Habrá representación local de rodeo en nacionales de Conade
La arena rancho “Las Flores”, en el municipio de Zacatepec, fue el escenario del selectivo estatal de la disciplina de rodeo rumbo a los Nacionales Conade 2025, donde jóvenes compitieron bajo el aval de la Federación Mexicana de Rodeo A.C. y del Instituto del Deporte y Cultura Física del Estado de Morelos (Indem).
En este sentido, el director del Indem, Juan Felipe Domínguez Robles, detalló que las dos categorías participantes fueron: juvenil menor, de 12 a 15 años, y juvenil mayor, de 16 a 19 años, las y los clasificados van directamente a la justa nacional.
En la categoría juvenil mayor, los clasificados son: Franco Torres y José Yáñez en la disciplina de lazo por parejas, desempeñándose como cabecero y pialador, respectivamente; mientras que, en esa misma categoría, será Santiago Mendoza el representante en las disciplinas de jinete de toro y caballos con pretal.
Los resultados de la categoría juvenil menor quedaron de la siguiente manera: Ivanna Rabanal, Zoé Hernández, e Ivanna Hernández, competirán en las disciplinas de carrera de barriles y carrera entre polos; Tadeo Castro, en amarre de chiva; Zoé Hernández, Tadeo Castro y Samuel Salazar en lazo en falso; y lazo por parejas de la siguiente forma: Tadeo Castro (pialador) y Samuel Salazar (cabecero), y Manuel Díaz (pialador) y Rudy Salinas (cabecero).
Finalmente, el titular del Indem agradeció el respaldo de la gobernadora Margarita González Saravia para la mejora de espacios deportivos, como el Lienzo Charro de Cuernavaca, en donde las y los jóvenes podrán aprovecharlo al máximo y mejorar su rendimiento.
El rodeo en México, aunque no es tan prominente como en otros países como Estados Unidos, tiene una rica historia y un significado cultural importante, especialmente en las regiones rurales y ganaderas del país. Esta práctica, que combina habilidades ecuestres, manejo de ganado y tradiciones locales, ha sido parte fundamental de la vida en los ranchos y haciendas mexicanas desde la época colonial. El rodeo no solo es un deporte o entretenimiento, sino también una manifestación de la identidad charra, que está profundamente arraigada en la cultura mexicana. A través de esta actividad, se preservan técnicas ancestrales de manejo de ganado y se fomenta el respeto por los animales y la naturaleza.
En el contexto histórico, el rodeo en México está estrechamente ligado a la charrería, considerada el deporte nacional por excelencia. La charrería surgió como una necesidad en las haciendas ganaderas durante los siglos XVI y XVII, donde los vaqueros, conocidos como charros, desarrollaron habilidades específicas para domar caballos, lazar reses y realizar otras tareas relacionadas con la ganadería. Con el tiempo, estas actividades se convirtieron en espectáculos que celebraban la destreza y el valor de los charros, consolidándose como una tradición que se transmite de generación en generación.
En la actualidad, el rodeo y la charrería siguen siendo símbolos de orgullo y tradición en México. Aunque la urbanización y la modernización han reducido su práctica en algunas áreas, en estados como Jalisco, Guanajuato, Michoacán y Zacatecas, el rodeo sigue siendo una parte vital de las festividades locales y eventos culturales. Los lienzos charros, donde se realizan estas competencias, son espacios de convivencia comunitaria y de preservación de las costumbres mexicanas. Además, la charrería fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2016, lo que ha reforzado su importancia a nivel nacional e internacional.
El rodeo también tiene un impacto económico significativo en las regiones donde se practica. Los eventos charros atraen a turistas nacionales y extranjeros, generando ingresos para las comunidades locales. Además, la industria relacionada con la charrería, como la fabricación de trajes de charro, sombreros, monturas y otros accesorios, es una fuente de empleo y sustento para muchas familias. Estos elementos contribuyen a mantener viva una tradición que, de otra manera, podría perderse en un mundo cada vez más globalizado.
Finalmente, el rodeo en México representa un vínculo entre el pasado y el presente, uniendo a las generaciones a través de una práctica que celebra la habilidad, el coraje y el amor por la tierra. Aunque enfrenta desafíos como la falta de interés entre los jóvenes y la competencia de deportes más modernos, el rodeo sigue siendo un pilar de la identidad cultural mexicana. Su preservación no solo es un acto de respeto hacia las raíces del país, sino también una forma de mantener viva una tradición que enorgullece a México y lo distingue en el mundo.