Cuando sea demasiado tarde… - Mudanzas…

En opinión de Gabriel Dorantes Argandar

Cuando sea demasiado tarde… - Mudanzas…

Buen día, apreciado lector. Nuevamente ha llegado el fin de semana y le felicito por seguir manteniendo su bienestar en suficiencia como para leer ésta, su columna favorita. Ya tiene un par de semanas que se terminaron las elecciones (avalado sea el criador) y ya pasó la cosa a otro plano. Anunciaron el gabinete de la Cheimbaum para el siguiente sexenio, aplaudo que traiga gente con formación: subrayo al Marcelo Ebrard y a Juan Ramón de la Fuente. No porque sean individuos puros y castos porque no se puede pasar por estas circunstancias sin conocer el Lado Oscuro, uno ha ocupado muchos puestos importantes de administración pública y el otro fue Rector de la máxima casa de estudios de este país. Ahora que lo estoy repensando, tener a Ernestina Godoy como consejera jurídica de la presidencia IGUAL y no es tan mala idea. Osea, mi abuela siempre decía que para portarse bien hay que saber portarse mal… maybe? El tiempo nos lo dirá todo, pero yo no tengo altas expectativas. Los medios han señalado lo mucho que subraya el López al respecto de lo que se hará el siguiente sexenio, y me gusta que la Claudia sólo guarda silencio. Quiero pensar que cuando llegue el cambio de poderes, la doña le haga saber al cacas que ya se fue, y que la que manda de ahora en adelante es ella. Eso le ganaría varios puntos en el opinómetro de su servidor.

            En el tema de la semana, les cuento que perdí la guerra con la vecina de enfrente. No fue tanto que perdiera como tal, había otros planes que tenía por ahí que no me salieron como yo esperaba, y la manera en la que jugué mis cartas no fue la más afortunada. El casero amablemente me solicitó que tomara mis ingaderas y me fuera a donde mejor me conviniera, y ahora estoy escudriñando el mercado de los bienes raíces, a ver a dónde voy a ir a parar. La cosa está mucho más complicada de lo que yo creía. Pensé: “¿y si compro una casa?” y revisé mis puntos en Infonavit. Mala idea. Uno se tiene que endrogar por 30 años para pagar un crédito de 5 millones de pesos con mensualidades de 17 mil pesos para tener una casa con dos lugares de estacionamiento. ¿Quién dijera? Ahora los lugares de estacionamiento son de esos privilegios que se perdieron cuando ganó el López.

            Los alquileres están por los cielos. Mis dos problemas son los lugares de estacionamiento y mi perro. Me gusta mucho el silencio y que no haya vecinos que tengan mujeres ebrias gritando en el jardín hasta las cinco de la mañana, y preferentemente que no me embadurnen el coche de excremento de perro a placer, o que no me pongan clavos en las llantas, o que no se metan con mi sistema de cámaras de circuito cerrado para poder hacer todo lo antes mencionado. Ya ve usted soy un hombre de gustos exigentes, ¿cómo fue que no pude soportar tales circunstancias?

            Ahora viene el tango del alquiler de vivienda. ¿Qué es lo primero que le solicitan a uno cuando quiere alquilar? El aval. Alguien que sea poseedor de una propiedad tiene que entregar una copia de las escrituras en garantía de que el inquilino cumplirá con los pagos de la renta y no hará por apropiarse de la casa. Lo entiendo, el negocio del alquiler de inmuebles es horrible tanto para los arrendatarios como para los arrendadores. Su servidor y su familia somos gente sencilla, no hay propiedades para tal circunstancia y, de todas maneras, de haberlas, no cometería el exceso de solicitar tal requisito a alguien que ha trabajado por hacerse de una propiedad. Es injusto, es indignante. Para poder vivir en una casa de alquiler alguien que tenga casa propia tiene que arriesgar su propiedad para que uno pueda vivir en una casa de alquiler, y cada vez somos menos las personas con casa propia.

            El negocio de lo inmobiliario está a dos del colapso. He encontrado propiedades en venta por encima de los 15 millones de pesos. Propiedades en renta por encima de los 20 mil pesos mensuales. Supongo que sí es mi problema por querer vivir y vivir en paz, sin tener que soportar arpías que ponchan las llantas de mi automóvil porque carecen de atención masculina. La verdad es que desconozco qué es lo que haré, pero tengo poquito más de un mes para hacerlo. Este mundo está al borde del colapso, y lo dijo Michael Ruppert desde 2009, aunque él mismo acepta que se le ignoraba en gran medida unos años antes de que falleciera.

La vida social como la conocemos no ha muerto, y no vamos a llegar a 2040.