Concepto Social de Discapacidad - Sujeto político de la discapacidad: Universidad de Shoenfeld
En opinión de Eliseo Guajardo Garza
Len Barton, investigador de la Universidad de Shoenfeld, ha tenido a lo largo de más de veinte años un grupo de académicos que desarrollaron el concepto social de la discapacidad, como ahora lo conocemos, aproximadamente. Él mismo es una persona con discapacidad y comprende desde la subjetividad personal y desde la objetividad metodológica y científica el fenómeno de estudio. Lo que no quiere decir que no se adscribe su pensamiento teórico en el marco de la teoría fenomenológica de la complejidad. Nada que ver con el enfoque positivista que la tradición médica acompañó por muchos años a la forma de abordar la discapacidad, en el enfoque médico.
Este grupo de trabajo debatió exhaustivamente los prolegómenos de la discapacidad en el contexto social y político. Analizaron que la tradición de la civilización occidental, partiendo de las bases greco-romanas y judeocristianas, la discapacidad siempre ha estado del lado de la opresión. Ya sea porque ha habido un culto al perfeccionamiento del cuerpo y su eficacia. Así como de la discriminación de quienes no cumplan con estos parámetros y actividades. El modelo iba respondiendo al grupo hegemónico, que era el varón, blanco y del grupo privilegiado. Esto aparece desde nuestros orígenes de nuestra cultura occidental hasta la Revolución Industrial en Inglaterra. Que cambia hacia el perfeccionamiento de las máquinas y sus estándares tecnológicos y su manejo técnico para la producción cada vez más masiva para la superproducción de mercancías para un consumo también masivo. La producción generaba la demanda. Éstas, bajo normas cuya cualquier desviación era sancionada económica y culturalmente. La discriminación se estableció más potente que nunca. Por riesgosa, peligrosa, indeseable, antiestética, grotesca, anormal, etcétera.
A la discapacidad como grupo social, le llevó mucho tiempo acuerparse para exigir y presionar demandas para acceder a los productos del progreso de la humanidad. Estaban fuera de la distribución de bienes y servicios. Más fuera de los servicios humanos como mercancías de las sociedades occidentales. Nos referimos a los servicios de salud, de educación, de cultura, trabajo, deporte, recreación, ocio, vida independiente y autónoma. A la vida sexual en pareja y de formar una familia. Llegaron a reclamar “¡queremos pagar impuestos no vivir de ellos ¡”. Lo que significaba que reclamaban ser personas como cualquier otro ser humano, no más.
Sus demandas comenzaron a ser cubiertas, pero de forma segregada, por parte y por cada discapacidad para continuar con estándares, pero específicos. Como grupo no hegemónico, fueron tratados como los demás grupos no hegemónicos, como a los negros, los grupos originarios, los de pobreza extrema, como extranjeros, incluso, como al grupo de las mujeres que también se considera un grupo minoritario, por paradójico que sea -que son mayoría- porque no son un grupo hegemónico.
Lo paradójico es que, al agruparse para tomar fuerza de presión política, los lleva a la segregación y discriminación. Logrando conquistas que permiten acceder a servicios como parte de la distribución de bienes de la sociedad. Pero que mantiene a las instituciones sin transformarse. La otra alternativa es que se diluyan en la sociedad como parte de ella misma, en igualdad de condiciones, pero para que tengan cabida las instituciones tendrán que transformarse. El dilema es la focalización o la transversalización. La perspectiva de género tuvo este dilema y optó por la transversalización de la vida pública y sus instituciones. Para ello, se han ido transformando su estatus normativo.
Quizás el dilema no se disyuntivo para los grupos de personas con discapacidad. Habrá una formula combinada e híbrida para avanzar. Lo importante es visualizarse como sujeto político. Es el que se requiere ya para la consulta del capítulo de Educación Inclusiva de la Nueva Ley General de Educación, que está invalidado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por no haber sido consultados por los legisladores, en su momento.
Es importante tener en cuenta que el sujeto político de la discapacidad desde el punto de visto del concepto social de la discapacidad no es las personas individuales, sino son también los implicados con ellos, como son sus familiares, sus representantes, si los tienen, como las ONGs de y para las personas con discapacidad. Se trata de un contingente nada minoritario, por cierto, si le echamos números.
¡Enhorabuena por la investidura del sujeto político de las personas con discapacidad!