El Tercer Ojo - Breve historia de la medicina y de la relación médico-paciente (vigésima séptima parte)

Hacia los orígenes y desarrollo de la psiquiatría, neurología y neuropsicología

Una vez concluido el período vacacional de fin de año, de nueva cuenta me apresto a dar continuidad a la Breve Historial de la Medicina y de la Relación Médico-Paciente.

Debo, a modo de síntesis introductoria, recordar a ustedes, amables lectores, que en la colaboración precedente (13/12/19) traté de presentar algunas ideas sobre los antecedentes de la psiquiatríaen Europa hacia finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX. Debo también resaltar el hecho de que los problemas definidos como insania, alienación, melancolía, lipemanía, manía, histeria y locura eran moneda de curso en el discurso médico de la época. Hemos también presentado los nombres deVincenzo Chiarugi, Philippe Pinel y William Cullen.

Debemos referir ahora los nombres de personajes tales como JeanEsquirol, Jean M. Charcot,Pierre Janet, S. Korsakoff, W. Griesinger, C. Wernicke, E. Kraepelin, E. Bleuler,H. Jackson y, no podría omitir al padre del psicoanálisis,S. Freud quien, por lo demás, no era psiquiatra, sino neurólogo.

Trataré hoy uno de los episodios más dramáticos y espeluznantes en la historia de esta disciplina; me refieroa la psiquiatría nazi.

Como es sabido, una de las figuras más importantes en la consideración de la ideología nazi dentro de la psiquiatría fue Paul Schröder. Es también conocido que el Estado Nazi apuntaba, sobre todo, a crear un Volk espiritualmente unido, fuerte y racialmente puro. Para la consecución de este propósito, la psiquiatría nazi diseñó un régimen de diagnósticos, con base en el cual se juzgaba y determinaba el destino de muchos niños y adultos durante dicho período.

Describir el papel de la psiquiatría, a través de su régimen de diagnósticos, nos permite identificar y reconocer la naturaleza ideológica del Tercer Reich, el nazismo y la psiquiatría misma.

Edith Sheffer en su texto Los Niños de Asperger. México: Planeta, 2019, expresará esta idea de la siguiente manera: “El estado se obsesionó con colocar a la población en categorías, clasificando a las personas por su raza, preferencia política, religión, sexualidad, criminalidad, origen étnico y defectos biológicos. Después, estas etiquetas se convirtieron en la base de la persecución y la exterminación de los individuos (…) La eugenesia nazi se formó para redefinir y catalogar la condición humana. Por lo tanto, la categorización progresiva de los defectos promovió la persecución y los asesinatos a manos del Estado (…) La mente recibió escrutinio especial durante el Tercer Reich. Los médicos que vivieron durante la era nazi identificaron cuando menos 30 diagnósticos neurológicos y psiquiátricos que llevan sus nombres incluso en la actualidad (…) Los neuropsiquiatras desempeñaron, con el desarrollo de la esterilización forzada, experimentos con seres humanos y el asesinato de personas que se percibían como discapacitadas, un papel más importante que cualquiera de los otros grupos profesionales dedicados a la limpieza médica de la sociedad”. 

Si bien es cierto que como mostraron M. Foucault y R. Porter, la psiquiatría, desde sus orígenes, adquirió un papel de clasificador de las personas integrantes de los sectores sociales excluidos para refundirlos en las instituciones psiquiátricas; la psiquiatría nazi, por su parte, refinó sus prácticas diagnósticas y clasificatorias para exterminar a los sectores sociales “indeseables”. Al decir de Edith Sheffer: “Aunque la medicina y la psiquiatría de todo el mundo compartieron características durante esta época, el régimen de diagnóstico del Reich operó bajo la sombra de la muerte y la incluyó como una opción de tratamiento”.

El programa diseñado para este propósito fue denominado “Programa de Eutanasia Infantil” que complementó al “Programa de Eutanasia Adulta”. El Programa de Eutanasia Infantil de estableció durante la transición de las medidas de higiene racial, como la esterilización y exterminio masivo de los considerados “enfermos por herencia”. (Continuará)