el fin de mantener sus condiciones. Esto no beneficia a nadie más que a la marca.

Si bien podremos extrañar a estos personajes, hay que entender que existe un problema grave de alimentación en México que debe de ser atendido desde todos los frentes posibles. La salud y la vida de las personas es más valiosa que la aparición de dibujos animados en envolturas de papitas.

 

 

Con el cariño de siempre, Diego:

  

diegopachecowil@gmail.com