Comerciantes joyeros, en pugna con munícipe
El presidente municipal no se presta al ¨diálogo¨; tomó la decisión de desalojarlos
Denuncian que llevan 42 años (en dos épocas) asentados en ese territorio céntrico
Juan Lagunas
El ayuntamiento pretende desalojar (del centro) a comerciantes joyeros de Cuernavaca; tiene la intención de trasladarlos hacia el parque “Melchor Ocampo”, lo que afectaría sus ventas, denunció Arturo Salgado Porcayo, dirigente del ramo.
Asimismo, en entrevista, expresó que el munícipe no se “presta” al diálogo: “hemos sacados dos veces una cita con él y no nos la dan; nos mandan con su secretario particular”.
Adujo que no tiene caso “hablar con él”; empero, en un reciente encuentro fortuito (en la plazuela del Zacate) “me abordó y me dijo: se van a quitar de ahí… Me lo repitió 10 veces…”. Y cuestionó: “¿para qué platicamos, si tiene decidido quitarnos?”.
Por esa razón, “no lo he buscado… Tiene su mentalidad así: nos quiere quitar…”. Recordó que cuando el ahora gobernador estaba al frente de la comuna: “me dijeron que querían ayudarnos (junto con José Manuel Sanz Rivera)…”. Al final, no fue así.
Por ende, expresó que llevan alrededor de 42 años, en dos épocas, en ese lugar, lo cual no es respetado por las autoridades edilicias.
De igual forma, externó que cuando Hugo Salgado fungía como secretario de Turismo local, “le pedimos que nos ayudara a arreglar el mercado”. Entonces, el padre del hoy edil “quería ayudarnos”; pero, no se consumó el mercado “subterráneo”.
Agregó que existen áreas que no son comerciales para ellos: “tiene que ser sobre (la calle de) Hidalgo”. Una opción podría ser la antigua sede de la Tesorería, sobre la misma arteria.
“Cada tres y seis años es una angustia de la gente, de que el ayuntamiento que va a entrar nos va a desalojar…”.
Acotó que se han hecho algunos proyectos, pero no se han formalizado. Antes de este trienio, había la intención de “hacer el mercado subterráneo”.
Hizo un recuento: esta plaza cumplió 70 años en 2019. Antes, ésta se encontraba en la calle de “Guerrero”. Tenían talleres de platería. Hay un decreto, dijo, en el que se donaba la propiedad donde se situó el anterior Congreso. En 1964 se erigió otro: de Emilio Riva Palacio, donde “autoriza” la construcción del mercado de artesanías ahí.
Reiteró que cada ciclo regresa la “angustia… Cuernavaca es la única ciudad capital que no tiene un mercado de artesanías digno”; los funcionarios de mayor nivel están: “siempre prometiendo y no cumplen”.
