Observador político - Quién ganó o perdió de Morena con la candidatura en Cuernavaca
En opinión de Gerardo Suárez Dorantes
La designación de Alejandra Flores como candidata a la alcaldía de Cuernavaca por Morena ha desencadenado una serie de reacciones, dejando al descubierto las tensiones internas dentro del partido, y quizás el más beneficiado con esta decisión sea el neopanista José Luis Urióstegui Salgado, quien desde ahora se relame los bigotes con amplias posibilidades de reelegirse como edil de la capital morelense.
ENFRENTAMIENTO.- El conflicto entre los diferentes grupos dentro de Morena ha dejado en evidencia la falta de consenso y la ausencia de acuerdos; el reciente choque de trenes entre el titular del poder Ejecutivo y su sucesora potencial ha puesto en riesgo la estabilidad del partido, especialmente en una ciudad donde el voto es altamente volátil.
La reunión del pasado viernes 1 de marzo entre los aspirantes a la candidatura de la alcaldía de Cuernavaca reveló la falta de unidad, culminando en la elección de Alejandra Flores como candidata, dejando fuera a figuras prominentes como Javier Bolaños y Sergio Pérez, quienes llevaban supuestamente la delantera y de donde saldría el abanderado a la capital por tener un empate técnico. Dicha decisión generó en automático interrogantes sobre quién resultó perdedor y quién ganador en este proceso.
Por un lado, la designación de Alejandra Flores como candidata deja a Pérez Flores relegado a una posición de menor relevancia, mientras que Bolaños Aguilar también se ve afectado al no obtener la candidatura deseada; empero, las consecuencias electorales de estas divisiones internas aún están por verse, y podría haber daños colaterales para el partido en las próximas elecciones.
De ahí que es fundamental que Morena busque la reconciliación interna y la unidad si desea mantener su presencia política en Cuernavaca, toda vez que es evidente que las disputas internas dentro de Morena han creado un escenario de incertidumbre y desconfianza entre sus miembros y simpatizantes. Es decir, la falta de consenso y la imposibilidad de llegar a acuerdos han debilitado la imagen del partido, poniendo en riesgo su capacidad para mantener el apoyo electoral en Cuernavaca.
LOS RETOS DE LOS CANDIDATOS.- Para alcanzar los desafíos y oportunidades en la contienda por la gubernatura será fundamental la unidad desde la izquierda, todo ello, pese a las turbulencias políticas, sobre todo por lo ocurrido en Cuernavaca que en automático se convirtió en el epicentro de una contienda crucial donde las disputas internas amenazan el objetivo prioritario: la gubernatura. Margarita González emerge como figura clave, llamada a poner orden y salvaguardar el proyecto ante intereses personales que podrían desviar el rumbo, más para que no le afecte en su proyecto personal.
La figura de Alejandra Flores, vista por algunos como débil, ha encontrado una inesperada fortaleza en la división de los pesos pesados, sin embargo, su alianza con el proyecto de Rabindranath Salazar Solorio, Coordinador General de Política y Gobierno del Gobierno de la República, le brinda un impulso vital en la contienda. Por lo que la elección de Cuernavaca se convierte en un desafío crucial para Salazar Solorio, quien ve en esta batalla su última oportunidad de mantener viva la llama de su proyecto político.
La tarea de unir fuerzas se torna imperativa y Margarita González y Alejandra Flores deben encontrar puntos en común para fortalecer el proyecto de Cuernavaca, aprovechando la presencia de buenos candidatos a diputados locales.
Hoy ante esta incertidumbre política es momento de realizar una cirugía mayor en la estrategia, buscando acuerdos con figuras clave como Javier Bolaños, y encaminarse hacia una campaña sólida que no permita que la división socave sus esfuerzos más allá de la sindicatura.
Por lo que la moneda está en el aire, pero queda en manos de González y Flores la capacidad de transformar los desafíos en oportunidades, y liderar una contienda que promete ser más interesante de lo que se vislumbra en el horizonte político actual.
La contienda por la gubernatura de Cuernavaca se presenta como un campo de batalla político donde cada movimiento cuenta y cada alianza podría marcar la diferencia; en este escenario, es esencial que Margarita González y Alejandra Flores reconozcan la importancia de la unidad y la cohesión dentro de su propio frente.
POR LA UNIDAD.- Hoy en día la ciudadanía demanda liderazgo fuerte y propuestas concretas para enfrentar los desafíos que aquejan a Cuernavaca, por lo que es crucial que Margarita González y Alejandra Flores aprovechen esta oportunidad para articular una visión clara y unificada que resuene con las necesidades reales de la población.
La división interna solo servirá para debilitar el frente de izquierda y abrir espacio para la injerencia de fuerzas externas que podrían no tener los intereses de la ciudadanía en mente. Es hora de dejar de lado las disputas personales y concentrarse en construir una plataforma sólida que inspire confianza y movilice a los votantes.
La sociedad cuernavacense merece candidatos comprometidos con su bienestar y dispuestos a trabajar juntos para impulsar el progreso y la justicia social en la región y hoy tienen ante sí una oportunidad única para demostrar que la izquierda puede ofrecer una alternativa real y transformadora para el futuro de Cuernavaca; y la responsabilidad recae en los hombros de Margarita y Alejandra para liderar con determinación y visión, y así asegurar que la voz del pueblo sea escuchada y representada en las urnas el próximo 2 de junio.
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