Cuando sea demasiado tarde... - Cuernavaca y el Agua.

En opinión de Gabriel Dorantes Argandar

Cuando sea demasiado tarde... - Cuernavaca y el Agua.

Pongo Agua como nombre propio porque definitivamente va a ser un personaje en este cuento. Mi familia llegó a Cuernavaca por ahí de 1988. Yo no nací en esta tierra, pero parafraseando a Chavela Vargas, a los guayabos nos da por nacer donde se nos da la gana. Más de las tres cuartas partes de mi vida las he pasado en esta ciudad, así que yo me declaro cuernavacense.  Aquí hice la primaria, la secundaria y la prepa, aquí me hice investigador, y los ocho años que he estado en el Sistema Nacional de Investigadores han sido en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos. Esta es mi tierra, y me siento plenamente orgulloso de manifestarlo. También me siento con suficiente experiencia para hablar de este personaje principal en la vida del cuernavacense: el Agua.

            Dado, el agua es una constante en la vida de cualquier ser humano. Se supone que el ser humano puede vivir hasta 3 o 4 días sin ingerir agua, pero lo vamos a dejar como un dato inerte porque no tengo deseos de poner a prueba tal afirmación en mi persona. Sin embargo, para el cuernavacense, el Agua es más una constante que para otros seres humanos que no son cuernavacenses (puedo imaginarlo, apreciado lector, iniciando a sonreír con cierto dejo agridulce). La primera noticia que recibe el cuernavacense del Agua, viene de la infraestructura vial de la ciudad. ¿La infraestructura vial? Se preguntará algún lector que no conozca mi ciudad. Efectivamente, la infraestructura vial. No es ocioso que en algún momento de la historia moderna de la ciudad se le haya otorgado el apodo de “Cuernabaches, Moreloyos”. Durante los 30 años que tengo pisando la carpeta asfáltica de la ciudad, no ha habido UNO en el que no se levanten porciones importantes del pavimento durante la PRIMERA semana de lluvias. Entiendo que el negocio de la reencarpetada es jugoso, por lo que se pone pavimento de mala calidad para tener que reemplazarlo todos los años. Sin embargo, yo me pregunto: ¿no sienten como que ya chole? ¿Qué les cuesta usar material que en lugar de durar un año, dure tres? Entiendo que diluye el ingreso en corrupción en una tercera parte, pero insisto: ¿no lo encuentran ya hasta aburrido?

            Siguiendo sobre el tema de la infraestructura vial, tenemos dos rubros más que visita el Agua todos los años. El más divertido de ellos es el tema de las subidas y (nuevamente) el pavimento. Tengo detectados dos lugares: el primero de ellos está en la subida donde Alta Tensión se intersecta con Plan de Ayala para convertirse en Teopanzolco (los nombres y sentidos de las calles de Cuernavaca también son parte del folclor guayabo, pero eso es harina de otro costal). De los tres carriles, sólo el que se encuentra hasta la izquierda cuenta con pavimento hidráulico; los otros dos carriles son de pavimento regular, lo que ocasiona que, en caso de tener que esperar en los últimos 50 metros de la subida durante un semáforo en rojo, va a estar usted en problemas serios porque las llantas del vehículo, sí o sí, se van a patinar y usted encontrará que el auto que conduce se desplazará hacia los lados, en lugar de hacia el frente. La avenida Domingo Diez también tiene varios lugares donde uno puede experimentar este fenómeno, por si encuentran una tarde sin qué hacer mientras llueve.

El último tema al respecto de la infraestructura vial tiene que ver con la basura, y dado que es un tema que ya se ha discutido ad nauseam, seré breve. El cuernavacense no es la persona más limpia del mundo, por lo que es común que el sistema de drenaje se tape y se inunden secciones completas de algunas avenidas como Plan de Ayala o Río Mayo. Tengo entendido que el nivel del agua en la glorieta de la Luna (que no se llama así) puede llegar a sobrepasar el metro de profundidad. Es complicada, esa Agua.

            Hay mucho más que decir al respecto del Agua en Cuernavaca, pero voy a dejar el final de este texto para la mención más horrorífica de la lista: el sistema de distribución de agua potable. Apreciado lector, le juro que no lo puedo comprender. Les ruego que me indiquen si me equivoco, pero tengo entendido que todo el agua que se consume en Cuernavaca y posteriores municipios, viene en su mayoría del Chichinautzin. Dado que la ciudad está construida sobre una gran pendiente que tiene una diferencia de altura de casi un kilómetro desde su punto más alto hasta el punto más bajo del valle, uno pensaría que la gravedad juega un papel importante en la distribución del vital líquido en general, pero mucho más en nuestra ciudad. Sin embargo, el sistema de distribución de agua potable se ha convertido en un medio de presión política tan fuerte, que el Agua misma ha pasado a segundo plano en la administración de la distribución del agua potable. Tengo entendido que varios gobernadores han usado a este personaje como medio de presión hacia el alcalde de la capital. Yo mismo he visto cuadrillas de trabajadores que abren y cierran las llaves de paso en las colonias donde se desea ejercer presión. Al Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Cuernavaca, lo que menos le interesa, es el Agua.

            No me preocupa que el actual gobernador se entere de que el sistema de distribución de agua puede ser usada como arma política, si no sabe que 7 y 4 suman más que 10, no creo que haya llegado hasta estas últimas líneas. Además, si sus asesores no se lo han dicho a estas alturas del partido (no pun intended), es porque no son muy buenos en la tarea de asesorar. Lo que sí me preocupa es que cada vez más y más elementos del contexto se convierten en armas políticas y dejan de ser de simple gestión. Tal vez algún día lleguemos al punto en el que si uno no paga el servicio de drenaje, la sanción será una reversión en el sentido del flujo. A ver cómo se ponen las manifestaciones entonces.