Serpientes y escaleras - Cuando la amabilidad se confunde con debilidad
En opinión de Eolo Pacheco

En política como en la vida, la firmeza no se mide en discursos, sino en actos
Cuando la amabilidad se confunde con debilidad
Margarita González Saravia es tan simple que no todos la entienden, es una mujer directa, sencilla, que ofrece amistad, espera lo mismo y siempre busca lo mejor de las personas. Su discurso de combate a la corrupción y fin a la impunidad no es distinto al de todos los políticos, recurre a los mismos argumentos y en algunos casos lo plantea de la misma forma. La diferencia es que ella sí lo dice en serio.
Pero la simpleza de la dama ha sido mal entendida por muchas personas, incluyendo varios personajes de su administración. Más que una jefa, la gobernadora actúa como mamá de sus colaboradores: los defiende, los justifica y constantemente mete el cuerpo por ellos, algo que pocas veces se ve en política y casi nadie en el gabinete dimensiona.
Desafortunadamente esa generosidad no es suficiente para que las cosas funcionen y no alcanza para que su administración alcance los objetivos que se ha trazado. Dentro y fuera del gobierno hay personas que abusan de la amistad de la gobernadora, utilizan su nombre para hacer negocios y actúan al margen de la ley.
La salida de Mirna Zavala Zúñiga es un caso que representa eso en toda su dimensión: la secretaria de Hacienda recibió la confianza de la gobernadora en una de las áreas más sensibles del gobierno a pesar de no pertenecer a su grupo político, de no haberla apoyado cuando buscaba la precandidatura, ni tener la capacidad técnica para ocupar un área tan complicada como hacienda.
En diez meses nadie me supo decir porqué Zavala Zúñiga fue nombrada secretaria, ni tampoco porqué en todo ese tiempo recibió tanto cobijo de la gobernadora. “Nadie sabe cómo llegó; es gente de Cuauhtémoc Blanco, apenas se le vio en la campaña, está peleada con todos los secretarios, maneja muy mal la oficina y se la pasa poniéndole piedras a todas las secretarías”.
Aunque Margarita González Saravia fue respetuosa al confirmar la salida y en todo momento cuidó a su colaboradora, la expulsión de Mirna Zavala fue contundente y aplaudida en todos lados; nadie dentro o fuera del gabinete expresó apoyo a la funcionaria y por el contrario, lo menos que se dijo es que se habían tardado en echarla.
“Con la fusión de secretarías le ofrecí la subsecretaría… llevaba mucho tiempo en la administración pública y quería dedicar más tiempo a la academia… agradezco todo lo que hizo en estos seis meses”, dijo la gobernadora al dar a conocer la salida de la funcionaria más cuestionada de su equipo.
Pero la expresión de la mandataria deja claro que Zavala Zúñiga no tenía opción para quedarse: aunque teóricamente todas las secretarías son iguales, entre Administración y Hacienda la segunda tiene mucha más importancia y lo natural era que la titular de ésta encabezara la nueva dependencia, pero no fue así. Dedicarse a la “academia” tampoco es algo que tenga sentido, porque dar algunas clases no puede considerarse un trabajo académico, ni es, en su caso, una actividad de tiempo completo: formar parte de la academia significa comprometerse con la investigación y producción de conocimiento en un entorno educativo y Mirna no es investigadora ni produce conocimiento, sólo da algunas clases que ni siquiera son de especialidad.
Pero lo importante en la decisión tomada por la gobernadora Margarita González Saravia no radica en la expulsión de una funcionaria que le estaba haciendo mucho daño a su equipo, sino en el mensaje que está mandando a todos los integrantes de su gobierno, empezando por aquellos que están repitiendo vicios del pasado y se han convertido en referencia de corrupción y tráfico de influencias.
El cese de la secretaria de Hacienda no es el primero, ni debería el único que haga la mandataria por el bien de su administración y del estado. Frente a la crítica creciente por falta de resultados, la presión que genera los altos niveles de inseguridad y el anuncio del cierre de Nissan, un movimiento así confirma que Margarita González Saravia está atenta a lo que ocurre en su equipo, escucha a la gente y actúa en consecuencia.
La decisión de la gobernadora de prescindir de Mirna Zavala es atinada y fue anunciada con delicadeza, como a ella le gusta actuar; pero aunque el hecho sea matizado y hasta se agradezca las aportaciones de la secretaria (¿cuáles?), en los hechos queda claro que se trató de un cese fulminante derivado de tres aspectos concretos: 1- Su falta de capacidad profesional, 2- El enfrentamiento con todo el gabinete, y 3- El golpeteo de la prensa y la opinión pública.
La salida de la secretaria de Hacienda no sorprendió a nadie: el rumor se escuchaba desde hace varias semanas y se acentuó al final de la pasada, cuando trabajadores de la secretaría filtraron que había comenzado el proceso de entrega recepción.
La funcionaria vivía desde hace semanas en un torbellino provocado por ella misma, por sus actitudes, por su desprecio al resto de los secretarios, por el problema que le generó al gobierno estatal con los medios de comunicación y la actitud altanera que nunca abandonó.
Todo esto ocurría en un entorno donde se le acusaba de malos manejos, actos de corrupción, prepotencia, enriquecimiento inexplicable y un abierto enfrentamiento con la opinión pública, derivado de la difusión de la propiedad millonaria que recientemente adquirió y que no se justifica con su sueldo.
En política las decisiones no se miden solo por su acierto, se hacen también por su oportunidad; quitar a un funcionario cuestionado, peleado al interior y desgastado en lo público ayudará a Margarita González Saravia a recuperar confianza, confirma que su oferta de cambio es real y que sabe escuchar lo que le dice la opinión pública. Remover a la dama no es un simple cambio de nombre, apuesta por un cambio de prácticas en favor del gobierno y del estado. Jorge Salazar será sin duda un mejor secretario de Hacienda de lo que fue Mirna Zavala.
Para la gobernadora esta decisión reviste una importancia estratégica, tiene que confirmar que no se trata de un movimiento aislado, sino que forma parte de una sacudida a su gabinete, una acción que advierte a todos los demás que la amistad y la generosidad no son una patente de corso para actuar con arrogancia y pasarse la ley por el arco del triunfo. Si la gobernadora es honesta y decente, todos deben serlo.
Hoy el humor social en Morelos es frágil: la incertidumbre económica se mezcla con los altos niveles de inseguridad y a ello se suma la desconfianza en las instituciones producto de la falta de resultados.
Sacar a Mirna Zavala del equipo de gobierno es una decisión plausible, pero para que se acepte como un golpe de timón tiene que ir acompañada por una investigación sobre el manejo que hubo en la secretaría y la presunción de un enriquecimiento que no corresponde a sus ingresos; de otra manera parecería una salida cómoda para alguien que llegó, se equivocó, lastimó al estado y se irá con una jugosa jubilación como premio de consolación.
Hoy la gobernadora Margarita González Saravia ha dado un golpe de timón, ha mostrado liderazgo y tomó una decisión que sin duda fue difícil, pero responde a las circunstancias que enfrenta su gobierno.
La decisión de la gobernadora es un mensaje para todos: el combate a la corrupción va en serio.
· posdata
Margarita González Saravia envió una carta al corporativo de Nissan para solicitar que se exploren opciones que permitan que la armadora continúe operando en Morelos. Lo que para algunos pareciera una acción romántica, intrascendente o simplemente absurda, tiene un enorme fondo: la gobernadora está explorando todas las opciones posibles para evitar el cierre de la planta. Y eso siempre será plausible.
Como jefa del ejecutivo tiene la obligación de buscar todas las vías posibles para defender las fuentes de empleo y ello incluye gestos como la carta, que aunque podría no cambiar una decisión transnacional, mandan una señal política de que el gobierno no está cruzado de brazos.
El mal humor social que provoca la salida de la empresa más grande del estado y las consecuencias económicas, laborales y sociales es comprensible; hay opiniones que están montándose en la crisis para tratar de lucrar con la desgracia de los trabajadores que se quedarán sin empleo y buscan utilizar este hecho como herramienta para catapultar sus ambiciones electorales futuras; precisamente por ello es importante que el gobierno estatal no deje de operar, ni permita que los vacíos informativos construyan una narrativa adversa.
El cierre de Nissan no se mide solo por el desempleo que provocará, también golpea el ánimo colectivo, erosiona la confianza en el gobierno y deja cicatrices económicas que tardarán muchos años en sanar.
Por eso todos los esfuerzos de la gobernadora Margarita González Saravia son bienvenidos, no importa que algunos los critiquen porque consideran que no cambiarán la decisión tomada por el corporativo japonés.
La jefa del ejecutivo está mandando un mensaje claro a los trabajadores y a la sociedad, les está confirmando que cada fuente de empleo importa y que explorará cualquier opción para tratar de revertir lo que hoy es inminente y generar las condiciones para una nueva economía con la llegada de nuevas inversiones.
En tiempos de incertidumbre y mal humor social, no hacer nada es el peor mensaje que un gobernante puede mandar a su pueblo.
Margarita González Saravia, ella personalmente, sí está trabajando.
· nota
En medio de la crisis mediática, la gobernadora Margarita González Saravia recibió el reconocimiento público del secretario de Economía federal Marcelo Ebrard y su compromiso de que el gobierno de la república ayudará a fortalecer la economía de Morelos.
El cierre de la armadora japonesa no tiene que ver con condiciones locales, ni pudo ser evitado por ninguna autoridad mexicana, forma parte de la restructura global de Nissan frente a la feroz competencia de las empresas chinas y su urgente necesidad de mantener a flote su marca.
Para dimensionar de lo que hablamos: Nissan cerrará 7 de sus 17 plantas en todo el mundo, incluyendo una dentro de Japón y por supuesto la de Jiutepec, que fue la primera que se construyó fuera de su territorio. Los obreros de Nissan Civac, por cierto, son los mejor pagados de toda la industria automotriz en México y eso fue una de las razones que al final influyeron en el cierre.
Frente a este hecho que, sin duda cimbra al estado, la gobernadora ha puesto manos a la obra, hace un último esfuerzo para que la compañía no deje Morelos, pero a la vez explora otras opciones y dialoga con empresarios nacionales, también del ramo automotriz, que ya expresaron su interés de ocupar las 40 hectáreas que dejará libre la marca japonesa.
Una vez más la gobernadora le está poniendo el ejemplo a su equipo de cómo se deben afrontar los retos. A ver si entienden.
· post it
La dirigente nacional de Morena sostendrá un encuentro con militantes de Morelos para hablar de varias cosas, entre ellas de austeridad.
La reunión será en el lujoso restaurant Las Mañanitas.
El chiste se cuenta solo.
· redes sociales
Parece chiste, pero no lo es: a quien encomendaron trasladar el monumento de Emiliano Zapata del Paso Exprés a la explanada del centro se le olvidó medir el tamaño de la estatua y se atoraron en los puentes. Se nota que contratan a profesionales para cada cosa.
¿No será el mismo proveedor del Elote de Navidad?
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