A un mes del Pacto por Morelos
En opinión de Roberto Salinas
El 13 de abril, el Gobierno del Estado de Morelos publicó en sus redes sociales un Pacto por Morelos, un documento que llamaba a los morelenses a trabajar en conjunto para la recuperación económica y de salud del estado. Reconocía que todos “necesitamos de todos” y que dependía de la voluntad política y cooperación de todos.
En dicha publicación, se suscribieron cuatro compromisos:
- “Asumir el compromiso de no convertir esta crisis en una bandera política o de defensa de intereses particulares..” Al rezagar a los municipios, en las decisiones y transmisión de información, es el mismo gobierno estatal quien rompe el pacto. Esto sin mencionar que aliados e integrantes de su propio gobierno reparten despensas de la fundación que lleva el nombre de un actor político del mismo partido del gobernador.
- “… hacer todos, un esfuerzo transitorio para lograr una recuperación colectiva más pronta y eficaz…” La sociedad ha dado muestra de su voluntad de ayudar a médicos y personas vulnerables, pero de forma particular, sin información gubernamental sobre las carencias y necesidades de sus instituciones de salud.
- “Establecer mesas de trabajo permanentes a fin de que puedan armonizarse las peticiones legítimas de todos los sectores…” La siguiente semana de anunciado el Pacto, se realizaron cinco mesas de trabajo de las que no hubo seguimiento y transparencia de las acciones.
- Quizá el punto más importante del pacto en el que “El Gobierno del Estado de Morelos asume que es el primero que no puede fallar en el cumplimiento de este pacto, pues es su compromiso con la honestidad, transparencia, austeridad y voluntad política lo que hará posibles la articulación de las demás voluntades y suma de esfuerzos para salir adelante”
Así el Gobierno de Morelos sorprendió con una respuesta en la que creíamos que podría abrirse al diálogo, a la colaboración y transparencia en el ejercicio de sus responsabilidades y que harían menos complicada la crisis ocasionada por la pandemia y el deterioro de la economía.
A un mes del Pacto por Morelos, existen más dudas de la capacidad y liderazgo de quienes están al frente de las instituciones públicas. En un mes se comprobó que no es el titular del ejecutivo quien propone los comunicados, quien instruye las acciones como una visión clara de la realidad del estado. El compromiso de transparencia quedó sepultado junto con el Pacto por Morelos, porque no se ha transparentado un solo peso de los recursos utilizados en medicamentos y materiales médicos en 2019 y 2020, no sabemos el costo de un paracetamol, un cubrebocas o una jeringa. La poca información que está disponible en la Plataforma Nacional de Transparencia o en Compranet, no supera los 40 millones de los más de 1,000 millones que se ejercieron en 2019.
A un mes del Pacto por Morelos, no ha sucedido nada, no ha mejorado nada y lo peor es que no se ve un panorama claro de cómo saldremos adelante. Sería muy difícil que solo desde el sector social se lleve la carga de la recuperación. A un mes del Pacto por Morelos las cosas van peor.
Para salir de este problema se necesita transparencia, diálogo, capacidad y voluntad para reconocer que las soluciones pueden construirse en conjunto con la sociedad, en un proceso abierto en el que todos suman para fortalecer a Morelos.