La tarde más oscura
Alejandro Cruz Solano en Cultura
El jueves 17 de abril de 2019 el cartel de Sinaloa bajaba de varios vehículos una cantidad impresionante de gatilleros, el motivo, era la aprehensión del hijo del chapo Ovidio Guzmán por parte de las fuerzas de seguridad mexicanas, mejor conocido como el “ratón”. La narrativa en las redes no se hizo esperar, después de que éste fuera liberado por órdenes del presidente de la república Andrés Manuel López Obrador. No deseo contribuir a la comentocracia tan saturada, lo que quiero señalar solo es que ya es visible la polarización social; la división de opiniones alimenta ya una fuerte carga emocional con razón o sin ella. Los mexicanos estamos tan acostumbrados a opinar que en eso nos la pasamos desde gobiernos anteriores, sin embargo, nuestras opiniones no representan más que una visión parcial de la realidad, vista con la lente no de la crítica, sino de nuestros estados emocionales, producto de la influencia de los medios masivos, las redes, la opiniones en canales de youtube, entre otros. He revisado minuciosamente los comentarios en el Universal, proceso, milenio, Sin embargo, financiero, canales de youtube, SPD, etc. y muchos de esos comentarios reflejan una cantidad de estados de enojo, molestia, frustración, hartazgo hacia el gobierno. ¿Cómo nos damos cuenta de esto? Por las expresiones lingüísticas, a menudo hay de manera explayada un sinfín de comentarios y agresiones entre unos y otros. Me parece que esa polarización que ha llegado al encono y agresiones verbales refleja sin lugar a dudas un manejo experimental de las emociones de quienes las propagan, porque también he de decir que hay intencionalmente un trabajo atrás de quienes pueden difundir toda esa cantidad de mensajes, tanto de un lado como del otro. No sabemos a ciencia cierta si la decisión de liberar a Ovidio Guzmán fue o no la correcta, solo conocemos la información oficial, lo cierto es que esa fue, la tarde más oscura para el gobierno, capitalizada por sus enemigos políticos, aterrizada en las masas acríticas y difundidas con mucha vehemencia. Lo que vemos es no solo una tarde oscura para el gobierno, también vivimos los mexicanos nuestra tarde oscura, aquella que está despertando nuestras más oscuras emociones producto de los estímulos mediáticos. En las neurociencias se dice que, las emociones se detonan a partir de los estímulos del medio, sin embargo, notemos que, los estímulos que producen una reacción emocional como en el caso de Culiacán no proceden directamente de la experiencia vivida, sino de la experiencia mediada. Por ejemplo, las personas que estuvieron viviendo las balaceras en Culiacán vivieron directamente la experiencia, posiblemente ellos puedan expresar el miedo, la incertidumbre, el pavor de ver en riesgo sus vidas; sin embargo, yo que escribo esto, o los que opinan sobre esto, incluyendo las voces más críticas y objetivas solo lo hacemos a partir de una serie de sucesivas informaciones de los medios, de las opiniones, de los juicios de valor entre otros, en ese sentido no es una experiencia directa sino mediada por ya la acumulación de noticias que hemos recibido. A veces procedemos como jueces a criticar y evaluar de un tema que o tenemos la experiencia, juzgamos en función de lo que pudo o no ser. El problema es que, alguien seguramente debe estarse divirtiendo de como jugar emocionalmente con la masa de mexicanos que lejos de esperar a poseer la información objetiva, nos abalanzamos a opinar sin ton ni son. Lo cierto es que, decisiones de ese nivel podemos criticarlas, pero no va a cambiar el escenario. Luego entonces, si el gobierno vivió su tarde más oscura, no permitamos que formemos parte de esa masa acrítica que hace también que vivamos nuestra más oscura revelación de nuestras emociones.