Repaso

En opinión de Carlos Gallardo Sánchez

Repaso
  • ¿Qué debe entenderse en educación por mejora continua?

Como ya deben saber las maestras y los maestros de grupo, en la reforma al Artículo 3º Constitucional se especifica, entre otras cosas, que la educación “promoverá […] la mejora continua del proceso de enseñanza.”

Aún más: la propuesta educativa de este sexenio que apenas empieza, como medida estratégica la implantación de un “Sistema Nacional de Mejora Continua en la Educación, que será coordinado por un organismo descentralizado, con autonomía técnica, operativa, presupuestaria, de decisión y de gestión, con personalidad jurídica y patrimonio propios…”

Derivado de lo anterior está anunciada ya la desaparición del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), para ser sustituido por el Centro Nacional para la Mejora Continua de la Educación.

En consecuencia, cobra relevancia la propuesta implícita en la expresión “mejora continua”. ¿O no? ¿O solamente es un cambio de términos que para nada transformará la práctica educativa y mucho menos la percepción de las autoridades correspondientes para orientar sus responsabilidades con una óptica teórica y pedagógica distinta a la implantada por el gobierno de Enrique Peña Nieto y su pedante mozo de espadas, Aurelio Nuño Mayer?

Hay analistas que interpretan, precisamente, que la transformación anunciada no se garantiza con las reformas constitucionales en materia educativa. Afirman que no se dieron los cambios esperados al dictamen de origen, por cuanto a “limpiar” los conceptos característicos del discurso tecnocrático, gerencialisa y administrativo, como se advierte cuando se habla de calidad desde un enfoque empresarial. Se perdió, sostienen, la gran oportunidad para impulsar el “cambio verdadero” que reiteradamente anunciaba en campaña Andrés Manuel López Obrador.

Por otro lado, también es posible contrastar opiniones sobre las diferencias conceptuales y de enfoque filosófico, teórico y práctico que sostienen los promotores de la reforma educativa del actual presidente de México.

De lo que se trata prioritariamente, afirman, es de “cambiar la filosofía misma de la educación en cuanto a sus objetivos primordiales, para lo cual es necesario contemplar al individuo en su integridad, no basta con prepararlo para ser un buen trabajador, también se requiere prepararlo para ser un buen ciudadano, un buen padre o una buena madre, un individuo que aprenda a desarrollar al máximo sus propias potencialidades”. Sería responsabilidad de los centros escolares, al amparo de los principios insinuados en los renglones anteriores, elaborar su particular plan de mejora continua, cuyo punto de partida fundamental es definirse en todas sus potencialidades y establecer metas acordes con las circunstancias reales en las que laboran. El culto a los estándares, a los indicadores universales, a los parámetros venidos de otros ámbitos y otras realidades, no aplicará en esta propuesta. ¿O sí?

Como lo he comentado en otras ocasiones, resulta indispensable facilitar el análisis de esos conceptos, de esas propuestas, de esos enfoques, para que en las escuelas los profesores de grupo, sobre todo, sepan cómo y hacia dónde orientar su tarea docente. ¿Ya estarán en eso los responsables en los distintos niveles educativos, para socializar términos como el de “mejora continua? ¿O están dormidos en sus laureles?

 

  • Eleacín Salgado de la Paz: sensibilidad

 

Me informan que mañana viernes, a eso de las 7:30 de la mañana, Eleacín Salgado de la Paz, director general del Instituto de la Educación Básica del Estado de Morelos (IEBEM), acudirá a Yautepec para atender la situación de la maestra Judith Peña Flores, quien seguirá en funciones con la misma responsabilidad que ha desempeñado eficazmente en los últimos años. Ojalá que así sea. Evitará que un proceso administrativo sea utilizado para defenestrar a una profesora con la experiencia y el prestigio que muchos le reconocen.

Obvio, los frustrados perpetradores del golpe bajo que pretendían asestarle a Judith Peña, seguirán agazapados, al amparo de un organismo, el IEBEM, que les ha dado la oportunidad de trascender. Si se les escarmienta o no, es cosa de poca monta, siempre y cuando aprendan la lección de no querer avasallar a otros.

  • De refilón

Desde aquí felicito a la profesora Marina Ocampo Damián, por su empeño y profesionalismo. Autora de un interesante libro sobre educación emocional, hoy escala un peldaño más de superación académica, al examinarse en el Colegio de Morelos para obtener una maestría.

E mail: profechon@hotmail.com