El Tercer Ojo - A propósito del libro Neuropsicología de la Vida Cotidiana ¿Dónde están las llaves?

En opinión de J. Enrique Alvarez Alcántara

El Tercer Ojo - A propósito del libro Neuropsicología de la Vida Cotidiana ¿Dónde están las llaves?

A: Dr. Saúl Martínez Horta

Dr. Eliseo Guajardo Ramos

Dr. Jesús Ramírez-Bermúdez

 

“Puesto que también en la normalidad y no sólo en la enfermedad somos indisociables de lo que hace nuestro cerebro, existe toda una ‘neuropsicología de la vida cotidiana' que define escenarios rutinarios que todos podemos experimentar y que, a pesar de depender de múltiples factores, una parte de ellos se puede conceptualizar desde una perspectiva centrada en el funcionamiento del cerebro humano en la más absoluta normalidad”.

 

Saúl Martínez Horta ¿Dónde están las llaves?.

 

Apreciados lectores de El Tercer Ojo; esta ocasión me apresto a presentar ante ustedes una recensión del libro ¿Dónde están las llaves?, Barcelona, GeoPlaneta (2023), del prestigioso Dr. Saúl Martínez Horta. Ya antes el mismo autor publicó el libro Cerebros Rotos (2022), Madrid, Kailas que, por lo demás, hubimos presentado, con la participación del mismo Dr Martínez Horta, en nuestro Canal de YouTube La Comuna de la Palabra (Estudios de caso y presentación del libro Cerebros Rotos, 2023, https://youtu.be/vyID2l4ciK4?si=qpSvpvy4r6XudPSb) y, naturalmente, en tratándose de este muy reciente texto, esperamos poder presentarlo muy pronto en el mismo canal y, desde luego, con la participación del propio Dr. Saúl.

 

Si bien es cierto que la Neuropsicología, como rama del conocimiento científico en psicología, hubo nacido en una relación estrecha con los daños encefálicos y sus consecuencias psicológicas, en sentido amplio y, por ende, de la relación con las personas (pacientes) y sus familiares a la hora de realizar el diagnóstico y diseñar o confeccionar las estrategias y tácticas rehabilitatorias, también es indiscutible que esta disciplina ha evolucionado y ha dado  una serie de saltos hacia, por ejemplo, la educación escolarizada y la infancia, hacia los tribunales de impartición de justicia y, ahora lo percibo nítidamente con la lectura del libro antes referido del Dr. Saúl, a las circunstancias más pregnantes de la vida cotidiana. Es decir, hoy podemos hablar de neuropsicología infantil/juvenil, forense o, en este caso, de la vida cotidiana.

 

Ciertamente, como se muestra explícitamente en el epígrafe, más allá de la enfermedad, las patologías y las secuelas de diversos traumas de índole variado, en la vida cotidiana pueden apreciarse o percibirse fenómenos o eventos que para algunos (el ser que los vivencia o alguno de sus seres más próximos) podrían ser signos o síntomas de un estado o proceso neuropatológico, neuropsicológico o psicopatológico.

 

Ello se observa claramente en diversos sucesos que normal, frecuente y cotidianamente pueden ser reconocidos como “fallos” en los procesos de la atención, la memoria, el pensamiento, la percepción, etc.

 

El libro que presento ahora a ustedes se divide en cinco partes, un prólogo y un epílogo. Las cinco partes muestran los “fallos” cotidianos en la memoria, “fallos” en la percepción (particularmente las ilusiones y los delirios), “fallos” en las relaciones socioculturales o de “la bondad y la maldad en el ser humano”, la intuición, la “clarividencia” y otros fenómenos extraños y, finalmente, para rematar, la quinta parte la dedica los grandes y frecuentes “mitos”, “leyendas”, “curiosidades” y verdades sobre el cerebro humano; entre las interrogantes que aborda este último apartado puedo resaltar las siguientes: ¿Utilizamos únicamente el 10% del cerebro? ¿Entre los niños y adolescentes se puede reconocer un ‘cerebro diabólico’? ¿La ‘demencia senil’ existe o no? ¿Existe o no el TDAH? ¿El TDAH es un invento de las industrias farmacéuticas? ¿Existen o no los trastornos o enfermedades mentales?

 

Hace algunos años, o decenios, lo recuerdo muy bien, el ahora Dr. Eliseo Guajardo Ramos, en tratándose de la “patologizacion” de los denominados “Trastornos del aprendizaje”, considerando que durante los procesos de enseñanza/aprendizaje se observaban eventos que bajo ciertos niveles de análisis eran asumidos como patológicos; empero que, bajo una orientación psicogenética, se mostraban como elementos de un proceso normal del desarrollo y el aprendizaje, sugirió el concepto, dentro del ámbito de la entonces llamada “educación especial”, “despatologización”.

 

Tengo la impresión de que, en este caso, el Dr. Saúl recorre una senda similar.

 

Hasta la próxima.