DISCOS LUZAM - 70 años de la Escuela de Periodismo

Fernando Díez de Urdanivia en Cultura

DISCOS LUZAM - 70 años de la Escuela de Periodismo

Era 30 de mayo de 1949, día de San Fernando. En casa se había preparado una comida fuera de lo cotidiano.

Mi padre y yo tuvimos que levantarnos de la mesa para llegar a la casa de la calle Edison donde Luis Beltrán y Mendoza, el doctor Ramón de Ertze Garamendi, Alejandro Avilés y otros personajes esperaban para dar principio los cursos de la Escuela de Periodismo que tiempo después llevaría el nombre de Carlos Septién García, a raíz de un mortal accidente de avión en la norteña sierra de Mamulique.

Sería indudable atrevimiento mío el de intentar un texto con pretensión histórica. A título de recuerdo cariñoso intento el rescate de personas, que traigan a la memoria de quienes estuvimos allí, y lo lleven a los que poco o nada sabían lo que fue aquella aventura.

María Teresa Zazueta; las hermanas Leyzaola; Domingo Álvarez, Esteban Hernández, Carlos Nakamura; Agustín Alcocer, Pedro Correa, José Alfredo Páramo están entre los pocos que logro recordar.

Resultaría injusto pretender una lista de ex alumnos que estaría irremisiblemente sujeta a las omisiones y los olvidos.

Aquel treinta de mayo el salón estaba tan lleno, que estuve a punto de pensar “mejor me dedico a otra cosa”. El empeño de don Fernando Díez de Urdanivia en crear y sostener una institución docente me parece hoy mucho más un afán de inocular inquietudes y señalar caminos, que de perfeccionar profesionistas. Antes había mostrado su entusiasmo con la celebración de cursos y conferencias sobre la materia.

A instancias del profe Avilés di clases un tiempo, suficiente para convencerme que el periodismo no se enseña, ni se aprende, y quienes lo practican están obedeciendo a una vocación que tampoco se enseña, ni se aprende.

La experiencia personal me dice que un buen escritor puede no ser capaz de redactar un reportaje o una crónica, y para un editorialista será imposible una reseña de futbol, por muchas patadas que haya dado.

Por sus aulas han pasado muchos con un destino señalado y no menos de los que ansiaban cumplir con una vocación que los empujaba por la espalda y no les permitía volverse. Hoy, no puedo pasar ese día por alto y dedicar estas emocionadas palabras a la institución que ha hecho y sigue haciendo periodistas.

Arriba mencioné al profe Avilés. No puedo dejar de reconocer una vez más, que sin su terco entusiasmo, la escuela que nació en 1949, nunca hubiera llegado a las primeras siete décadas.

Con cariño de ex alumno y añoranza de ex maestro, aquí estoy uniendo mi voz a esta celebración. Lanzo mis vivas a la escuela, a quienes pasamos por sus aulas, y a quienes hoy encabezan la escuela con la confianza de que en esta conmemoración encuentren renovados bríos y retomen la mística que a 70 años, conservo viva en el corazón.

Fernando Díez de Urdanivia Serrano. Primera Generación

 

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