El Tercer Ojo - Un análisis sobre ¨El Obradorismo¨, la ¨Revolución Imaginaria´ y el futuro de la ¨Izquierda¨ en México.
En opinión de J. Enrique Alvarez Alcántara
Apreciados lectores que siguen El tercer ojo, hace prácticamente un mes, en nuestro Canal de YouTube La Comuna de la Palabra, tuvimos un monólogo dedicado a compartir una reflexión sobre las dicotomías “Izquierda/Derecha y Conservadores/Liberales” (https://youtu.be/LwCdYP64l08?si=HjuEiD-_e7Gl_oWv), a propósito de la publicación del libro Izquierda 1923-2023, la terca travesía (2023, México, Grijalbo) de Álvaro Delgado y Alejandro Páez; esta ocasión me propongo sugerir a ustedes la lectura del libro La Revolución Imaginaria, El Obradorismo y el Futuro de la Izquierda en México (2023, México, Océano) de Carlos Illades. Hago esta recomendación dado que, según mi punto de vista, es el análisis crítico más serio y fundado que he leído, hasta ahora, de las tres tópicas que dan pie a esta colaboración, por supuesto, mismas que ocupan el contenido del libro en cuestión.
Debo comenzar con una pregunta dual que precise el objeto de nuestra reflexión: ¿Existe “El Obradorismo”? De ser afirmativa la respuesta ¿Cuáles son los rasgos y características que lo definen?
El propio Illades, al exponer algunas reflexiones al respecto, resalta lo siguiente: “Cuando hablamos del obradorismo referimos a un movimiento que no configura todavía ni una ideología ni un régimen político. (...) su carácter de movimiento es una razón entre varias que traban la interlocución del obradorismo con otros movimientos sociales (...).” Más adelante subrayará las siguientes cualidades: Carece de una perspectiva de emancipación social; la posibilidad real de que las masas populares se autogobiernen está descartada; la única participación ciudadana en las decisiones públicas es a través de las consultas ciudadanas, todas convocadas desde el ejecutivo, más para legitimar la voluntad presidencial que para deliberar los derroteros de la nación; el liderazgo obradorista es unipersonal y carismático; el propio Andrés Manuel López Obrador ha definido su ideario como “Humanismo mexicano”, sin embargo no precisa en qué consiste éste ni qué lo distingue de los otros humanismos. En fin; la ambigüedad.
Asimismo, Carlos Illades deslinda la noción de “Obradorismo” del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), así como también de la Coalición “Juntos haremos historia como de la “Cuarta Transformación (4T).
En principio señala: “La Coalición Juntos Haremos Historia” reunió alrededor de MORENA a un grupo de partidos electoralmente insignificantes, oportunistas y retardatarios, congregados únicamente por la urgencia de conservar el registro: el PES, PVEM, y el PT. (...) En cambio MORENA (como su nombre lo resalta es un movimiento, que no partido) conformado por un núcleo que acompaña a López Obrador desde hace 20 años y remanentes comunistas y de la izquierda nacionalista no priísta (...).
López Obrador es el ideólogo de la 4T y si su ideología es el “Humanismo mexicano”, carente aún de precisión ideológica y política, vemos entonces que su forma de gobernar, según él mismo refiere, se sustenta en los ejes, muy lejanos de la izquierda a lo largo de la historia, “nacionalismo revolucionario”, el cristianismo, el poder y pureza de las fuerzas armadas y la familia.
La dicotomía poder de la oligarquía y poder de un gobierno que privilegia a los sectores populares, más allá de la imagen discursiva, ha dejado intocado el poder económico y fáctico de los grandes oligarcas, ya no digamos el de los grandes cárteles de la droga y, en parte, responsables de la violencia estructural que desde hace varios lustros nos lacera y daña.
A pesar a todo lo que se ha señalado, AMLO, pésele a quien le pese, goza de cabal reconocimiento y legitimidad tal que alcanza a bañar a MORENA y a la 4T; tal vez por ello tengan un espacio de tiempo mayor en el gobierno.
Por otro lado, con una oposición respondiente, limitada y sin respaldo popular, con una izquierda no partidista y ajena a esta pista de un circo de varias pistas, parece que el marasmo inmediato no encuentra una salida que nos permita darnos cuenta de que estas dicotomías no son lo único que tenemos enfrente.