Observador político - La traición silenciosa de regidores de Morena en Cuernavaca

En opinión de Gerardo Suárez Dorantes

Observador político - La traición silenciosa de regidores de Morena en Cuernavaca

En Cuernavaca, la crisis del agua no es nueva. Es una herida abierta, resultado de años de corrupción, negligencia y oportunismo, pero lo que se vivió en la 16ª sesión del Cabildo municipal la mañana de ayer, no solo dejó al descubierto la podredumbre del pasado: también evidenció cómo algunos de quienes se dicen representantes del pueblo hoy se convierten en sus peores enemigos.

ES AVAL AYUNTAMIENTO DEL SAPAC ANTE LA CFE.- Nueve de once integrantes del Cabildo votaron a favor de autorizar al Ayuntamiento servir como aval del SAPAC (Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Cuernavaca) para enfrentar una deuda histórica, es decir, una deuda originada, no por mala suerte, sino por la corrupción descarada de administraciones que fueron encabezadas por Cuauhtémoc Blanco Bravo y Antonio Villalobos Adán, “Lobito”, ambos exalcaldes arropados por el Partido Movimiento de Regeneración (Morena).

Paradójicamente, quienes votaron en contra fueron los regidores de ese mismo partido, incluido Gabriel Rivas Ríos, un personaje que por años fungió como vocero de la asociación “Gustavo Salgado”, esta misma organización que históricamente ha exigido descuentos en el pago del agua potable para habitantes de diversas colonias populares, y que ahora ve a uno de sus dirigentes votar en contra de una solución estructural al problema que ha dejado sin agua a cientos de familias durante años.

¿Es coherente eso? ¿O estamos ante un caso más de doble discurso, donde se abandona la causa social para defender intereses partidistas?

EXHIBEN AL REGIDOR MORENISTA.- Fue exhibido públicamente en el cabildo Gabriel Rivas Ríos porque no asistió a las reuniones clave con el director del SAPAC, Arnoldo Heredia Romero y los integrantes de la Junta de Gobierno del SAPAC, donde explicaron las implicaciones jurídicas y financieras de las denuncias interpuestas contra exfuncionarios corruptos.

Y sin esta información, intentó frenar un acuerdo que podría sanear las finanzas del organismo operador de agua. Es decir, no solo ignoró los hechos, sino que eligió el camino de la omisión y la obstaculización.

Fue el concejal Alfredo González Sánchez quien expuso la contradicción. Y es que, todos saben en la capital que mientras Gabriel Rivas Ríos reclama desde el cabildo, su esposa —Amelia Hernández— dirige ahora la misma asociación “Gustavo Salgado” que él abandonó. Un relevo conyugal que parece más bien una estrategia para mantener control político desde dos frentes: lo social y lo institucional. Exigen descuentos al SAPAC, pero cuando se necesita avalar una solución a largo plazo, votan en contra. ¿Quién gana con ese juego? Ciertamente, no el pueblo.

SE DESLINDA URIÓSTEGUI.- El presidente municipal de la capital, José Luis Urióstegui Salgado, un abogado de carrera, fue claro y contundente: No tener compromiso ni ser cómplice de ningún exalcalde y por eso razón, su administración presentó desde hace años las denuncias penales correspondientes.

Esto significa que su gobierno no está al servicio de ningún exalcalde ni grupo político, prueba de ello son las cerca de 40 denuncias presentadas ante las fiscalías estatal y anticorrupción, pero esas denuncias no bastan si desde el cabildo hay quienes, escudándose en el discurso de izquierda, se oponen a resolver lo que su propio partido dejó hecho ruinas.

La izquierda no puede limitarse a discursos encendidos en asambleas o a gestos solidarios en redes sociales, no, la verdadera izquierda se construye con coherencia, con responsabilidad hacia las mayorías, y con una ética que no se doblega ante la disciplina partidista. Gabriel Rivas Ríos tuvo la oportunidad de honrar su historia como activista y vocero social. Tal parece que está eligiendo otra cosa.

Basta con recordar cómo durante los gobiernos de Cuauhtémoc Blanco y Antonio Villalobos, se recrudecieron las marchas, manifestaciones, mítines y los bloqueos de calles, avenidas, carreteras y autopistas para presionar a las autoridades municipales resolvieran la carencia del vital líquido, algo que jamás hicieron y que hoy, con responsabilidad y apretándose el cinturón, la administración de José Luis Urióstegui Salgado, está resolviendo los problemas que provocaron gobiernos morenistas en la capital y que provocaron una severa crisis en el SAPAC que hoy apenas está tratando de resolverse en beneficio de la comunidad.

Por lo tanto, mientras diversas colonias siguen sin agua y mientras los corruptos del pasado siguen impunes, algunos regidores de Morena prefieren jugar a la política de simulación, a la defensa ciega del partido, a la traición disfrazada de principios.

LA INCONGRUENCIA DE MORENA.- Todo hace indicar que Morena se desvive por repetir el mantra de la austeridad republicana, ya que hablan de pueblo, de justicia social, de estar del lado de las mayorías, pero sus actos, una y otra vez, se ubican en el polo opuesto de ese discurso.

El ejemplo más reciente: el evento que la dirigencia estatal de Morena en Morelos iba a realizar en Las Mañanitas, uno de los restaurantes más exclusivos y costosos de Cuernavaca, y que ahora, ante la presión pública, han trasladado al Hotel Argento. ¿Y dónde está este hotel? Nada más y nada menos que en Vista Hermosa, una de las zonas más pudientes de la capital morelense.

La incongruencia no es menor. Morena tiene en su ADN una supuesta vocación popular, pero ¿por qué no llevar sus eventos a las colonias populares como Antonio Barona, La Carolina, La Lagunilla o Satélite? ¿Por qué se reúnen a puertas cerradas en hoteles inaccesibles para la militancia común, mientras afirman estar “con el pueblo”?

El argumento oficial para el cambio de sede fue un típico eufemismo: “cuestiones técnicas y logísticas”. Nada sobre el escándalo que desató su elección inicial y la inconformidad de los propios militantes morenistas. Nada sobre la desconexión con su propia base social y aún más grave: cambiaron no sólo el lugar, sino la fecha, con apenas unos días de antelación, para adelantarlo a este día jueves a las 9 de la mañana. Una hora en la que, curiosamente, la mayoría del pueblo trabajador está… trabajando.

Ahí estarán, eso sí, la presidenta nacional de Morena, María Luisa Alcalde Luján, la dirigencia estatal, diputados locales y federales, todos ellos rodeados de alfombras, desayunos bufet y aire acondicionado. Todo para tomar protesta a nuevos militantes y anunciar la conformación de comités seccionales de “Defensa de la Transformación”.

¿Qué transformación se puede defender desde hoteles de lujo, lejos del territorio al que dicen representar?

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