Escala de Grises #25N

En opinión de Arendy Ávalos

Escala de Grises #25N

 

A nivel internacional este día y parte del presente mes son utilizados para concientizar la violencia que sufren las mujeres. Además, las instituciones lanzan campañas enfocadas en prevenir que esto suceda y, como lo dice la efeméride, eliminar este tipo de acciones.

Sí, “acciones” en plural. Porque déjeme contarle que la violencia en contra de las mujeres no se refleja únicamente en la brecha salarial. Violencia es solo un primer nombre que puede tener los siguientes apellidos: económica, familiar, institucional, laboral, psicológica, sexual, social, simbólica y hasta feminicida.

Cosa que, por lo visto, no han comprendido la presente administración (mucho menos sus antecesoras) o las instituciones de nuestro país. Piense en la que quiera, en la del estado que usted decida. Días antes del #25N —etiquetas utilizadas para difundir contenido en las plataformas digitales— se pueden observar corbatas o listones dignos del #DíaNaranja.

Incluso, se genera contenido para recordar la fecha, para sumarse a las acciones en favor de las mujeres y el respeto de sus derechos humanos. Se colocan infografías en la entrada de los elevadores, se comparten postales mediante el correo institucional y hasta se organizan ponencias.

Sin embargo, son esas mismas instituciones las que toleran el acoso sexual sin mover un solo dedo, las que toleran que “feminazis” sea un término que se utilice para demeritar la lucha de las mujeres por sus derechos.

Es tras la puerta de esas instituciones donde las brechas salariales son evidentes, donde los hombres ocupan la mayoría de los puestos directivos y donde la voz o la opinión de las mujeres es ignorada, donde sus derechos son violentados.

Parece que en México solo está permitido visibilizar la violencia solo este día, solo cuando organizaciones institucionales se pronuncian al respecto. El resto del tiempo, esta pandemia no se atiende.

Con el confinamiento en el país provocado por la otra pandemia (la del COVID-19) los índices de violencia en el hogar aumentaron históricamente en los últimos meses, al igual que las denuncias por hostigamiento sexual y feminicidios.

La pintura naranja no nos alcanza para borrar el rojo de la sangre en México. Vivimos bajo una emergencia nacional que ha pasado desapercibida por mucho tiempo, que se ha querido abordar de todas las formas, excepto la correcta.

No me malinterprete, visibilizar la violencia es un gran primer paso, pero no basta con eso. Lo he dicho en muchas Escalas, necesitamos estrategias, campañas y acciones que concienticen, que prevengan, que contengan y que eliminen la violencia hacia las mujeres.

Necesitamos abrir los ojos, mirarnos en el espejo, identificar cuáles son las actitudes y pensamientos que debemos cambiar para no reproducir el ciclo. Evidenciar las actitudes machistas y misóginas dentro de los círculos familiares, laborales y afectivos.

Necesitamos comprender la gravedad del problema, entender que no se resolverá solo o con el paso del tiempo; que todas las personas estamos involucradas de alguna manera y que, por lo tanto, todas las personas podemos hacer algo al respecto.

 

#JusticiaParaSofía

 

El pasado 11 de noviembre, Sofía Alejandra recibió una llamada. Al otro lado del teléfono respondió un presunto maestro suyo, quien la citó en su escuela para revisar una tarea. Sofía, de 12 años, salió de su casa.

Esa fue la última vez que sus familiares la vieron y la versión que compartieron al momento de reportar a la menor de edad como desaparecida ese mismo día en Fresnillo, Zacatecas. La Fiscalía General de Justicia del estado activó el protocolo Alba y se generó un reporte de búsqueda.

El pasado domingo, once días después, circuló información sobre un operativo encabezado por la FGJ de Zacatecas, pues se notificó el hallazgo de un cuerpo. Las características correspondían a una persona del sexo femenino. Tan solo una de las diez mujeres que son asesinadas todos los días en México.

Esa misma tarde, se retiró el boletín de búsqueda con el nombre de Sofía Alejandra. Por medio de un comunicado, la Fiscalía confirmó que el cuerpo localizado en un predio de Fresnillo era el cuerpo de la menor.

“El gobierno del estado, a través de la Secretaría de las Mujeres, condena enérgicamente el asesinato de la niña Sofía, y cualquier forma de violencia de género cometida en contra de las mujeres y niñas”, se puede leer en el primer párrafo del texto publicado en el Twitter de la institución.

Para la noche de ese mismo día, cientos de habitantes del municipio se manifestaron en el Ayuntamiento local para exigir justicia. La protesta consistió en gritar consignas, realizar algunas puntas, prender fuego a las oficinas del recinto, colocar flores, veladoras y fotografías del rostro de Sofía.

La manifestación fue contenida por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública de Fresnillo, mientras integrantes de Protección Civil y Bomberos apagaba las llamas del inmueble, únicamente. Las provocadas por la rabia nadie las ha podido sofocar

El alcalde de Fresnillo, Saúl Monreal Ávila (ojo con esos apellidos) no ha expresado ningún comentario respecto al feminicidio o las manifestaciones derivadas de la negligencia en su municipio.

Colectivas feministas han difundido una nueva convocatoria para pedir justicia para Sofía y todas las mujeres asesinadas. La cita es este viernes, 27 de noviembre, a las 2 de la tarde, en la explanada de la presidencia de Fresnillo. El único requisito es que cada persona llegue con una veladora. Aunque toda la luz no sea suficiente para representar a las mujeres a las que les arrebataron la vida.

El caso de Sofía Alejandra es una muestra más del problema de salud pública al que nos enfrentamos cuando abordamos el tema de feminicidios en el país y a las pocas acciones tangibles que se han hecho para solucionarlo.

Lamentablemente, el feminicidio de Sofía no fue el último y, claro está, no es el único. Las cifras que conocemos son las aproximadas, el promedio doloroso de un país al que no le importa la violencia en contra de las mujeres que habitan en él.

Esta es la realidad a la que algunas personas se han acostumbrado a vivir, un problema normalizado que sigue elevándose, que sigue ignorándose por las autoridades y que sigue sin abordarse correctamente. Esas, las formas de las instituciones públicas y privadas que pretenden solucionar la violencia de género solo condenando enérgicamente, esas sí no son formas.

 

#JusticiaParaTodas:

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