Congreso, el gran estorbo de Morelos
En opinión de José Ma. Román
Vienen días muy complicados para Morelos. La justicia y las elecciones están a las puertas de la esquina, para decirlo coloquialmente. Los que no están a la altura son los legisladores que por su nivel y por su falta de capacidad pueden tomar decisiones que en lugar de recomponer el mundo en que vive la sociedad, al contrario, entren en una vorágine que nos puede llevar a serios conflictos internos. Cuando los diputados no sirven, se convierten en un estorbo social.
Son días en los que las decisiones que se tomen en el congreso, trascenderán al ámbito de todos los ciudadanos y los legisladores que son quienes deberán decidir el futuro y el rumbo de las funciones del gobierno y del camino que deberá de tomar laG sociedad tienen esa responsabilidad. Dos puntos son esenciales en los próximos días: La elección de magistrados para el Tribunal Superior de Justicia y el proceso electoral.
Sin justicia el esquema de la democracia se deshace y si politizan las elección de magistrados como tradicionalmente lo han hecho las legislaturas pasadas nos enfrentaremos a los naturales intereses de grupos y de organismos partidistas que como está de polarizada la sociedad, pueden terminar mal. Es decir, puede surgir la violencia. Elegir de forma imparcial a los perfiles de mejor capacidad e imparcialidad atendiendo a las funciones que deberán de desarrollar los futuros magistrados, es elemental, diría, es vital. Debe de eliminarse los cotos de poder, deben de entrar en el nombramiento de los juzgadores e interpretadores de la ley en un proceso donde los mejores hombres o mujeres y no los más convenientes sean los que tomen el cargo. En el pasado miramos en que terminó la justicia Morelense cuando la anterior Presidenta, la señora Cuevas tomó partido en dos ángulos, el religioso y el político. Graco los corrompió pero ese no es el único dilema, se dejaron corromper, lo que en esencia nos dice la ausencia de valores de los magistrados salientes que prefirieron sus intereses personales, que los sociales. Graco fue un maestro de la perversión y compró, en previsión de un juicio político a los jueces que le deberían favores, lo que torció sus principios. Pero todo eso fue posible por un congreso dócil y servil que igualmente fue tentado con jugosas prestaciones en dinero. Dejaron hacer a Graco todo lo que quiso y a la fecha los resultados siguen a la vista: No avanza el proceso de juzgarlo y probablemente toda acción en su contra prescribirá. Todo eso fue posible porque los diputados fueron corrompidos, directa o indirectamente y eso miramos cuando salieron a flote en qué condiciones varios se pensionaron. Si repetimos el esquema y los próximos magistrados son electos por la gama de intereses que representen, obtendremos el mismo resultado. Seguiremos siendo un fracaso y estaremos en deuda con la justicia y pregonaremos la injusticia como norma de quienes teniendo esa sagrada misión, se dejan convencer por su propio interés o por intereses de grupo.
El tiempo es corto y se requiere un verdadero dialogo con las organizaciones de profesionistas del derecho ya que si se consensa por capacidad y seriedad, todos habremos de aceptar a los nuevos funcionarios, sino, volveremos a las andadas de convulsionar la justicia y con eso se va a convulsionar la paz y la tranquilidad de los Morelenses. Cuauhtémoc es un contrapeso que debiera y que no lo es por su propia incapacidad e ignorancia sobre el tema. De hecho, no gobierna, pero ellos, los legisladores, pueden en este momento ser los que decidan el futuro que seguramente será mucho peor de lo que hemos vivido sino hacen lo correcto.
Lo que es urgente y es algo que le caracteriza a ésta legislatura es que pocos de los diputados tienen la sensibilidad, además de la obligación de consultar y tendrán que aprender porque además es elemental lo mismo que legal que consulten a los sectores de la sociedad para poder tomar decisiones. La tradición equivocada es que sin consulta, más que las de su conciencia toman de cisiones en los que la ignorancia es el parámetro de las leyes que emiten y luego, como consecuencia vienen los amparos que les destruye lo mal hecho.
Otro problema que está en la mesa es el IMPEPAC. Hay cambios que igualmente deben estar atentos los legisladores y elegir por capacidades, imparcialmente y eliminar ese coto de poder y de partidos que son quienes en el fondo han decidió que consejeros entran y quiénes no. Si toman conciencia y no se dejan influir como cuerpo colegiado y fríamente analizan las consecuencias de un mal o una mala decisión, todos, sociedad y gobierno, nos someteremos. De no hacerlo, un mundo de problemas probablemente incontrolables saldrá a relucir en los próximos meses. ¿Tendrán esa capacidad los legisladores u obedecerán a las directrices de sus partidos y compadrazgos? Si lo hacen, jugarán con fuego y es seguro que arderá Troya, es decir, nos entregará una sociedad llena de graves problemas contagiada además por la delincuencia incontrolada y por una economía que el COVIT 19 va a golpear severamente. Nos enfrentaremos a la pobreza y al hambre alimentada por malos legisladores. Espero quepa la reflexión.