Secreto a voces - Reforma judicial, cárceles y escuelas (38)
En opinión de Rafael Alfaro Izarraraz
El derecho, sus normas y los encargados de aplicarlas, tienen una larga historia que se remonta al imperial Código Romano y napoleónico, de la historia y la cultura occidentales, cuyo espíritu y prácticas se trasladaron a México a partir de la conquista. Con el tiempo, esos códigos imperiales, fueron la base cultural que dio origen a la división de poderes como ahora lo conocemos y a la existencia de cuerpos de especialistas (los abogados) quienes se colocaron históricamente como los portadores, especialistas, de su aplicación. Pero eso no fue todo, también el espíritu que reinó en esos códigos derivó en los sistemas de castigo corporal y el disciplinamiento, como son las cárceles y las escuelas.
Parece que nuestra historia es muy distinta a occidente y lo es, hasta cierto punto, pero de igual manera, la influencia de la cultura occidental en nuestra nación ha sido imborrable. La existencia de códigos que regulan la aplicación de la justicia, la aparición de poderes como parte de la estructura de poderes instaurada en México, así como de los sistemas educativos y de disciplinamiento corporal como son las cárceles, son parte de esa historia. Y a pesar de que ahorita la discusión en México sobre la reforma al Poder Judicial implica a la estructura de ese poder, lo cierto que existen dos derivados que son los que se intenta también atacar con la reforma, aunque nos e diga: la cárcel y mejorar la educación en la parte jurídica.
Códigos, surgimiento de poderes, instancias de aplicación de la “injusticia” y cárceles, así como escuelas, son parte de una historia que se introdujo a México con la conquista, durante la colonia y que la creación de México como Estado independiente mantuvo casi intacta, a pesar de los intereses sociales y de justicia que le impregnaron los gestores de la Independencia mexicana, Hidalgo y Morelos. La razón fue que, aunque se logró la Independencia como nación, la cultura occidental de cómo se aplica la justicia quedó intacto, porque al final de cuentas españoles y criollos, lograron capitalizar la independencia. Hidalgo, Morelos y el mismo Vicente Guerrero, que sobrevivió un tiepo en las montañas, fueron fusilados, y la conducción de la independencia quedó en manos de criollos y sus intereses.
La división de poderes de la Constitución de 1924, de corte liberal, estableció las bases de la división de poderes en México, creando el Poder Judicial, que ahora conocemos y precursor de la aplicación de las actuales injusticias, salvo honrosas excepciones. Aunque impregnada del sentido social que le quisieron dar liberales como Vicente Guerrero, preocupado por la educación, el empleo y el progreso, la aplicación de la justicia en los hechos, en la vida real, quedó en manos de quienes se v